El retrato de la dama de pesadilla

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Estaban en la segunda semana de octubre cuando los llevaron de excursión al museo de la isla.

Miraba por la ventana del autobús cuando Simon le hablaba sobre algunas de sus obras favoritas, había mentido sobre quedarse nuevamente en la institución (incluso falsificó una firma de uno de sus familiares), y seguía sin hablar con la paruka (ya que últimamente le juzgaba su manera de hacer las cosas), además que ahora había encontrado la manera de hablar de lo que sentía con su padre, ya no le consultaba nada a la entidad sobre sus deberes, sin embargo el resentimiento no desaparecía, pero ignoraba esos pensamientos.

—Me gusta mucho el cuadro de la reina lobo, pero odio el de la niña Camelly.

—¿Qué tiene esa pintura de especial?

—¡¿Nunca habías ido?! —preguntó Olive asombrada.

—No me dejaban salir de casa, y ahora tengo la suerte que puedo escapar sin que me descubran.

—La reina lobo es una pintura hecha con metales incrustados y espejos. La otra... Es un poco "perturbadora en su época".

—¿Y por qué está en exhibición?

—Es del mismo pintor, y la misma técnica, aunque verla es un tanto extraña, y pareciera que se le salen las vísceras.

—Según eran flores, pero un año después de su exhibición un niño divulgó que era un crimen que ocurrió en la realidad, y desde entonces se le ve de forma horripilante.

—Intentaré buscar las flores.

Cuando llegaron al museo se dividieron en equipos, cada cual debía estudiar la historia detrás de la pintura que más llamara su atención; Roxanne quedaba fascinada con cada escultura y cuadro que mostraban, también con las momias y fotografías antiguas colgadas en las paredes, le daban miles de emociones.

—¡Esto es súper dúper genial!

—Roxxy, baja la voz —Olive la llevó hasta las pinturas que anteriormente le había mencionado—. Estás son las pinturas.

La joven podía ver con claridad las piedras incrustadas en el pelaje del lobo, imitando un efecto de marmoleado que parecía un caleidoscopio a la vista; la segunda obra mostraba a una joven en el césped de un prado con piedras rojizas en su abdomen y alrededor, podría ver la similitud con las flores en el campo, pero también se asimilaba a una escena del crimen, y a lado de las pinturas estaba el fantasma del autor, un hombre caucásico y barba enmarañada.

—Solo porque el único capaz de reconocer que pinté una escena de crimen fue un niño me colgaron a la horca, era obvio que era sangre y tripas en ese momento. Me mandaron a la muerte por creer que yo fui el asesino, ¡y sorpresa! Apareció meses después de mi muerte...

Roxanne no supo responder ante el comentario, por lo que lo dejó de lado y lo vio marcharse por la puerta de las almas ; observó otras pinturas y obras de arte que le parecían magníficas hasta que escuchó romperse una perla, al mirar el brazalete, la inscripción marcaba "narcisista", algo en ese lugar estaba por estallar.

—Hasta ahora no se habían roto, creí que ya no lo harían más.

—¿De verdad? Creí que ya estaba todo eso resuelto.

—No todas las almas selladas tienen sus pendientes resueltos. Esto es distinto, hay un sello fuerte por aquí, será mejor que lo investigue antes de que sea tarde.

—Miren, chicos —señaló Olive con cierta desconfianza.

Rox y Simon fueron con la joven cuando estaba viendo una pintura antigua de una mujer de la realeza, con un sombrero y abanico emplumados.

—Debo tomar una foto de esto.

—Ten cuidado con la cámara...

—Tranquilos —dijo mientras se acercaba a hacer unas tomas—, hablé con seguridad antes de entrar, le quité el flash frente a ellos, he estado tomando fotos desde hace rato.

—¿Me las podrías pasar después?

—Claro Roxxy.

Olive tomaba un par de fotos de la pintura, cuando Mariel se interpuso para arruinar la toma.

—Sin duda es una belleza.

—Gracias, Oli...

—Hablo de la pintura, niña mimada. La estás haciendo quedar mal con tu presencia.

—¿Acabas de insultarme?

—Mariel, por favor —intervino el joven—. Nadie ha hecho nada para que nos molestes, y la profesora puede regañarte. Ya te suspendieron una vez.

—Fue tu culpa por acusarme, bocazas.

—Déjala Simon —lo defendió Roxanne—, no lo vale, mejor vámonos.

—Sin duda eres una...

—¿Qué está pasando?

La profesora había escuchado la última parte de la discusión, por lo que les advirtió que se calmaran o cancelaría la visita, por lo que volvieron a sus deberes. Los tres habían decidido investigar un poco acerca de la pintura: su historia, el autor (a lo que la joven decide hablar con el espectro para que les contara su historia y sus obras más reconocidas, partiendo después de que le escuchara), la época en la que se hizo popular y otros eventos, mientras que Rox tuvo la sensación de que la pintura tenía algo oculto, por lo que la inspeccionaba cuidadosamente. Encontró por lo menos varias gliphas de cerradura, por lo que había encontrado a la dueña de la perla rota.

—¿Qué te está pasando?

—Oye Rox, escucha esto, es de una noticia reciente. "Hace un par de semanas atrás la pintura fue robada por dos asaltantes quienes planeaban subastarla por un valor similar a la recompensa de la Gioconda. Fue un milagro que la encontraran en el almacén antes de su exportación ilegal".

—Seguro y eso provocó un quiebre, debió enojarla mucho.

—¿Qué tan peligrosa podría ser?

—Está atrapada bajo un sello pequeño, pero su perla es grande, seguro y por la época era una familiar de la condesa sangrienta, pero del oriente y menos sanguinaria.

—Wow, pero, ¿no sería una bruja o una vampiresa? Dijiste lo mismo del vampiro que el otro animal salvaje trajo y te convirtió, y su perla era roja.

—La suya es azul.

—Solo hice una comparación, puede que no sea en extremo peligrosa, pero el tamaño indica que causa bastantes problemas, quizá es de las que hace algo más que bromas pesadas.

—Entonces no hay nada de qué preocuparse. ¿Cierto?

—El incidente la molestó mucho, y la perla está agrietada, creo que una rabieta más y tendré un problema con el qué lidiar.

—¿Crees que se calme después? Fue hace dos semanas que ocurrió y apenas se rompe, creo que sería una tercera rabieta la que la saque de sus casillas.

—Espero que no la molesten de nuevo.

Salieron de la sala y pasaron a otra exhibición, en eso un par de jóvenes del internado ven la pintura y tienen una conversación un tanto extraña y burlona, pues llevaban rato jugando en el lugar.

—Muy guapa la señora, ¿habrá sido casada?

—La mujer de un magnate, ninguna mujer de la época alcanzaba esos estándares. Y morían por el maquillaje de plomo.

—Seguro y también se pintó para el retrato, igual que las chicas, les cambian demasiado la cara.

—Como a tu madre.

—A mi madre la respetas, tarado.

Mientras comenzaron a pelear y seguir sus jugadas, las gliphas se habían roto y la dama había salido, no estaba para nada contenta de los comentarios.

—Mocosos insolentes —dijo antes de querer acercarse, pero no se dejó ver en el momento, tenía que controlarse antes de asustarlos "de una manera digna" por lo que los siguió dejando su retrato atrás.

Afterlife AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora