SAFE HAVEN (Traducción)

CAPÍTULO 17

Dimitri

– ¿Dónde está Tasha?

Sobresaltado miré hacia arriba para ver a Iván entrando a mi oficina. Cerró la puerta detrás de él y se dejó caer en una de las sillas.

– ¿Hmm? – Dije distraídamente.

Había estado soñando despierto con Roza de nuevo. Me ha pasado mucho últimamente. Incluso cuando ella no estaba aquí me distraía de mi trabajo. Era increíble.

– ¿Dónde está Tasha? – Repitió Iván, tomando la engrapadora de mi escritorio para jugar con ella – No la he visto desde hace unos días.

Le quité la engrapadora de las manos y la puse de nuevo en mi escritorio – Se quedará en casa esta semana.

– ¿Por qué? – Preguntó, esta vez tomando una carpeta de mi escritorio, hojeándola – ¿Está enferma?

Suspirando se la arrebaté de las manos y la puse en el cajón superior de mi escritorio – No, le dije que se quedara en casa esta semana.

Iván me miró confundido.

– ¿Por qué? – Preguntó. Afortunadamente no tomó nada más de mi escritorio.

Sonreí – ¿Por qué lo preguntas? ¿La extrañas o qué?

Parecía mortificado – Diablos, no. Solo me preguntaba... ¿hizo algo que te cabreó?

– Podría decirse – Murmuré.

Cuando no di más detalles, me miró expectante y dijo – ¿Y bien?

– Dijo cosas sobre Rose – Le dije.

– ¿Cómo qué? – Preguntó con curiosidad.

Suspiré – Prácticamente dijo que Rose inventó todo... me refiero a lo de Nathan agrediéndola – Respondí de mala gana – Dijo que me tiene envuelto alrededor de su dedo y que también me acusaría de agredirla.

Iván pareció indignado – ¡Eso es una locura! ¿Cómo se enteró Tasha de esto?

Me encogí de hombros – Sabes lo curiosa que es. Debe haber escuchado... – Dejé escapar otro suspiro – De todos modos, le dije que Rose no lo inventó, que yo lo había visto pasar. Y luego le dije que se tomara la semana libre.

Se burló – Deberías haberla despedido. Qué perra celosa.

– Si dice una palabra más sobre Rose, lo haré – Dije con determinación.

De repente, Iván comenzó a sonreír – Mírate, defendiendo el honor de Rose. Oh, debe ser maravilloso estar enamorado, ¿eh? – Dijo bromeando.

Lo miré – No empieces.

– ¿Hablaste con ella ya? – Preguntó serio de nuevo – ¿Le dijiste lo que sientes?

Lentamente una sonrisa se extendió por mi rostro – Lo hice.

– ¿¡Lo hiciste!? – Dijo asombrado, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando.

Asentí – Sí.

– ¿Y? – Preguntó ansioso por saber más.

Sonreí – Bueno, digamos que funcionó bastante bien para mí.

Iván volvió a sonreír – ¡Ja! ¿Qué te dije?

– Lo sé. Gracias por tu consejo, Iván – Le dije – No puedo creer que realmente haya funcionado.

– Oye, soy genial con las chicas – Me dijo – Siempre sé qué hacer o decir cuando se trata de mujeres.

– ¿Sí? ¿Entonces por qué sigues soltero? – Respondí en broma.