Era lunes, estaba lloviendo.
Roxanne estaba en el receso de las once junto a Simon, quién le ofreció una barra de chocolate tras recordar el incidente.
—¿Y eso?
—Le platiqué a mi abuela tu situación, y supuso que alguien te había hecho un daño muy fuerte desde antes para que ahora saliera y empeorara, así que se puso a hacer chocolate mientras cantaba. O creo que eran rezos, no estoy seguro, era una lengua muy diferente a la que conozco, pero se la pasó así hasta que terminó y me pidió que te lo diera, y que en la noche pusieras un amuleto.
—Quizás me ayude, aunque por ahora puedo descansar —sonrió agradecida.
La verdad era que, ahora que puede escuchar a los fantasmas, éstos no le dejaban dormir bien por la noche debido a sus incesantes charlas y discusiones, y se enteraba de cosas que prefirió no volver a pensar, por lo menos ahora podría dormir en comparación a los desvelos buscando a la paruka.
—Eres muy propensa a atraer energías, podrías estar en un club de hechicería y aprender protecciones.
—Dudo mucho que eso me ayude como se debería —dijo tomando en cuenta que aquellas lecciones no le servían en absoluto, más que nada por su condición longeva y conexión a lo espiritual.
Transcurrió el tiempo, eran las cuatro de la tarde cuando estaba en los baños, pensando en la situación y viendo el brazalete, Sombra le había explicado en sueños que aquel era un mapa de los glifos más poderosos del santuario, siendo el más grande el más difícil de lidiar y detallando algunos colores (siendo los oscuros aún más peligrosos que el resto). Estaba muy metida en sus asuntos cuando una voz le llama de repente.
—Date prisa, o ellas vendrán a mojarte.
Al mirar arriba, una joven de apariencia delicada la saludaba.
—Gracias por la advertencia —murmuró, y el espíritu le responde.
—De nada, me da gusto conocer a una aamusan. Y dado que vi cómo te molestan, quise ayudar.
Y se fue, Rox suponía que los susurros no eran un problema a la hora de comunicarse con ellos pues los escuchaban con tanta claridad, salió de los baños y al dar la vuelta vio a las chicas con un balde lleno de un extraño líquido (cuyo contenido no quiso averiguar); estaba por ir a encontrarse con su amigo cuando se encontró con quien parecía ser un profesor, bajo de estatura, fornido y de gafas elegantes, se había acercado a ellos.
—¿Usted es la señorita Roxanne Makoto? —dijo con voz profunda.
Aquel caballero habló con una voz profunda, y si bien no lo reconocían era claro que no era un maestro de las clases ordinarias, y supusieron que era nuevo en el curso (o el joven lo hizo), por lo que se encontraba perdido.
—Si —dijo un poco desconcertada, aquello no era muy buena señal para ella.
—Necesito que venga conmigo, hay algo que quiero tratar con usted.
La joven le hizo una seña discreta a su amigo para seguirla, solo por emergencia, y acompañó al caballero, seguidos de Simon por detrás y a una cierta distancia; anduvieron hasta llegar a la biblioteca, donde tras llegar hasta una esquina apartada estaba una fotografía de anuario de hace tres décadas, el maestro atraviesa la pared tras asegurarse de no haber sido visto. Roxanne entonces entendió la situación, y vigilando que su amigo estuviera lejos le siguió, con ayuda del brazalete (había explicado Sombra), ella podría adquirir las habilidades espectro en el mundo terrenal sin necesidad de convertirse en guerrera, y estuvo junto al profesor atravesando la foto y sin llamar la atención.
📕📕📕
Tras atravesar el muro llegaron a cruzar hasta otra biblioteca, o al menos eso parecía: la luz era radiante, las almas andaban en los pasillos de la misma forma que los vivos, y en lugar de libros los estantes estaban repletos de pergaminos con diversos nombres.
—Bienvenida a la biblioteca de las almas —sonrió el profesor—. Un fragmento minúsculo de la dimensión espectro.
—No tenía idea de que hubiera un lugar así —admitió Roxanne asombrada.
—Bueno, los fantasmas no solo rondamos lo terrenal, aquí están los espíritus que aún no pueden pasar por temor, o porque esperan a los suyos o por conocer a sus descendientes, o por cualquier otra situación, son muy diferentes a los que están señalados bajo el sello, no son en absoluto de gran amenaza, pero son propensos a ser absorbidos por los que sí lo son.
—No tenía idea de que hubiera algo así en el internado, mi familia ve fantasmas pero ninguno atraviesa paredes, y pues, creía que los fantasmas sólo vagaban lo terrenal.
—Solo unos cuantos, y en cuanto a tu familia, bueno, tengo entendido por tus primos que es algo de un primer trato o pacto...
—¿Primer Pacto?
—Así es.
En ese momento, desde el escritorio en un segundo piso, salió volando un pergamino y cayó en manos de la joven, el papiro estaba en un estuche fino y con grabados antiguos, y tras desenrollarlo apareció escrito la historia sobre los Guerreros Aamusan, el cual comenzó a leer.
—Cuando Make y Nayim hicieron el pacto con las familias, no todos los miembros estaban muy seguros de aquella decisión, pero sí estaban de acuerdo en seguir a sus familiares —entonces se puso a pensar—. Mi padre hizo el pacto directo con ellos, su familia solo lo seguiría, de haberme negado estaría en su misma situación. Por eso era el entrenamiento. Todos estos años...
—Dado que eras su hija —dijo una voz a su espalda, era la paruka—, eras la indicada a seguir con su trabajo. Cualquiera pudo haber aceptado, pero tras lo ocurrido y después de que te mudaste a su casa, decidieron que tú seguirías ese legado.
—Entiendo que no hay vuelta atrás, pero eso me decepciona un poco. Son mi familia, y justo apenas me entero de esto último.
Lo cierto era que sabía que ella no sería la heredera al inicio, pero recordarlo sólo le causaba molestia.
—Ve el lado bueno, sabes dónde pasar el rato si te aburres de los cursos, podrías ayudar a las almas a resolver algunos conflictos.
La joven sonrió, pero por dentro, aún dudaba de esa decisión.
—Ya no hay vuelta atrás —pensaba—, pero no quiero imaginar por lo que pasó papá, al menos él pudo elegir.
Y suprimió una amarga sensación.
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Afterlife Academy
FantezieLos guardianes del mundo de los muertos decidieron adoptar a los vivos como sus hijos, pero aquello significaba que verían las almas de aquellos que se niegan a irse al descanso eterno, por lo que muy pocos decidieron aceptar esa curiosa petición: l...