SIETE

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Jimin.

La adrenalina del momento era mucha.

Una sonrisa traicionera se escapó de su boca cuando aquel extraño, pero atractivo tipo, logró hacer contacto visual con él.

—Dime que ese tipo no está viendo hacia acá —dijo Tae de manera discreta, ganándose total atención de su amigo—. Diablos —habló de nuevo al confirmarlo—, vamos llegando hace quince minutos y ya te ligaste a un tipo.

Jimin no dijo nada, solo se bebió de un solo trago el líquido de su pequeño vaso, haciendo ruido con los cubos de hielo en el fondo en medio de una danza provocada por sus manos.

—Estuve a punto de chocar con su boca hace un rato, cuando venía de la barra.

—Esto es tan de película —bromeó el castaño—. ¿Qué sigue después? Vendrá a invitarte una copa para luego, ya que te tenga idiota de ebrio llevarte a su departamento y follarte hasta el cansancio.

Taehyung pegó un ligero brinco cuando la mano de su amigo pegó en su brazo. Una carcajada salió de ambos ante el escenario tan hot que la mente del castaño fabricó.

—Eres un imbécil —dijo Jimin calmando la risa—. No haría eso la primera noche.

—No tiene cara de psicópata —Tae clavó la vista sobre aquel chico de tez blanca y ojos felinos que ahora platicaba con un joven de sonrisa contagiosa—. Aunque debo decir que su rostro me parece familiar. Creo que lo he visto aquí antes.

Para Jimin era un completo desconocido -mas habiendo salido del país por dos años-, y es que nunca antes fue fan de salir a lugares como esos. Él era de planes más leves y tranquilos, pero justamente esa noche había sucumbido ante los ruegos de Taehyung para festejar su recién regreso. Aunque también era pretexto de su amigo para ver si se conseguía alguna chica linda con quién pasar el rato.

—Pues si acostumbra venir aquí quiere decir que es un tipo de aventuras, y yo no estoy interesado en eso.

—Tu viniste aquí y no eres un tipo de aventuras de una sola noche, ¿o si? —Tae se veía divertido ante el entrecejo arrugado de Jimin.

—Vine hoy pero no lo hago a menudo, como seguramente lo hace él. Además —continuó el rubio—, hoy vine porque tú insististe en que la pasaríamos bien. Y tampoco es como que el tipo esté aquí pidiendo una cita, relájate.

—Yo la estoy pasando bien —aseguró el castaño, viendo fijamente a una pelinegra de piel canela que bailaba a lo lejos mientras lo veía a los ojos.

—Por supuesto que sí —respondió Jimin viendo hacia la misma dirección que su amigo.

Sabía que la compañía de Tae no iba a durarle mucho, y menos cuando la chica se acercó buscando bailar con su amigo, haciendo el momento un poco incómodo al sugerir a una de sus amigas para compañía del rubio.

—Tu amiga es muy hermosa —dijo Jimin cuando la chica apuntó con la mirada hacia una chica de cabello chocolate y una mini falda negra—. Puedes decirle que venga si quiere que terminemos hablando de maquillaje, bolsos y tacones brillantes.

La expresión de la nueva conquista de Tae fue digna de sacarle una foto para enmarcarla en su colección de «las mejores reacciones a mi homosexualidad», pero no, no tenía esa intención. La chica estaba sorprendida, y es que no era ese tipo de gay que vestía afeminado; se clasificaba como un gay que pasaba desapercibido.

—Dios mío —la pelinegra puso sus manos sobre su boca en gesto de sorpresa—, no lo sabía, es que… Dios, en realidad no lo pareces, digo… —la mirada de la chica causo gracia en Jimin, aunque también un poco de incomodidad—, eres muy, muy guapo.

Tae carraspeó ante la situación. Se suponía que ella era su conquista. ¿Estaba Jimin quitándole su diversión de la noche?

—Vayan sin preocupación —dijo Jimin—, yo me quedaré aquí tranquilito bebiendo —tomó su vaso y lo alzó en dirección de la pareja.

Taehyung y la desconocida pelinegra se perdieron en el mar de gente. De pronto ya no los vio por ningún lado y supuso que estaban entre la multitud bailando y comiéndose la boca quizá. De pronto se sintió aburrido en la soledad de aquella mesa y vio muy atractiva la idea de ir a la barra.

Y lo hizo.

Caminó hasta allá, olvidando por completo que un desconocido había estado observándolo desde esa distancia. Sintió un leve golpe en el hombro y giró su cabeza para ver de donde provenía. «Discúlpame, no era mi intención», le dijo el chico que parecía que llevaba prisa hacia la salida. Jimin le sonrió restándole importancia al asunto, girando su cuerpo de nuevo hacia la dirección que llevaba en un principio. De nuevo se topó con un cuerpo que le salía por encima algunos centímetros, pero en esa segunda ocasión, sintió las manos contrarias sobre su cintura.

—Segunda vez en la misma noche —la voz grave y seductora de aquel hombre pareció entrar por sus oídos y no querer salir de nuevo de su cabeza—. Debe ser una señal.

💜

¡OMG!

Yo amo al Yoonmin

The best yoonminista, here xd

Ojalá algún día alguien lea esto

¡Lissa se despide!

¡Cambio y fuera!

Cien Balas (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora