NUEVE

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Jimin

Catorce días.

No había vuelto a salir con Taehyung de nuevo después de aquella noche. No la pasó mal, pero su padre estaba más nervioso que de costumbre y el solo hecho de comentarle que deseaba salir a dar una vuelta por ahí, le ponía las pocas hebras plateadas de punta.

No quería lidiar con un Park molesto y encima inquieto.

—¿Entonces no pasó nada con el extraño? —por enésima vez, Jimin rodó los ojos ante la insistente pregunta de su amigo—. ¡Ya! Perdón, es que no me lo creo.

—Ya te dije que no pasó nada de lo que tú sucia mente está maquinando —dijo Jimin con un toque divertido mientras daba leves golpecitos en la sien de Tae—. Solo platicamos de cosas sin sentido y ya. No todo en la vida es sexo, Tae.

—Yo nunca hablé de sexo —se defendió el castaño.

—Pero es en lo que estabas pensando. Te conozco lo suficiente como para poder asegurarlo.

—Pues yo creo que desaprovechaste una buena oportunidad —insistió—. Era un buen momento para ponerte en acción de nuevo.

—Ya cállate —una almohada llegó hasta el rostro del castaño, para luego ser la risa de Jimin la que inundara la habitación.

—Yo solo digo… dos años sin acción es mucho tiempo, Jimin. ¿Quién aguanta tanto tiempo?

—Yo —respondió el rubio con orgullo—. ¿Cuándo vas a dejar de ser un maldito sexoso? —otra pequeña almohada llegó hasta Tae pero esa vez hubo respuesta del castaño.

—No —movió la cabeza en repetidas ocasiones—. Yo no puedo creer que en esos dos años allá, no hayas conocido a nadie, Jimin. ¡Eres Jimin, por Dios!

—Cierra la boca de una vez —la mirada del rubio cayó sobre el pequeño cojín que tenía entre las piernas. Pensativo recordó a un chico de piel morena y grandes ojos negros. Tan guapo a sus ojos y tan misterioso a la vez—. Bueno, quizá si hubo alguien…

Marco era todo lo opuesto a lo que Jimin veía atractivo en un hombre. Sin embargo, hubo algo en esa pintoresca personalidad que logró atrapar a Jimin en un enamoramiento que, aunque fue fugaz, le hizo vivir el amor como nunca antes; libre.

Por primera vez no estuvo atado a una relación porque así lo decidieron ambos al entender que el rubio volvería a su país en algún momento de su vida. Su futuro no estaba planificado para residir en aquel país americano, y estaba seguro de ello.

Pero de manera inesperada, aquel hombre de tez blanca y ojos arrolladores llegó a su mente, como queriéndose meter a la fuerza y hacerle recordar que tipo de hombre era totalmente su estilo.

Ese pelinegro si era de su tipo.

El pensamiento le asustó un poco. Tenía un tiempo ya que no veía las relaciones interpersonales como un lazo fijo y profundo. No estaba interesado en enamorarse porque, el amor, en cualquiera de su clase, duele.

[…]

Su amigo se fue después de algunas horas y algunas películas vistas. Hubo risas y palomitas regadas por el piso, pero también una hora de plática profunda acerca del amor y sus enredos. Jimin seguía firme en su postura acerca de las relaciones sentimentales y defendía su visión; no estaba interesado en una relación. Taehyung insistía en que sería bueno regresar un poco a sus viejas costumbres, que empezar a salir y buscar diversión era también parte del proceso de sanar, pero a su amigo no le interesaba eso en lo absoluto.

Cien Balas (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora