Park Jimin estaba volviéndose loco.
Ni su padre ni Taehyung lograban hacer que sonriera un poco. El primero estaba ansioso por ver al causante del estado de ánimo de su hijo para decirle dos que tres verdades y de paso, darle una patada en las bolas.
Dejarlo sin descendencia era una buena idea.
—Vamos a tomar un trago —le animó su mejor amigo. Sabía que si le decía que no, era porque de verdad estaba al borde de la depresión.
—Estoy muriendo por el mal del corazón roto —dramatizó el rubio. Si había algo que hacía bien, era el drama.
—El alcohol es bueno para eso —dijo Tae—. Anda, vamos un rato y si te sientes mal regresamos de inmediato.
Jimin realmente no tenía ganas de salir. Se sentía triste pero además empezaba a molestarse por sentirse así. Pensaba que si a Yoongi le valía una hectárea de mierda no dar señales de vida, a él debía valerle el doble.
Por eso aceptó salir con su mejor amigo.
—Voy a darme un baño y nos vamos.
Taehyung sonrió con satisfacción y se dejó caer sobre el sofá a esperar a que su amigo estuviera listo para así poder sacarlo de su encierro y hacerlo despejarse un poco.
Veinte minutos después estaban yendo a un club un poco alejado de su hogar. Decidieron que lo mejor era no ir al de Hoseok porque la idea precisamente era que Jimin olvidara su drama del noviazgo -que ya no estaban seguros que siguiera bajo esa etiqueta-, y pasar un rato agradable solo ellos dos.
—¿Cuál es tu plan? —preguntó Tae a Jimin. Estaban recién llegando—. ¿Noche tranquila o alocada? —el rubio sonrió y llamó al chico de la barra.
—Dos tequilas dobles.
Taehyung lo miró con sorpresa pues pensaba que lo ideal para él sería tener una noche calmada con algunas cervezas mientras hablaban de lo doloroso que es el amor, de lo falsos que son los hombres y de toda esa mierda de la que se habla cuando se tiene el corazón roto.
—De una —habló Taehyung sosteniendo el pequeño vaso lleno frente a él.
—De una —concordó el rubio llevando el vaso a su boca y tomando todo el líquido de golpe.
Ambos hicieron muecas al saborear el líquido quemante en su esófago y rieron segundos después, uno sintiéndose menos preso de sus pensamientos invasivos y el otro contento de poder ver a su mejor amigo un poco menos triste.
—Me gusta verte así —dijo Tae. Su rubio amigo sonrió y le palmeó el hombro.
—Debo agradecerte el no dejarme solo en estos momentos.
—Oye, somos hermanos, ¿cómo piensas que podría hacer algo como eso? Si tenemos que odiar a Yoongi cuando regrese, estoy listo para ello.
—¿Crees que haya una explicación para su ausencia?
Taehyung no quería que el ambiente se tornara triste pero también sabía que escucharía a su amigo. No importaba si tenía que limpiar sus lágrimas o sus mocos; estaría ahí para él siempre, sin importar nada.
—Creo que si sabemos todo lo que insistió para estar contigo y no se rindió a pesar de todo, debe haber una explicación para todo esto —Jimin bajó su vista al vaso vacío—. Es cuestión de esperar a que regrese y lo obligues a decirte la verdad. Yo puedo ayudar con eso, tengo cuerdas resistentes en mi casa.
Jimin rio de forma escandalosa y negó aún sumergido en su momento de diversión.
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Cien Balas (Yoonmin)
FanfictionJimin quiere curar a Yoongi. Yoongi quiere curarse a sí mismo a través de la venganza. «Tengo cien balas especiales para un único destinatario» *Historia 100% original nacida en medio del caos que provoca el bloqueo de escritor. ¡Disfruta!