CAPÍTULO 11

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Rose


Agotada, caminé penosamente hacia la puerta principal. Hoy había tenido otra práctica con Dimitri. Había ido bien, pero me sentía adolorida y muy, muy cansada. No podía esperar para dejarme caer en el sofá y ver una película, sin hacer absolutamente nada durante el resto de la noche. Pero, lamentablemente, todavía me quedaba tarea por hacer. Afortunadamente ya había hecho una parte en el gimnasio.

Recientemente, había pasado más y más tiempo ahí. Y cuando tenía tarea, Dimitri me dejaba trabajar en su oficina o en su departamento. Estaba conmigo siempre que podía, lo que no era frecuente, porque dirigir un gimnasio le ocupaba mucho tiempo. A veces nos sentábamos juntos en un cómodo silencio en su oficina, yo trabajando en algunos ejercicios de matemáticas y él leyendo sus historias. Disfruté estos pequeños momentos tanto como los momentos que pasábamos practicando. Simplemente disfruté cada momento con Dimitri, tanto que no me importaría estar en el gimnasio todo el día si eso significara poder verlo más a menudo.

¡Uff, deja de pensar en Dimitri por un segundo! Últimamente él era lo único en lo que podía pensar y realmente estaba empezando a molestarme. No quería que me gustara Dimitri, al menos no de esa manera, porque sabía que nunca devolvería mis sentimientos. Así que tenía que sacarlo de mi cabeza. Cuanto más trataba de dejar de pensar en él, más pensaba en él. Era exasperante.

– ¡Oye!

Me detuve cuando escuché esa voz y me di la vuelta, sorprendida de ver a Christian de pie en mi césped. Lo miré con cautela cuando se acercó y se detuvo justo frente a mí.

– Hola – Dije sin estar segura de lo que estaba haciendo aquí.

Era mi vecino, pero en todos estos años que habíamos vivido uno al lado del otro, nunca había venido a mi casa. Por lo general, si quería molestarme, abría la ventana de su habitación y comenzaba a tirar bolitas de papel por mi ventana abierta. O ponía música a todo volumen cuando yo estaba durmiendo la siesta.

– ¿Tú y Lissa se han peleado? – Preguntó sin rodeos.

– No lo sé. Supongo – Me encogí de hombros – Ella está enojada conmigo.

Él frunció el ceño – Me lo imaginé. Siempre que te menciono ella se enfada.

Lo miré confundida – ¿Por qué me mencionarías?

– Eres la mejor amiga de Lissa y no has salido con ella desde la fiesta de pijamas en su casa ¿Pasó algo?

Suspiré – ¿Por qué no le preguntas a tu novia?

– ¿No me escuchaste? Le pregunté varias veces, pero se enoja cada vez que te menciono. Así que pensé en preguntarte...

– Me fui en medio de la noche durante nuestra pijamada – Le dije. Antes de que pudiera preguntarme el por qué, agregué – Pero no puedo decirte por qué. Es complicado.

Me estudió por un momento, sus helados ojos azules atravesaron los míos, antes de asentir – Está bien. Y tampoco puedes explicárselo a Lissa y por eso está enojada contigo, ¿no es así? – Asentí – ¿Tiene algo que ver con el lugar en el que desapareces después de la escuela? – Preguntó entrecerrando los ojos.

La pregunta me asustó – ¿Qué? ¿De qué estás hablando?

– Sabes de lo que estoy hablando. Solías llegar a casa antes que yo, pero ahora llegas horas después de la escuela ¿A dónde vas?

Lo miré indignada – ¿Estás espiándome?

Christian me miró con sequedad – Rose, somos vecinos. No es tan difícil notar que no vuelves a casa inmediatamente después de la escuela.

SAFE HAVEN (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora