SAFE HAVEN (Traducción)

CAPÍTULO 37

Dimitri

– Mierda – Murmuré mientras me ponía los bóxers y corría detrás de Rose.

Supe que algo andaba mal desde que entró al gimnasio. Ella había estado actuando... extraño. No como ella misma. Pero estaba demasiado distraído para hacer más preguntas y mi preocupación anterior pronto quedó en el olvido por la forma en que ella comenzó a besarme.

Sabía que debería haberla detenido y hacer que me dijera qué estaba mal, pero en lugar de eso, la dejé continuar e incluso dejar que me convenciera de tener sexo con ella. Pero luego entró en pánico y salió corriendo, dejándome conmocionado en la cama.

La escuché llorar en el baño. Traté de abrir la puerta, pero por supuesto estaba cerrada.

– ¿Roza? – Dije suavemente – Por favor, abre la puerta – Sin respuesta. Ella siguió llorando. Suspiré y apoyé la cabeza contra la puerta – Roza, por favor. Háblame – Me dio un tirón el corazón escucharla llorar así – No estoy enojado contigo si eso es lo que piensas. Está bien que aún no estés lista. Puedo esperar – Le dije, esperando que abriera. Pasó un minuto y ella todavía no había abierto la puerta – Roza, te lo ruego. Por favor, abre la puerta para que podamos hablar.

Escuché algunos pasos y luego, finalmente, la puerta se abrió. Rose caminó hacia el otro lado del baño y se sentó en la esquina, con las mejillas empapadas de lágrimas. Me recordó a la vez que se escondió aquí después de que tuvimos la pelea porque se ausentó sin permiso por un día. Había estado muy preocupado llamándola todo el día, mientras ella estaba en la universidad local para hablar con Mia.

– Lo siento – Susurró mientras me miraba – Entré en pánico.

– No tienes que disculparte. Aún no estás lista y está bien – Dije en voz baja – Debería haber parado. Lo siento.

Ella sacudió su cabeza – No es tu culpa. Es...

Caminé hacia ella y me senté a su lado. Dudé, pero luego puse mi brazo alrededor de ella – ¿Qué pasa, Roza? Sé que hay algo más que te molesta – Rose se mordió el labio, sus ojos vidriosos por las lágrimas no derramadas. No podía soportar verla sufrir así. La acerqué más a mí y presioné mis labios contra su sien. Afortunadamente, no se apartó de mí – Roza, por favor, háblame. Odio verte así – Murmuré.

– Hice algo hoy – Dijo en voz baja – Algo que no te gustará.

Pasó un momento.

– Está bien – Dije con cuidado – Puedes decírmelo. No me enfadaré.

Ella me miró – Christian y yo volvimos a la universidad para hablar con Mia. Cuando no pude convencerla de que viniera a la policía conmigo, fui a la habitación de Nathan a buscar las fotos de las que Mia me habló – Mordí el interior de mi mejilla. Tenía tantas ganas de decirle lo estúpida que había sido esa idea, pero tenía la sensación de que ella ya lo sabía. Podría haberle pasado algo ¡Nathan podría haber estado allí! ¡Él podría haberla lastimado! O tal vez eso era lo que estaba tratando de decirme... suspiré, temiendo escuchar sus próximas palabras – Encontré las fotos y las cintas. También había algunos vídeos en su cámara – Continuó, su voz apenas por encima de un susurro – No las vi, pero las imágenes... fue horrible de ver.

Envolví mis brazos más cerca alrededor de ella y presioné un beso en su cabello – Lo siento, milaya. Eso debe haber sido horrible.

Asintió levemente – Tomé fotos de las cosas que encontré. Como evidencia – Explicó – Para cuando se lo diga a la policía.

– ¿Todavía quieres ir ahora que es seguro que Mia no irá contigo? – Pregunté.

– Sí – Susurró – Es la única forma en que puedo detener esto – Ella me miró de nuevo – Cuando vi las fotos de todas esas pobres chicas, me di cuenta... podría haber estado en una de esas fotos o vídeos si no hubieras estado allí esa noche. Si no hubieras entrado en la habitación cuando Nathan estaba... – Cerró los ojos y otra lágrima rodó por su mejilla – Tocándome – Apreté la mandíbula mientras recordaba esa noche. Rose en la cama, semidesnuda e inconsciente. Nathan encima de ella... – Lo odio, sabes – Dijo, su voz vacilante – Odio que Nathan me haya tocado en lugares más íntimos que tú – Se rió sin humor – Bueno, supongo que ya no después de esta noche. Aunque no es como si algo realmente hubiera pasado – Resopló – Porque me acobardé.