CAPÍTULO 15

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Alba no podía conciliar el sueño y sin pensarlo dos veces, se levantó de la cama y se fue en dirección a la biblioteca como lo había hecho en las anteriores noches.

Cuando entró y cerró la puerta tras de sí, se dirigió a la estantería donde estaba el libro que estaba leyendo y se sentó en el suelo frente al fuego, pero no podía concentrarse en leer.

- No entiendo cómo puede ser tan testarudo.- cerró el libro con fuerza y miró al fuego.- Si lo tuviera delante le diría....

- ¿Qué me dirías?.- le cortó.

Esa voz, el como lo había dicho hizo que su cuerpo temblará y no de miedo.

- Eh... yo.- titubeó.- Creo que no debería de estar aquí.- intento levantarse.

- Alba, es la tercera noche que vienes a escondidas.

- Me estas espiando.- dijo enfadada.

- No. Supongo que la primera noche nos encontramos por casualidad y la siguiente y hoy.- suspiró.- Era la única manera que tenía de verte.- se levantó y la ayudó a incorporarse.- Rompiste mis órdenes.

- ¿Vas a azotarme?.

- No me tientes Alba.- hizo un amago de sonrisa.

- ¿Por qué desapareciste?.- le reprochó.

- Volvemos al juego de preguntas y respuestas.- le tendió su vaso con uisge.

- Si tú quieres, sí.

- Alba. Sinceramente no sé ni cómo explicarlo. Tengo una lucha interna con mis sentimientos y la estoy perdiendo.

- Y si la estás ganando y piensas en negativo.- Alistair se sentó frente a ella y se preparó otro uisge para él.

- Y si no.

- Porque para ti todo es negativo. Hay cosas buenas en la vida Alistair. Disfrútalas.

- ¿Cómo tú? .- le sonrió con picardía y ella se sonrojo.

- Eeeh yo...- no pudo contestar y miro al suelo con timidez.

- Si fueras mía, mi mujer. Ahora, aquí. ¿Qué harías?.- su voz era ronca y sensual.

Alba se tocó el pelo, se lo recogió en una trenza disimulando su nerviosismo y sin saber porqué le respondió.

- Seguramente, arreglarte esas barbas y ese pelo. Seguro que tras esas pintas se esconde algo mejor. - se puso de pie y caminó cojeando hacia el.

- Alba, no deberías forzar el pie.- gruñó revolviéndose en su asiento.

- ¿Tienes unas tijeras o cuchillas por aquí?.- escarbaba en el escritorio.

- ¿¿¿Un qué???.- pregunto sorprendido al escuchar esa extraña palabra y Alba se puso nerviosa.

- Quería decir un cuchillo o daga, algo pequeño y afilado para la barba.

- ¿Te puede servir esto? .- se sacó su Sgian dubh que tenía escondida en su bota derecha.- En ese lado están las tijeras.- Le señaló.

- Intentaré no hacerte trasquilones.

- ¿Qué? .- alzó su mirada y deseo besarla.

- Intentaré dejarlo lo más igualado posible. ¿La barba la puedo rasurar? .- Alistair le cogió la mano y la miró.

- Por favor, no.- suplicó.- Tengo una cicatriz y la escondo tras la barba.- Alba asintió y comenzó su tarea.

Ambos estaban en silencio, cada uno con sus pensamientos.

Tú eres AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora