Capítulo 43

13 4 0
                                    

-Todo se ve diferente bajo la capa, ¿Sabes?- pregunté mientras caminábamos por el pueblo
-Si- dijo -Cuidado con...-
-Ya es como la cuarta vez que choco con alguien- dije apenada
-A este paso no tardarán en descubrirnos- murmuró Draco conteniendo una carcajada

Seguimos caminando lo más silenciosamente posible hasta que llegamos de nuevo al escondite, donde finalmente nos pudimos quitar la capa invisible.
-Puff que cansado estoy- suspiró Draco
-Es que no hemos parado en todo el día- dije quitándome las botas para ponerme las pantuflas
-Anda ven a sentarte- me dijo

Estuvimos el resto de la tarde acurrucados juntos en un rincón mientras comíamos algo de lo que nos habíamos llevado del castillo, que ya no sabía muy bien a decir verdad. Por suerte nos habíamos llevado también un par de libros cada uno y habíamos tenido algo que hacer en todo el rato libre.
-¿Quieres jugar?- pregunté
-¿A qué?- preguntó incorporándose
-Pues no sé, podríamos jugar Naipes explosivos o Ajedrez mágico, es lo único que traje- dije rebuscando en mi mochila
-Soy buenísimo en el ajedrez- dijo entusiasmado
-No creo que seas mejor que Ron, el me enseñó- dije sacando el juego
-Ya veremos- respondió sonriendo

Nos pusimos a jugar al Ajedrez Mágico competitivamente, hasta el punto de cometer alguna trampa, por lo que después de un rato de trampas decidimos dejar de hacerlas y jugar limpiamente. Fue una partida bastante reñida, pero al final y como yo esperaba terminé ganando yo, haciendo que Draco se molestara un poco.
-He ganado he ganado- empecé a burlarme de él
-Que pesada eres- masculló
-He ganado he ganado- seguí
-Si no paras te saco- contestó enfadado
-Venga, no te enojes- dije  -¿Jugamos otra ronda?-
-Está bien- dijo -Pero esta vez ganaré yo-
-Ya lo veremos- dije alegremente

La tarde se pasó rápidamente mientras nosotros jugábamos como niños pequeños, sin ninguna preocupación u obligación. Se sentía tan bien estar ahí, sin gente que nos mirara, sin responsabilidad alguna, sin nada que hacer o de lo que preocuparse, lo malo era que muy pronto tendría que regresar al castillo, y seguramente nos caería tremenda bronca por haber huido, sin embargo en ese momento me valía una mierda lo que fuera a pasar los días siguientes, tenía que disfrutar el presente sin pensar mucho en el futuro. 
-¡Ja! ¡Te gané!- dijo Draco burlonamente
-Es la segunda vez que ganas- dije -Yo ya he ganado como quince veces-
-¡Déjame disfrutar mis victorias, por muy pocas que sean!- replicó frustrado
-Está bien está bien- respondí riendo

La noche llegó más rápido de lo que creía, así que tuvimos que encender nuestras varitas para poder ver nuestra cena y no picar por todos lados hasta encontrarla. Charlamos y reímos como siempre, hasta nos la pasamos mucho mejor, supongo que fue el ambiente el que hizo más animada la velada. Eso de vivir solos era bastante divertido, aunque obviamente no era momento aún, ya que teniendo en cuenta que teníamos solo dieciséis años sería muy difícil encontrar una manera de subsistir, a menos que robáramos o algo así. Por el momento seguiríamos asistiendo al colegio y al graduarnos veríamos bien lo que haríamos en el futuro. Colocamos unos sacos de dormir que habíamos logrado llevar en el suelo y nos tumbamos por encima de ellos, mientras mirábamos el oscuro cielo con estrellas.

