Los hombres de Duncan ya habían regresado a sus nuevas tierras cuando los de Alistair volvieron a la isla.
Duncan e Isobel partieron con la promesa de que se volverían a ver antes de que nacieran los pequeños.
Isobel no quería separarse de Alba y menos en esos momentos que lo estaba pasando tan mal, todos estaban preocupada por su estado, no por el embarazo que iba correctamente, por el dolor de ver que entre todos los hombres que habían regresado Arran, faltaba el señor de estas tierras. Con mucho dolor tuvo que dejarla, aunque no fuera sola, ella sentía que se quedaba así, pero su marido tenia razón, debían de volver a sus tierras y comenzar a llevarlas ambos juntos, unidos, no podían permitir que nadie interviniera.
Alba miraba la marcha de la pareja, no iba a negar que tenia miedo por lo que podría ocurrir una vez que se hubieran marchado los guerreros de Duncan de la isla y aunque Bryson y los hombres de su marido ya estaban allí para protegerlos, ella se sentía desnuda al no tener cerca a su marido, estaba desprotegida al no estar en sus brazos.
- Me prometió que regresaría en un mes.- seguía dándole vueltas al estofado que había frente a ella.
- Alba, debes de comer.- ordenó Bryson.
- No entiendo qué narices haces tú aquí y no mi marido.- le echó en cara de malos modos.
- Alba, Bryson no tiene la culpa de lo que haya podido pasar a tú marido.- dijo enfadada Inma.
- Los que duermen en el mismo colchón, son de la misma condición.- dijo en español y se levantó furiosa de la mesa como otros días atrás.
- ¿Qué narices has querido decir? .- se levantó Bryson tras ella e intentó detenerla delante de todos sus hombres.- Te recuerdo que no debes de faltarme al respeto delante de nuestros hombres.- dijo entre dientes casi susurrando para que nadie más escuchara.
- Te recuerdo que tu no eres mi marido y no me puedes tratar así.- se soltó la mano de la suya mientras gritaba en medio del salón delante de todos los presentes.
- Te juro que te azotaré delante de todos.- gritó mientras Alba daba grandes pasos para irse del salón.
En ese momento el silencio se hizo en la estancia, los hombres no decían nada, las criadas se habían escondido, Alba paró en seco, se giró para mirar a los ojos a Bryson y bien fuerte le advirtió.
- Tócame y la ira del señor caerá sobre ti. Te recuerdo que sigo estando casada con Alistair, él es tu señor y llevó a sus herederos en mi vientre. No intentes usurpar un puesto que no te corresponde.
Ella se volvió a girar dándole la espalda y se encerró como otras tantas noches atrás en su habitación.
- No me digas que está así por las hormonas porque te juro que cuando averigüe qué o quién cojones son, las mato con mis propias manos.- advirtió Bryson a Inma cuando se sentó a su lado.- Me culpa de que no sepa donde esta mi primo. Me odia porque yo esté aquí contigo y no él con ella. Joder, soy el primero que quiere que este aquí, en su casa, en su tierra y con su familia.
Todos los presentes que estaban cenando en el salón le miraron cuando terminó de hablar.
- Bryson, se dará cuenta que no tiene razón.- le acarició la espalda.- Dale tiempo.
- Eso me dijiste hace dos meses y esta situación no cambia. No sabes las misivas que enviamos todos los días, las que recibimos y es como si se lo hubiera tragado la maldita tierra.
- Pero lo que no entendemos es como o porque ha desaparecido, eso es lo que le ronda a ella en la cabeza.- le confesó Inma.- ¿Ningún guerrero más se encuentra en esta tesitura? .- preguntó.
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Tú eres Alba
RomanceDespués de casarse con su amor platónico todo cambia de la noche a la mañana y no le apetece que nadie mas ocupe su lugar. En un breve espacio tiempo conoce a dos hombres que le atraerán, pero ¿Alguno de ellos podrá hacerle olvidar a su primer amor...