Afterlife Academy

Ciertas libertades

Roxanne estaba confundida como sus amigos.

Sombra había dicho que Olive era una médium de verdad, pero no tenía idea alguna de lo que ocurría, para evitar sospechas salieron a las jardineras y así hablar con más libertad.

—¿No ese es el que andaba en tu casa cuando te visitamos la primera vez? —preguntó la platinada.

—¿Quiénes son tus padres? —respondía Sombra detrás de Rox actuando como un felino al acecho.

—¿Qué hace tu pariente en la escuela? —preguntó Simon confundido.

—¿Por qué debería responder a su pregunta?

—¿Cuántos años tienes de antigüedad? —siguió Oli sospechando.

—¿ME DIJISTE ANCIANO? —dijo la paruka haciendo de víctima.

—Sombra, por favor. Aquí no... —murmuró Roxanne preocupada.

—Es demasiado peligroso hablar en voz alta, y más llevarlos a la dimensión espectro...

—¿Dimensión espectro? —preguntaron ambos confundidos.

—¿No les explicaste nada?

—Se supone que no, que no se debe hacer y eso. ¡Acabas de contradecirte!

—¡Ajá! Ahora por eso tenemos derecho a saberlo —exclamó su amiga victoriosa.

—No, no y punto final.

—¿Pero por qué? —quiso saber Simon—. Realmente juramos guardar el secreto.

—Por favor —suplicó la chica—, juramos no decir nada.

—¿Qué desean perder si no?

—A parte de la memoria, ofrezco mi don.

—Yo... Uh... Ofrezco mi vida.

—¡No, Simon! —le regañó Rox molesta hasta que Sombra la detuvo.

—Todo recuerdo, incluyéndola.

Simon miró dudoso, pero aceptó.

—Bien, tomaré la palabra.

—No tienen que hacerlo de esta forma... —dijo la pelirroja para defenderlos.

—No serán del todo Sehrgar, pero te podrían ayudar bastante bien. Pero tu amiga...

—Primero me dices bicho...

—Dije médium auténtica.

—Eso, y ahora quieres algo conmigo, ¿Sabes que la policía no aceptaría lo nuestro?

—¿Qué?

—¡¿Qué?! —gritaron sus amigos.

—¿Cómo se te ocurre? ¡No! No te busco por ello.

—Olive —la revisó su amigo mientras le tomaba la temperatura—, ¿te encuentras bien?

—Eeh... Sí, claro. Era broma de todos modos.

—Hace años que no se ven médiums de verdad en el mundo, el último murió hace cincuenta, y tú eres una con el don, pero no eres del todo médium.

—No te entiendo.

—Hay algo dentro de ti que despierta muchas alertas. Algo muy, muy extraño, y me atrevo a decir que es algo de lo que no tengo ni conocimiento ni certeza.

—Normalmente no paso de ser la rara de la escuela.

—¿Naciste con eso?

—Yo... —la chica dudó un poco, además de tener una expresión de miedo que la ponía inquieta, incluso temió que la juzgarían.

—Sólo era una pregunta —intervino Rox para calmarla—. Es algo normal, y pues, Sombra no es tan aterrador una vez que te acostumbras a verlo.

—Oye —exclamó el mencionado.

—Pues... No sé si sea por decirlo, pero empecé con ello a los seis o siete años.

—Con eso me basta —dijo la paruka volviendo a la calma—. No voy a insistir, a menos que haya una situación que lo requiera.

Olive suspiró de alivio y sus amigos la envolvieron en un abrazo.

—Pero los tendré vigilados —siguió el dragón—. Hasta ahora son los únicos a los que Likht puede atacar si se entera que saben la identidad de su amiga, tengan en cuenta eso antes de meterse en problemas con el mundo espiritual.

Sombra estaba por irse cuando la pelirroja lo detiene.

—¿Pero y los demás? ¿A caso olvidas que Likht puede decirles que yo tuve la culpa?

—Mientras el niño unicornio no suelte la sopa, nosotros tampoco. Creo en ellos, sobre todo en el nieto de Molly.

La paruka delató un comportamiento nervioso, así que su guerrera no lo dejó irse sin hacérselo notar.

—Parece que me ocultas algo, no sé qué sea, pero lo sabré.

—Bien, los dejo, se portan bien si no quieren que los castigue seriamente.

—Sombra, hablo en serio.

—También yo —soltó amenazante.

La paruka se desvaneció y dejó a los chicos, quienes se miraban un poco confusos mientras la joven murmuró molesta.

—De verdad me oculta algo, y muy malo, me atrevo a apostar la vida a que lo es.

—¿Así suele ser siempre? —preguntó Simon intranquilo—. Realmente es misterioso, pero tal cual ocultista...

—A mí me dio miedo —admitió Olive—. De verdad que no era por ser mala, pero no suelo hablar de mi don con nadie... Ni siquiera con mis padres.

—De verdad Rox, te juro que nunca voy a decir nada.

—Yo tampoco, Roxxy, te lo juro.

La joven suspiró aliviada y preocupada a la vez, tras un rato pudo calmarse y se prometió que no dejaría que lastimaran a sus amigos otra vez, ni Likht, ni nadie.

—Lo que verdaderamente me intriga es que hayas dicho que él puede andar contigo —dijo para aligerar la tensión.

—Bueno, la verdad es que sí es atractivo, pero obvio no voy a andar con alguien mayor que yo.

—Ahora no sé qué pensar de eso.

—¿Por qué diría eso de Olive?

—Ni yo lo sé.

Volvieron a clases, aún no se veía a Seamus por lo que era buena señal en ese entonces, pero todavía le preocupaba que la paruka le haya permitido esa libertad.

🍵🌿🌿🍵

Aquella noche estuvo soñando de nuevo con su padre, esta vez ambos estaban en la biblioteca fantasma, frente al diario de Elieh como si lo fuesen a dejar, y su papá la sacó de ahí y le dijo dos palabras.

—Medium... Kosca...

Entonces estaba en la biblioteca del internado, en el estante donde el diario fue encontrado, junto a dos libros más, uno oscuro y otro verde.

Y despertó agitada, tenía noches en las que no había soñado con Leo y la última pareció una señal, así como el que acababa de tener.

—¿Qué significa todo eso? —se preguntó —. ¿Papá sigue vivo?