Pasé más de la mitad de la noche despierta, mirando hacia Draco de vez en cuando, encerrada en mis pensamientos y sin poder dormir. -A estas alturas ya nos han de estar buscando- pensé -Ojalá no nos encuentren-. Mi mayor temor en ese momento era el que nos encontraran; número uno, estaríamos metidos en un problemón del que nos costaría mucho salir; número dos, se estaba muy bien ahí solos, con paz y tranquilidad; y número tres la gente hablaría, y mucho, no se quedarían callados por nada en el mundo, dos estudiantes fugados no sería algo de todos los días, habría rumores y seguramente nos mirarían mal. Al pensar en esto rectifiqué en si lo que había hecho estaba bien o mal, digo ya era demasiado tarde y no podía ni quería echarme atrás, sin embargo no podía evitar pensar si había hecho lo correcto.
-¿Sigues despierta?- preguntó Draco en voz muy baja
-Si- susurré mientras movía mi cabeza afirmativamente -Pensé que estabas durmiendo-
-Estaba, pero me he despertado- respondió -¿Crees que nos estén buscando?-
-Si- contesté -Por lo menos mis amigos y otros más, que falten dos estudiantes que aparte son novios debe ser algo sospechoso, ¿Sabes?-
-Si, eso también es muy cierto, sólo espero que no salgamos en el periódico- murmuró
-No creo- dije

Conversamos por unos minutos más y finalmente pudimos volver a dormir, aunque fue un sueño algo incómodo, podría decirse que no descansé lo suficiente. Desperté en varios momentos de la madrugada y afortunadamente después de unos minutos dando vueltas y vueltas volvía a dormir, así que al despertar a la mañana siguiente estaba tan cansada como si no hubiera dormido en días. 

Eran las doce del mediodía cuando desperté por la cegadora luz del sol, y mientras me frotaba los ojos con las manos me incorporé hasta quedar totalmente sentada. Miré alrededor y vi el saco de Draco vacío, por lo que me levanté para ver si estaba por algún lugar alrededor, sin embargo no lo encontré en ningún lado. Empezaba a preocuparme, ¿Dónde se habría metido?
-¿Draco?- le llamé
Hubo silencio
-¿Draco?- volví a intentar
Volvió a hacerse silencio, estaba preocupándome aún más
-¡Draco!- grité, estábamos algo alejados del pueblo por lo que no podrían haberme escuchado
-¡Draco!- volví a gritar

Al ver que no me respondía me senté en el suelo con las manos sujetándome la frente y me puse a pensar en todas las posibles razones de su repentina desaparición. Número uno, salió a buscar más comida; número dos, fue al baño algo lejos y por eso no me escuchó; número tres, lo encontraron y se lo llevaron; número cuatro, estaba jugándome una broma de muy mal gusto; número cinco, algo realmente malo le había ocurrido; número seis, me había dejado plantada. 

Todo podía ser posible, por lo que no sabía bien si preocuparme o esperar a que regresara, aunque intentara mantener la calma el simple hecho de no saber donde estaba me inquietaba algo, y no por ser una novia celosa, sino porque nos encontrábamos en medio de la nada los dos solos, unos adolescentes de dieciséis años cada uno. Me levanté del suelo y salí de mi escondite para empezar a buscarlo. Los nervios no me dejaban pensar con claridad, ¿Dónde carajos podría haberse metido? Se me ocurrían un montón de sitios en los que buscarlos, pero no sabía por donde empezar. Comencé a llorar por no saber donde buscarlo ni donde estaba. 
-Hola princesa- dijo Draco por detrás de mi 
No supe que decir, me quedé mirándolo con una mezcla de confusión, alivio, alegría, enojo, en fin, un montón de sensaciones juntas.
-¿Qué tienes?- preguntó sonriendo
-¿Dónde carajo estabas?- pregunté indignada
-Ah salí a ducharme- respondió con naturalidad
-¿Y por qué no me avisaste?- pregunté aún más enfadada
-Te dije- respondió
-¿Ah si? ¿Cuándo?- pregunté
-Hace como tres cuartos de hora, te dije: Amor ahora vengo voy a bañarme- dijo
-¡Estaba dormida estúpido!- grité enojada
-¿Y?- preguntó
-¿Bueno tu eres tonto o te haces?- pregunté mientras me quedaba sin paciencia -Estaba durmiendo, uno cuando duerme no está atento para ver si alguien va a tener algo que decirme antes de que me levante-
-Vale, perdón- dijo algo sorprendido -Debí haberte dejado una nota o algo-
-¡Pues claro!- espeté
-Ven dame un abrazo, perdón- contestó suavemente

Me acerqué lentamente mientras el me esperaba con los brazos abiertos, al llegar envolvió sus brazos alrededor mío, dándome la sensación de estar a salvo de nuevo. 

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora