Afrodita apenas se movió cuando detectó la presencia de Kanon acercándose hacia él, aunque su mirada sí que se atrevió a realizar un veloz análisis de la jugosa escena que se estaba gestando a su alrededor, estirando los labios en una traviesa sonrisa que culminó con la reanudación del rápido tecleo de las letras de su portátil.
Kanon tomó asiento detrás suyo y no se le ocurrió otra cosa que cruzarse de brazos sobre el respaldo de la silla ocupada por el periodista. El nuevo chicle con el que intentaba calmarse el nerviosismo ya había conseguido esa textura propicia para estirarse a voluntad, y su lengua comenzó a jugar con la masa hasta conseguir formar un proyecto de burbuja que tuvo la decencia de hacer hacer explotar de labios para adentro. Afrodita parecía ser inmune a las ganas de incordiar que le presentaba Kanon, pese a sentirle la respiración cerca de su oído. Una ligera sacudida de cabeza hizo que los cabellos del joven reportero se estamparan contra la entrometida faz del abogado, ocasionándole un repentino cosquilleo en la nariz que tuvo que aliviar con un par de fregatones de su dedo índice.
Estaba claro que ese gesto había sido toda una declaración de intenciones y Kanon le respondió con la ejecución de un nuevo globo de chicle, esta vez con vistas hacia fuera y sirviéndose de la suficiente insuflación de aire para hacerlo estallar, tal vez un poco demasiado cerca de unos cuidadísimos y perfumados cabellos ondulados.
- ¿Tu hermanito el Fiscal no te hace caso y ahora buscas jugar conmigo?
El sueco giró levemente el rostro, oteando muy de refilón el rostro de Kanon, concentrado en las palabras escritas sobre la pantalla de lo que parecía ser un servidor de publicación en streaming.
- Vaya...veo que sabes quién soy...
- Por supuesto. Eres la copia en blanco y negro del excelentísimo Fiscal General de esta ciudad, el cual hoy parecer haber perdido todo el brillo que alguna vez le caracterizó.
- ¿Y ésto es lo que estás relatando en tu periódico online de "alta gama"? - preguntó Kanon sin escatimar en retintín - ¿Que el Fiscal llega sin brillo?
- "Sin brillo...- repitió Afrodita, llevándose el bolígrafo a los labios para darle unos sensuales mordisquitos antes de proseguir, rindiéndose del todo al juego presentado por Kanon al hacer rotar el portátil sobre su rodilla alzada para facilitarle una lectura más clara de lo que estaba a punto de subir - sin elegancia y sin la seguridad a la que nos tenía acostumbrados, acercándose muy peligrosamente al borde del abismo por el que siempre camina su hermano gemelo, ese abogado de farándula incapaz de dar un paso sano y que por fortuna hoy parece dispuesto a regalarnos el estreno de su último espectáculo".
- Shhhh...Silencio por favor. Se recuerda que no están permitidas las interacciones entre las partes procesales y el público asistente.- Alertó uno de los alguaciles.
Afrodita sonrió con enorme satisfacción, apretó la tecla "enter" y el post apareció publicado en la crónica al minuto que estaba redactando. Kanon hundió la nariz en el cruce de brazos que aún se apoyaba en el respaldar del periodista y tragó con pesadez la rabia que sentía escalarle la garganta.
- Lo que escribes es bazofia. No debe interesarle a nadie.- Masticó con desdén, ahogando su voz contra la manga de la americana.
- ¿Tú crees? - Afrodita volvió a mordisquear el extremo del bolígrafo con el que entretenía sus dedos, aguardando el momento en que el cómputo de "likes" comenzó a subir y los feedback de los lectores pasaron a engrosar una larga lista de opiniones subjetivas que iban desde algunas palabras que clamaban moderación hasta el escarnio más bajo y sucio, sin olvidar de compartir varios emoticonos que reflejaban risas y burlas además de la aparición de algunos "memes" donde se veía a los gemelos retocados con garabatos ofensivos y frases de pitorreo.- Tú y tu hermano hoy sois las estrellas...- Añadió, deslizando el dedo por el mouse del portátil para ir revisando todas las instantáneas respuestas que estaba obteniendo su última publicación.- Os estoy haciendo famosos. Deberías agradecérmelo.