Era demasiado temprano para estar despierto y Jimin lo sabía.
—Ten, hijo —su padre puso una taza de café frente a él además de la propia—. Perdóname por despertarte tan temprano pero tengo que hablar contigo de algo muy importante.
La noche anterior cuando tuvo su increíble cita con su novio, Jimin tuvo que volver de forma inesperada a su hogar porque su padre le llamó avisándole que tenía que hablar con el urgentemente de un tema que a ambos les importaba muchísimo. Él lo entendió a la primera así que en medio de disculpas le pidió a su novio que lo llevara a casa para poder hablar con su padre. El pelinegro aceptó su petición de inmediato y rápidamente se pusieron en camino al edificio. Cuando el rubio llegó a casa se dio cuenta que su padre no estaba, así que le llamó pero este le dijo que había surgido algo en la corporación y su plática tendría que ser pospuesta.
Pero Jimin no imaginó que se reanudaría al siguiente día muy temprano.
—No te preocupes, papá. Dime qué es eso que tienes que decirme, estoy muy ansioso —le dio un sorbo a su café y a su mente llegó el recuerdo de su novio. Él amaba el café también.
—Voy a ser directo —el rubio se tensó y su padre pudo notarlo—. Tu sabes que me hace muy feliz que estés con ese chico, Yoongi, porque te ha traído calma y parece ser un buen chico —Jimin asintió sin entender el punto pero estando de acuerdo con su padre—, y también sabes que mi mayor prioridad es que siempre estés bien y a salvo de cualquier peligro que pueda acecharnos…
—Lo sé, papá y te lo agradezco.
—Pero también sabes que estamos en riesgo todo el tiempo mientras no logre dar con ese maldito que está tras esa organización —el menor repitió la acción anterior y sintió un escalofrío recorre su cuerpo de pies a cabeza—, entonces tienes que estar consiente de lo que eso representa…
—Por dios, papá, dijiste que serías directo —su corazón martilleaba contra su pecho, y no podía ser una buena señal. El mayor extendió un sobre frente a su hijo
—Esto llegó a la oficina ayer.
Jimin tomó el folder. Miró a su padre y Hyung-Bae pudo ver el terror impregnado en los orbes de su hijo. Deseaba con todas las fuerzas que le quedaban poder terminar con ese martirio, pero por más esfuerzo que ponía nada resultaba. Todo era en vano.
—¿Qué es esto? —le temblaban las manos. Poco a poco fue abriendo el sobre amarillo y pudo ver qué se trataba de fotografías—. ¿Fotos? —sacó la primera y pudo verse a si mismo entrando a aquel local donde patinó con su novio—. ¿Esto es…? —miró la siguiente y en esa salía él desde lejos abrochándose los patines—. Papá, ¿cómo es que…? No, esto no puede ser —la siguiente fotografía mostraba a Yoongi en el restaurante donde había comprado los sandwiches gourmet, hablando con la chica que le cobraba—. Nos están siguiendo, papá.
Para el señor Park no había nada que le destrozara tanto como el ver el miedo en la mirada de su hijo, aquella que solía ser una mirada determinada, aguerrida, segura… verla empañada por el miedo y la incertidumbre era lo peor para ese hombre, y saber que siendo quien era no podía hacer nada le jodía todavía más.
—Hay una nota al final…
Jimin sacó todas las fotos y buscó con desesperación ese papel.
—A tu familia la sigue la muerte —leyó—. ¿El noviecito de tu hijo sabe el riesgo que corre al estar cerca de ustedes? ¿Debería saber que la muerte los persigue? —su voz se quebró al leer la última línea. ¿Nunca tendrían paz?
—Escúchame, hijo —quitó el papel de las manos de su pequeño rebelde y las tomó con delicadeza—, mientras yo esté vivo, nada ni nadie te hará daño. Ni a ti ni a quien sea importante para ti, ¿me oyes? —su hijo levantó la vista dejando libres las lágrimas que luchó por retener—. Voy a dar mi vida para protegerlos si es necesario, pero jamás voy a permitir que alguien te haga daño, hijo, jamás.
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Cien Balas (Yoonmin)
FanfictionJimin quiere curar a Yoongi. Yoongi quiere curarse a sí mismo a través de la venganza. «Tengo cien balas especiales para un único destinatario» *Historia 100% original nacida en medio del caos que provoca el bloqueo de escritor. ¡Disfruta!