CAPÍTULO 49

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Rose


– Estaré bien – Le aseguré a mi papá. Llevaba quince minutos divagando. Si no se iba en ese instante no podría tomar su avión – Te prometo que te enviaré un mensaje.

– Cada hora – Dijo. Rodé los ojos y él entrecerró los suyos hacia mí – Lo digo en serio, Rose. Si no recibo un mensaje cada hora, regresaré de inmediato.

– Bien – Prometí – Te enviaré un mensaje cada hora.

Todavía parecía inseguro – Está bien. Bueno, me iré entonces – Miró a Dimitri – Por favor, mantén un ojo en ella por mí.

– Lo haré – Prometió Dimitri, poniendo su brazo alrededor de mí.

– Vete – Le dije, empujándolo fuera de la casa – Perderás tu vuelo – Él asintió y subió al auto. Le dije adiós con la mano mientras retrocedía por el camino de entrada. Cuando se fue, me volví hacia Dimitri – Deberías haber estado en el trabajo hace al menos treinta minutos – Le dije – ¿Qué haces todavía aquí?

– No tengo que ir – Dijo con inquietud – Puedo quedarme aquí...

– No, tienes que ir – Le dije con determinación – Estaré bien por mi cuenta.

Frunció el ceño un poco – No lo sé, Rose. No me siento cómodo dejándote aquí sola.

Puse mis manos en mis caderas – Dimitri, acordamos que irías a trabajar hoy. Si sigues así, estarás en bancarrota y yo no...

– No exageres, Rose.

– ¡No lo hago! Puedo arreglármelas sola – Respondí obstinada – Tengo que superar este miedo irracional.

– No es irracional – Protestó Dimitri – Mientras esté libre, Nathan es un peligro para ti.

– Él ni siquiera ha tratado de contactarme en semanas. Estaré bien. Además, Karp me cubrirá las espaldas si algo sucede. Lo cual es poco probable – Agregué.

– ¡Dios Rose, eres tan terca! – Gimió. Sacudió la cabeza y suspiró – Bien. Pero vendré a almorzar – Empecé a protestar, pero me interrumpió – No, Rose. Eso es definitivo. Sé que quieres ser independiente y todo eso, demostrar que no tienes miedo, y eso está bien, pero no voy a dejar que nada te pase bajo mi vigilancia – Lo miré – Eres muy valiente, Rose – Dijo mientras ponía sus dedos sobre mis hombros, mirándome a los ojos – Pero no seas tonta. Nathan está loco y es capaz de cualquier cosa. Está obsesionado contigo y está esperando su momento para vengarse por encerrarlo.

Ya había estado nerviosa por lo de hoy, pero ahora las palabras de Dimitri en realidad me estaban asustando. Tal vez realmente era demasiado pronto para hacer esto, pero no quería dar marcha atrás. Quería demostrar que no necesitaba protección las veinticuatro horas del día.

– Bien, puedes venir a almorzar – Concedí. Él sonrió triunfante – Pero no te vas a quedar, ¿de acuerdo? No quiero volver a verte hasta las diez de la noche.

– El gimnasio ni siquiera está abierto hasta...

– Bien. A las nueve de la noche.

Puso los ojos en blanco, pero luego sonrió de mala gana – Está bien. Pero te llamaré alrededor de las ocho, así que será mejor que tomes tu teléfono – Advirtió.

– Sí, sí – Dije cruzando los brazos – Mantendré mi teléfono al alcance todo el día. Lo prometo.

– Sé que odias esto, y lo entiendo, lo hago. Pero es por tu propio bien, Roza – Dijo suavemente sosteniendo mi mirada. Tragué el nudo de mi garganta y asentí. Volvió a sonreír, se inclinó y me besó suavemente – Te veré más tarde.

SAFE HAVEN (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora