La pesadez en su cuerpo ya no era un problema. Sentía un aura de calma a su alrededor un poco abrumadora si se ponía a pensar dónde estaba segundos antes. Todo era oscuro y silencioso, demasiado calmado pero muy cómodo al mismo tiempo.
Tenía vagos recuerdos. En ese punto ya no podía a obligarse a recordarlos, si lo hacía, su cabeza empezaba una batalla en su interior, creando un abrupto dolor incesante que podía hacerlo derramar lágrimas y no estaba dispuesto a ello.
Un fuerte olor a desinfectante llegó a su olfato, arrugando su nariz ante el molesto aroma. Luchó fervientemente por abrir sus ojos pero era demasiado cansancio el que sentía en todo su cuerpo que le hacía imposible la simple tarea de abrirlos. Apretó la mano sobre una superficie blanda y suave, además de fresca. ¿Dónde demonios estaba?
—Namjoon…
La voz hizo eco en su cabeza. Le resultaba conocida y le dio la sensación de estar seguro. ¿Desde cuándo estaba tan apegado a alguien que no fuera su arma?
—Namjoon, reacciona por Dios…
La voz era insistente y de pronto él sintió la necesidad de insistir también a su cuerpo para que abriera los ojos para así descubrir dónde demonios estaba.
Abrió los ojos y la luz lastimó sus globos oculares, haciéndole cerrarlos de manera casi inmediata sin poder ver con claridad donde es que estaba en ese momento. La voz llamó su nombre de nuevo y de manera lenta, pausada, fue abriendo sus ojos, acostumbrándose de a poco a la brillantez de los focos y el aroma a cloro que predominaba a su alrededor.
Apretó por última vez lo que se que su mano sostenía y se obligó a abrir los ojos.
—¿Dónde estoy? —su grave voz llamó la atención de la persona que le hacía compañía, quién se había puesto de pie y le daba la espalda—. ¿Qué es esto? —tanteó la pequeña manguera que conectaba una sustancia a su piel y se quejó de dolor al moverla un poco.
—¡Agente Kim! —el hombre apretó el botón de emergencia para llamar a la enfermera—. ¿Cómo se siente, agente? ¿Le duele algo?
La pregunta era algo tonta, pero no era algo que Kim Namjoon iba a decirle.
—Por supuesto que me duele todo —dijo. Hizo una mueca y cerró los ojos como si con eso el dolor cesara—. Tengo que encontrar a esos perros, teniente. Tengo que hacerlo…
—Primero debes enfocarte en la recuperación y después nos vamos a encargar de ellos, Namjoon.
El rostro del agente estaba totalmente forrado de hematomas recientes y de días pasados. Tenía el ojo izquierdo totalmente hinchado y morado, además de varios cortes pequeños en su rostro y uno bastante pronunciado en la mejilla derecha. No conforme con eso tenía enyesado el pie izquierdo y al parecer algunas costillas rotas. Podía deducirlo por el vendaje en la zona.
—Señor Kim, que bueno que ha despertado. ¿Cómo se siente? ¿Hay alguna molestia que deba comunicarme? ¿Dificultad para respirar? ¿Mareos?
El médico, de edad media, avanzó hasta quedar frente al hombre de 28 años. Sacó sus artefactos y se dispuso a revisar a su paciente con especial dedicación.
—¿Cómo lo ve, doctor? ¿Cuál es su diagnóstico?
—Llegó muy golpeado, con un cuadro crónico de deshidratación además de tres costillas rotas y el tobillo fracturado.
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Cien Balas (Yoonmin)
FanfictionJimin quiere curar a Yoongi. Yoongi quiere curarse a sí mismo a través de la venganza. «Tengo cien balas especiales para un único destinatario» *Historia 100% original nacida en medio del caos que provoca el bloqueo de escritor. ¡Disfruta!