SAFE HAVEN (Traducción)

CAPÍTULO 39

Rose

– ¡Por el amor de Dios, ya se los dije tres veces! – Exclamé, levantando mis manos en frustración.

Los dos policías sentados frente a mí me miraron con calma – Si pudieras decírnoslo de nuevo, por favor, Rose. Es importante que recopilemos tantos detalles como sea posible.

– ¿En serio? – Rompí – ¿O simplemente no quieren creerme porque estoy acusando al hijo de su jefe por agresión sexual?

– Rose, mantén la calma – Dijo mamá en voz baja, poniendo su mano sobre la mía y apretándola suavemente.

A mis padres se les había permitido quedarse mientras le contaba mi historia a la policía, pero Dimitri tuvo que esperar afuera en el pasillo. Y apuesto a que Nathan también estaba justo afuera de la puerta, escuchando atentamente cada palabra que decía. O tal vez me estaba mirando directamente a través del espejo unidireccional.

– Sé que esto no es fácil para ti, Rose – Dijo amablemente la oficial, dándome una sonrisa comprensiva. Me había dicho que su nombre era Karp. Sonya Karp. Parecía agradable y quería confiar en ella, pero por lo que sabía bien podría estar fingiendo. Bien podía haber tomado ya una decisión y pensar que yo era una mentirosa – Pero es muy importante que nos cuentes toda la historia. De principio a fin. Intenta recordar todo lo que puedas.

Respiré hondo y comencé desde el principio, otra vez – Era un viernes por la noche. La primera semana escolar había terminado y yo y mi mejor amiga, Lissa Dragomir... – Hice una breve pausa pensando en Lissa. Todo parecía tan lejano. Cuando éramos amigas – Fuimos a esta fiesta – Continué.

– ¿Dónde fue esta fiesta? ¿Quién la organizó?

Me encogí de hombros – No lo conozco. Lissa me invitó. Ella era la razón por la que yo estaba allí.

– Está bien, ¿qué pasó después? – Preguntó su colega, impaciente.

Parecía un idiota. Supongo que aquí ella era la policía buena y él el malo. Honestamente, esto empezaba a sentirse más como un interrogatorio que cualquier otra cosa.

– Lissa quería bailar. Yo no tenía ganas, así que caminé un poco y luego comencé a jugar al beer pong con algunas personas al azar – Sentí las miradas de desaprobación de mis padres sobre mí, pero los ignoré – Uno de ellos era Nathan. Empezamos a hablar. No pensé que fuera un mal tipo. Quiero decir, parecía agradable. Pensé... – Aparté la mirada – Pensé que era inofensivo. Así que... lo dejé traer mi bebida y después de un rato comencé a sentirme rara. Estaba mareada, con náuseas... Nathan me llevó arriba para que pudiera descansar un poco. O eso es lo que pensé – Me detuve de nuevo, mordiéndome el labio. Mamá apretó mi mano de nuevo, animándome a continuar – Me acostó en la cama y luego... – Cerré los ojos brevemente – Luego se subió encima de mí y comenzó a desvestirme. Le supliqué que se detuviera. Cuando no lo hizo... – La oficial Karp le pasó un pañuelo a mi madre. Ella estaba llorando de nuevo. Sabía que yo también lloraría si la veía, así que seguí observando el espejo que en realidad no era un espejo y esperaba que el jefe me estuviera mirando. Esperaba que pudiera verme ahora mismo y escuchar del verdadero monstruo que era su hijo. Aclarándome la garganta, continué – Fue entonces cuando Dimitri entró y apartó a Nathan de mí.

– ¿Dimitri? ¿El joven que está aquí contigo? – Preguntó la oficial Karp.

Asentí – No lo conocía en ese momento. Estaba allí buscando a su hermana, pero luego me encontró y me sacó de allí.

– ¿Así que su hermana también estuvo en esta fiesta? ¿Vio algo? – Ella preguntó.

– No. Viktoria, su hermana, ella, umm... nos encontró cuando Dimitri estaba tratando de sacarme de la casa, creo. Me preguntaron si quería ir a la policía o al hospital, pero todo lo que yo quería era ir a casa. Así que Dimitri me llevó. Se quedaron conmigo. Después de un tiempo, Viktoria se fue porque tenía que llegar a su casa. Así que un amigo fue a recogerla. Después de eso, decidí ir al hospital. No quería ir sola, así que Dimitri fue conmigo. Las pruebas dijeron que Nathan me había drogado. Aunque no recuerdo qué droga.