Afterlife Academy

El Guerrero de Luz con corazón oscuro

Creyó estar alucinando cuando vio un campo con solo una casa.

El lugar se le hacía conocido al menos mencionado, pero no estaba segura de dónde estaba. Se elevó por las alturas buscando a la joven, pudo ver a una niña jugando con un perro negro, estuvo revisando por todo el campo cuando unos gritos le llamaron la atención.

—¡Saquenme! ¡Auxilio!

Mariel estaba tirada en el suelo del campo, así que se acerca a ella con cautela y mira alrededor.

—¿Viste al espectro?

—¿Quién eres tú? ¿Y por qué el traje de payaso?

—Veo que te gusta estar aquí, así que seguiré mi camino.

—¡No! Era una broma, no iba en serio. No vi al fantasma, solo vi este diario solo en el estante y quise rayarlo.

—¿Nadie te ha dicho que no tomes lo que no es tuyo?

—¿Nadie te ha dicho que tu cabello está en llamas?

Alzul no iba a perder el tiempo, comenzó a caminar en busca del espíritu y se percató que el lugar donde estaban tenía similitudes con otros cuentos; estaba la casa de Dorothy, una casa de dulces hasta una colina, y lo que parecía ser un castillo más alejado todavía.

—Apostaría que el espíritu solía ser un lector de fantasía —pensó para sí.

Repentinamente, el viento comenzó a soplar furioso, el tornado se estaba formando y las atraía hacia él; la joven guerrera no tenía problema en aferrarse al suelo gracias a sus armas, pero Mariel estaba siendo arrastrada, levitando cada vez más. Tomó el brazo de la chica y voló en dirección a la casa de dulces, más no contaba con que el tornado sería demasiado potente, por lo que expandió sus alas y logró ganar fuerza para huir del lugar, aterrizando en la tierra dulce.

Cuando estuvieron a salvo, la joven bajó a la chica y se puso a investigar una forma de acabar con el espíritu.

—¿Seguirá vivo?

—Un espectro no puede "morir" precisamente.

—¿Y cómo lo vas a derrotar, ninja fantasma?

No respondió, el tornado del cuento anterior había desaparecido por lo que pareciera que el ente las había encontrado lejos, entonces se escuchó un grito, por lo que se preparó para un ataque, pero del cielo, aterrizando en la arena de azúcar, estaba Simon nuevamente.

—Ugh, ahora caen ñoños del cielo, vaya cuento más estúpido.

La aamusan corre a auxiliarlo.

—Te dije que no te acercaras al diario.

—Lo sé, ¡pero él me atacó!

—¿El fantasma del libro?

—No, era uno... Cómo tú, o de tu clase, pero era emplumado, con armadura brillante y llevaba un cuerno. Me atacó por la espalda y tomó un libro de la biblioteca y lo puso junto a los del estante... Le iba a dar cara, ¡Pero abrió el portal del libro y me empujó!

—¿Un aamusan te atacó?

—¿Y dónde está tu novia, nerd? —se burló la chica.

—Evitando meter la pata como tú.

—Si siguen peleando, el espectro tomará sus almas y jamás saldrán de aquí —setenció la guerrera.

Los dos se quedaron en silencio, y de pronto una nube cayó sobre la casa dulce, por lo que Alzul agarró a los chicos para evitar que les hicieran un daño mayor, se escucharon estruendos y salió un anciano mal vestido, ofreciendo dulces a los chicos.

—¿Gustan algún caramelo?

Mariel estaba por aceptar de no haber sido por la aamusan quien se interpone, el anciano toma una de las golosinas y ésta aumenta de tamaño, a la vez que adquiere una punta peligrosa. Alzul desenfundó su espada justo cuando el villano inició su ataque, y en medio de una danza de espadas, les dice a los jóvenes que huyan hasta donde está un castillo.

Los chicos estaban corriendo desesperados, cuando una sacudida se hizo presente y el castillo había desaparecido, siendo reemplazado por una extensa pradera con poca nieve.

—¿Qué vamos a hacer? No hay espacio para ocultarse.

Simon estuvo a punto de responder, de no ser por un ruido provenir detrás de ellos, por lo que siguieron su camino y procuraban de no ser perseguidos; habían llegado a los árboles cuando Alzul cayó tras haber sido atacada por el espectro, al ir hacia ella notan en su brazo una herida.

—Eso se ve terrible.

—Es peor —dijo entre jadeos la guerrera—, mi antecesor fue quien lo encerró, ahora creé que puede hacerlo pagar si me ataca a mi.

—¿Qué tan grave es eso? —pregunta Mariel asustada.

—En el peor de los casos, los tomaría a ustedes.

—¿Qué tan poderoso es? —pregunta el chico.

—Por lo poco que he visto, tiene influencias sobre los libros que lo rodean, puede tomar algún elemento de ellos. Eso y que no puede salir precisamente del diario, lo cual es bueno.

—Hizo aparecer una pradera antes de llegar al castillo.

—Eso no parece del todo su obra, a no ser que sea de alguna cuyos cuentos mencionen una.

—¿Soy yo o huele a menta este lugar? —pregunta la chica extrañada.

La aamusan olfatea tras el comentario, y comprueba que en efecto el aire tenía esa escencia por los árboles que estaban a su alrededor, el cielo estaba despejado y radiante, y la nieve no era precisamente fría.

—Ninguno de los cuentos anteriores menciona nieve. Alguien debió poner un nuevo libro en el estante.

—¿Qué libro puede ser? —pregunta el chico un tanto intrigado.

—¿Alguna idea? —preguntó Mariel con ironía—. No soy mucho de libros y esas cosas bobas.

—Eso explica muchas cosas de ti.

—Conozco este libro —dijo Alzul un tanto calmada—. No hay tanto peligro aquí, así que el fantasma no podrá atacar tan gravemente.

—¿Hablas del libro de los ponis con magia?

Aquella voz se escuchó encima de sus cabezas, en las ramas de los árboles, aterrizando con gracia, apareció un aamusan, un guerrero igual que la joven, pero con ciertas diferencias: vestía de blanco y tenía un cuerno en la frente, su cabellera era blanca con mechones plateados, y su traje era llamativo debido al plumaje y metal de su armadura.

—Veo que eres la nueva aamusan de Sombra, vaya forma de conocernos.