ONCE

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Jimin

Park Hyung-Bae no era del tipo de hombre que se ponía nervioso con facilidad. El tipo de vida que llevaba desde años atrás no se lo permitía, pero ese día en especial, ese sexto sentido que había desarrollado por su trabajo, le indicaba que algo no andaba bien. Veía a su alrededor y todo parecía estar en orden; su hijo parecía tranquilo sentado en la primera fila del anfiteatro al lado de Tae, quien también era como su hijo. La decena de hombres que había dentro del lugar para mantener todo bajo control parecían relajados ante la normalidad que envolvía el ambiente, y las dos decenas en el exterior parecían tener todo en orden.

Quizá el único paranoico ese día era él.

—Papá, ¿qué te pasa hoy, eh? —Jimin se acercó a su padre dándole un ligero apretón en el hombro, notando enseguida la tensión en él—. Relájate, todo está bien. Vas a recibir el nombramiento por el que has luchado desde hace tiempo, ¿no estás feliz por eso? Mamá estaría muy orgullosa de ti, así como lo estoy yo.

Hyung-Bae sonrió con tristeza. Su amada esposa debería estar ahí con ellos ese día… sin tan solo hubiese podido protegerla…

Protegerlos a ambos.

—Estoy feliz porque te tengo conmigo.

La tristeza de su padre era palpable. Jimin lo sabía y lo entendía; el sentía la ausencia de su madre todos los días, pero ese en especial era un sentimiento más profundo.

Tomó el rostro de su padre entre sus manos limpiando el rastro de alguna que otra lágrima traicionera. Le sonrió, animándolo y haciéndole ver que todo estaba bien, que ellos estaba bien y unidos.

Eso es lo que importa, pensó Jimin.

El evento por el que todos se encontraban ahí estaba por dar inicio. La voz de un hombre por el micrófono dio anuncio de ello. Jimin y su padre se dirigieron a sus respectivos lugares; el mayor ya más tranquilo y el menor feliz y orgulloso de su padre.

—¿Todo en orden? —cuestionó Taehyung a Jimin que parecía inquieto luego de su encuentro con su padre.

—Quiero pensar que si —respondió el rubio—, pero noto a mi padre muy inquieto. Me preocupa que esté pasando algo y esté ocultándolo.

—¿A qué te refieres? ¿Algo cómo que?

—Es eso lo que no sé, pero voy a averiguarlo.

El evento fue avanzando. Un discurso extenso sobre el arduo trabajo de la Corporación Especializada Antinarcóticos (CEA), casi hizo dormir a Taehyung, quién recibió un leve codazo por parte de su rubio amigo. Cinco minutos después, el jefe de dicha corporación se aventó otro nuevo discurso en el que resaltaba todas y cada una de las capacidades propias de quién estaba por recibir ese nuevo nombramiento.

El aún agente Park Hyung-Bae, parecía más tranquilo, sentado al inicio de aquella fila donde personalidades importantes de la CEA le acompañaban para dar fé de su nombramiento. La sonrisa del hombre ante los elogios de aquel hombre mayor que regía aquella corporación, le daban a Jimin un poco de tranquilidad. Ya no parecía estar al borde de un colapso mental y eso le hacía sentir mejor.

—…Es por eso que nuestra corporación se enorgullece en reconocer al agente Park Hyung-Bae, ahora como Teniente I (primero), y activo a cargo del grupo de investigación —dijo el hombre con evidente orgullo—. Poniendo como prioridad el bienestar de la sociedad, estamos seguros que nuestra decisión es la correcta, y de ahora en adelante, seguiremos en la lucha contra la corrupción, eliminando con éxito las fuentes de la contaminación hacia nuestros jóvenes —los aplausos no se hicieron esperar ante las palabras del hombre. Jimin sonrió orgulloso al ver cómo su padre recibía una medalla y le colocaban una plaquita brillante sobre su saco.

Cien Balas (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora