- No puedo.
Saga seguía con el codo hincado en la mesa, sujetándose el mentón con la misma mano que también cubría sus labios. La mirada, clavada en el hombre que había tenido la osadía de hacerse nombrar como un dios. El corazón latía tan desbocado que temía verlo escapar por esa cicatriz que partía su pecho. Thane le devolvía la mirada en silencio, permitiendo que la asimilación de sus palabras se fuera asentando al ritmo que Saga necesitara, pero Saga sólo atinaba a emitir leves negaciones con su cabeza antes de verbalizarlas por segunda vez.
- No. No puedo, Thane...- Dijo en voz baja para evitar que se quebrara. Bajó la mano y dejó sus labios al descubierto, apretados. La mandíbula se percibía tensa, y la nuez ascendió por su garganta con dificultad al intentar tragar la súbita parálisis de su razón.- Lo siento...pero no...
- No tiene porque ser ahora, Saga.
Saga se quitó las gafas y las lanzó por encima la mesa. Se frotó los ojos sin mucho tacto y acabó masajéandose el puente de la nariz antes de volver a enfocar a Thane y ofrecerle una mirada enrojecida y medio aguada.
El ambiente había adquirido un cariz muy extraño, y la inmensa presencia de Thane parecía querer henderle la herida del pecho y liberar demasiados sentimientos arrelados en su corazón. No decía nada, pero no cesaba de mirar a Saga directamente, con ese fulgor violeta que conseguía filtrarse por todos los poros de su piel, llegando hacia los refugios de ese sinfín de insospechadas emociones apenas digeridas.
Saga no pudo soportar más ser observado a través de esa serenidad tan pura, y se vio obligado a alzarse de la silla y dar la espalda a Thane para huir de su influjo y volver a tomar las riendas de sus emociones a punto de ebullición.
Pero no pudo.
- Mierda...- Masticó, pinzándose los párpados cerrados como si así fuera a evitar lo inevitable.- Mierda, mierda...- La otra mano buscó apoyarse en su cadera y cuando se asumió sorpresivamente vencido, se dio media vuelta y se enfrentó al aplastante aplomo de Thane con las lágrimas escapando de su mirada.- ¿Por qué yo? ¿Y Kanon?
- Kanon también está al corriente y se niega rotundamente. Si su deseo es éste, aquí yo no puedo influir ni forzarle de ninguna manera.
- ¡¿Cómo no?! - Dijo con cinismo, dando pequeños tumbos sin sentido.- Kanon siempre le ha odiado. Siempre se enfrentó a él. En todo y para todo. Como una jodida costumbre.
- Cuando estaba en la cárcel y vino a hacerme una visita en calidad de abogado mío, hablamos del tema.- Confesó Thane, captando la atención de Saga.- Los sentimientos que Kanon alberga hacia vuestro padre son muy complejos. Creo que necesitará mucho más tiempo que tú para poder mantener un acercamiento con él.
- ¿Y por qué se supone que yo lo voy a tener más fácil? - Inquirió Saga, en una especie de ataque estúpido hacia Thane.- ¿Qué se supone que debo decirle? ¿Que le extraño?
- Si es lo que necesitas, sí.
- ¡Pues claro que le extraño! - Gritó, escuchándose la propia voz totalmente rota.- ¡Cada jodido día de mi vida le echo en falta!
El querer aguantarse las lágrimas le ocasionó una serie de convulsiones dentro de su pecho que le obligaron a morderse los labios y le llevaron a pasarse una mano por los cabellos, manteniendo los mechones agarrados y apartados de su frente mientras miraba a Thane a través del nubarrón acuoso que cubría sus ojos.
- ¿Pasaste el duelo después de su muerte? - La pregunta se presentó tan inesperada como ofensiva.
- ¿A qué coño viene ésto ahora? - Le espetó, empleando un vocabulario sin filtro, pareciéndose en extremo a su gemelo.