En Almawtu no solo enseñaban literatura, matemáticas, biología e historia, también habían clases sobre fantasmas, vampiros, y otras criaturas.
Suelen darse después de las cuatro de la tarde donde solo los curiosos e interesados asisten para aprender a leer tarot, practicar brujería, entender la hechicería, estudiar los sueños, investigar cementerios y cosas que cualquiera califica como espeluznantes; Roxanne solo deambulaba por ahí observando que los espíritus no se metieran en problemas, ya que la energía del ambiente en cada salón emanaba los atraía mucho y eran propensos a provocar los famosos poltergeist. Cuando dieron las cuatro y al salir de su clase, estaba por hacer su recorrido hasta que una silueta apareció: pareciera que fuese un demonio, una figura humana con un rostro de zorro y cabellera marrón, moviéndose con una agilidad sobrehumana para ser un vivo, pero no era un fantasma de los peligrosos, sino un conocido.
La figura la llevó hasta un pasillo completamente solitario y la joven se dirigió a su dirección, cuando al fin pudo reunirse habló antes que aquel chico.
—Anais dijo que estarías en el oeste con la tía Mihjo.
El joven ni se inmutó y se quitó la máscara revelando a otro pariente de la joven, no por la cabellera, pero era claro que eran familia, y el chico le respondió con una voz rasgada por un aparente signo de pubertad.
—La abuela me pidió que viniera a supervisar, pero lo estás haciendo bien por tu cuenta así que veo que no tienes problemas.
—Lo sé, pero es completamente aburrido.
—Al menos no tienes que lidiar con Victoria, está queriendo golpear a cada fantasma que le hace muecas y se le colma la paciencia.
—Hubiera sido mejor a estar aquí sola con mocosas que te dan una ducha inoportuna.
—Lamento oír eso. En fin... Oh, por cierto —dijo mientras le entregaba una caja diminuta—. Dado que la ceremonia no se pudo hacer, al menos ten esto.
—Se aplazó para el fin de semana.
—Dile eso al tío Haimish, se enteró y se molestó un poco. Cree que te enfermaste a propósito y nada lo convence de lo contrario.
—Le dije a la abuela que estaba bien —mintió la joven con naturalidad—, solo estaba muy nerviosa.
—Y terminaste enferma, espero que estés tomando tu medicina. En fin, ya me voy, hay algunos espectros por la costa y Vicky no puede con tantos, te cuidas y te diviertes con las duchas.
Se fue con la misma agilidad con la que había entrado, dejando a Roxanne sola y nerviosa, bien era cierto que se enfermó con intención, gracias a un té que su madre le preparó y tomó sin levantar sospechas; después de recordar las palabras de su primo, la joven miró a todos lados antes, solo las almas pasaban por el callejón así que se encogió de hombros y abrió el paquete: un brazalete de múltiples cuerdas de metal y perlas grabadas con diversos símbolos, un poco oxidado por el tiempo pero en buen estado. La joven estaba por ponérselo cuando escucha una voz a sus espaldas, y lo guarda para evitar que se lo quiten, justo en el momento donde la bully y compañía entraban para tramar alguna fechoría.
—Miren chicas, una bruja.
—Dicen que se convierten en bolas de fuego.
—Busquen agua bendita, seguro y así desaparece.
Roxanne salió tras empujarlas, no contaba con que la detendrían del cabello y la derribarían, si bien tenía la fuerza y habilidades para regresar el trato, debía evitarse los problemas a toda costa, por lo que se quedó inmóvil.
—¿No sabes respetar a tus superiores? Debes pagarnos por cruzar por el callejón.
—Creía que eras de esas familias que tragan dinero —le escupió con enojo—, ¿para qué cobrarme?
—Chicas...
Aquella voz era de un chico, vestía limpiamente el uniforme del internado y parecía de atractivo gentil salvo su cabellera peinada en rastas, que le daba el aspecto de carisma y gracia, las miraba con seriedad y se acercó a ellas para levantar a la joven pelirroja.
—¿No deberían estar en clases? ¿O en algún curso siquiera?
—¿Acaso importa?
El chico solo se encogió de hombros, luego las empezó a señalar una a una mientras salían del callejón.
—Yo que tú, no iría a ese lugar que "descubriste", tú deberías dejar el maquillaje por un tiempo o a la semana lo vas a lamentar; yo que tú evitaba hablar en voz alta en la cafetería de nuevo. Y tú —le dijo a Roxanne mientras se la llevaba y daba la espalda—, vuelve a tu guardia o te van a regañar.
—¿Acaso nos amenazaste?
—No soy una amenaza, solo un vidente de Cassandra.
Ninguna supo lo que había sucedido y siguieron lo suyo, mientras que la joven y el chico, una vez fuera del camino de las otras, suspiraron de alivio.
—Casi te metían en un lío gordo.
—¿Qué fue todo eso?
—Nada importante, a no ser que no hagan caso a la advertencia.
—Espera, ¿realmente eres un vidente?
—No, aunque seguro y sería genial. La castaña de cabello corto estuvo fuera de clases todo el día, la vi por las ventanas entre clases, y en el receso estaba detrás del baño de chicas grabando, seguro y tiene planes macabros. La otra de cabello largo, bueno, he visto a señoras que se maquillan en exceso y acaban en el hospital, la chica tenía marcas de alergia, o se ha maquillado con polvo de mercurio o tiene problemas de piel. Y la otra no ha hecho nada más que insultar a la cocinera, igual se saltó las clases para molestarla.
—Supongo que diste aviso a los profesores.
—Exacto, bueno, al menos a la de los baños. Y por cierto, Simon Novak, a tu servicio —dijo extendiendo la mano.
—Oh, bueno —le extendió la suya por cortesía—, Roxanne Makoto. Gracias por salvarme. Te debo una.
—De nada.
En ese momento escucharon los gritos de una profesora, al parecer ya habían detenido a la acosadora y pronto todo su grupo recibirían una reprimenda, al ver la noticia, Roxanne empezó a reír bajo, y su compañero aprovechó para hacerle unas preguntas.
—¿A qué curso perteneces? ¿O realmente te dedicas a hacer vigilancia?
—Oh, a ninguno. Y eso de vigilar, es un pretexto para no ir a clases.
—¿Aún no te decides? ¿Te gustan todos? ¿O es que no crees en lo paranormal?
—Algo por el estilo... Hablo de, no decidirme, creo que sí hay fantasmas y fuerzas que no están a nuestro alcance, y respeto que estén los que se dedican a ello.
—Buen punto de vista.
—¿Y qué hay de ti?
—Hechicería, lectura de cartas e investigación paranormal.
—Se ve que te llama la atención.
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Afterlife Academy
ФэнтезиLos guardianes del mundo de los muertos decidieron adoptar a los vivos como sus hijos, pero aquello significaba que verían las almas de aquellos que se niegan a irse al descanso eterno, por lo que muy pocos decidieron aceptar esa curiosa petición: l...