Afterlife Academy

Una temporada de enfermedad (primera parte: Visitas por las fiestas)

—No consigo entender lo que tratas de explicarme.

—Solo piénsalo, aunque si Zabluda no hubiera interferido en todo de esa manera, podríamos saber porqué Olive tiene esa pesadilla y así tener una pista sobre su clarividencia.

—Es un buen punto, y de verdad lo entiendo.

—¿Entonces qué no entendiste?

—¿De verdad debo empezar desde el inicio?

—Bueno...

🎄🎄🎄

Desde el incidente con Jinamizi las cosas habían vuelto a la normalidad, ahora faltaban dos semanas para celebrar una sencilla fiesta navideña en el internado antes de las vacaciones; el único inconveniente era, según Roxanne, esas fiestas.

Olive ya le había confesado acerca de su pesadilla después de su encuentro con la aamusan y lo sucedido con el bokor: desde que tenía cinco años aquella figura (Koko) se situaba a la orilla de su cama y murmuraba cosas en una lengua que no conocía, además de que una noche le dio a beber sangre y desde entonces dejó de verla, y a los siete años empezó a tener las visiones.

—Es una situación muy fuerte.

—Al principio me alegró no volver a verla, pero desde que tenía ese don las cosas se hicieron más complicadas, mis padres no me creían, incluso me iban a llevar a un psiquiatra, entonces fingí que era un juego; así estuve incluso hasta antes de conocerlos.

—¿Supiste que seríamos amigos por eso? —preguntó Simon intrigado.

—No, solo me cayó mal que Seamus los molestara en aquel entonces, además de que él tenía planeado matar a Roxxy.

—Fue lo que viste en ese instante.

—Eso sí. Además tampoco sabía si contarles a ustedes, hasta que pasó lo del vampiro.

—Lo bueno que ya no estamos bajo peligro.

—Además pronto va a ser navidad, y siempre ocurren cosas buenas.

—Espero no te hayas mordido la lengua.

Roxanne tenía cierta molestia, su voz la delató enseguida.

—¿Ocurre algo, Rox?

—Nada, disculpa.

—Bueno... 

—De verdad. No. Pasa. Nada.

Sus amigos se preocuparon por una posible ola de emociones, sorprendentemente no ocurrió, sabían que la joven aún no tenía control sobre su estado salvaje, pero curiosamente eso no sucedió. Roxanne los dejó solos y decidió caminar por el internado, los estudiantes charlaban alegres y presumían regalos que se intercambiaban, mientras los espíritus reían y aparentemente estaban alegres; caminó por donde solía aparecerse la habitación fantasma, ahora inexistente, y estuvo por soltar insultos al aire cuando una voz la sorprendió.

—¿Vas a soltar tu lado oscuro?

Detrás de ella, con un abrigo y una maleta pequeña, estaba Seamus.

—¿Qué haces aquí? ¿De dónde te apareciste? Deberías proteger tu santuario.

—La verdad, odio pasar la navidad en el teatro, este año planearon presentar "Un Cuento de Navidad", y me eligieron para ser Scrouge. Dejé a mi doble en mi reemplazo.

—Creo que me doy una idea de la razón.

—Además —dijo sacando una caja perfumada y envuelta—, seguro y aún recuerdas los regalos de los amigos de tu padre.