Capítulo 27

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Habían pasado ya unas cuantas semanas desde que había descubierto el hechizo quita sueño, y realmente funcionaba. Después de haberlo probado y probado una y otra vez descubrí los efectos que tenía y el tiempo que duraba, lo cual era lo suficiente como para un día entero. 

Cerré mis libros y los guardé en mi mochila mientras me apresuraba a salir del aula de defensa contra las artes oscuras, la cual impartía Snape. Corrí detrás de los demás para poder alcanzarlos y cuando llegué volví a caminar con normalidad. Íbamos a nuestra siguiente clase, que era Herbología, y en el camino a los invernaderos nos topamos con Draco. En el momento en que lo vi mi corazón se aceleró y mi respiración se volvió más agitada. Cruzamos miradas, asentimos con la cabeza como gesto de saludo y continuamos nuestro camino a clase. Iba tan concentrada en calmar mi respiración que no me di cuenta cuando llegamos a los invernaderos hasta que Hermione me dio un pequeño codazo en las costillas, el cual casi me deja sin aire. La clase en resumen fue, mmm... como decirlo, pues ni fue divertida pero tampoco aburrida, así que podría decirse que estuvo en un punto intermedio. 

Las demás clases transcurrieron con normalidad y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos terminando la última clase del día. Nos fuimos a la Sala Común para hacer las tareas del día, así que nos sentamos en unas butacas y comenzamos a escribir en los pergaminos. El silencio solo se vio interrumpido por el rasgar de las plumas en el papel y por el chisporrotear de la chimenea, que a pesar de no hacer tanto frío estaba encendida. 
-¿Cómo van?- preguntó Hermione alzando la vista de su pergamino
-Casi termino- dije
-¿Ron?- preguntó
-Eh... ¿Bien?- dijo 
-¿Harry?- preguntó ella
-Ya casi- contestó mi hermano
-Está bien, mientras tanto voy a ayudar a Ron a hacer a su tarea- dijo mientras se levantaba y se iba a sentar junto a Ron

Estuvimos ahí haciendo tarea por un largo rato, hasta que finalmente y con ayuda de Hermione terminamos y pudimos descansar algo. 
-¿Qué hacemos?- preguntó Ron jugueteando con la pluma entre sus dedos
-¿Jugamos al ajedrez mágico?- pregunté
-Siempre jugamos a eso- murmuró Harry
-¿Qué más podemos hacer entonces?- pregunté
-Podríamos salir a pasear- respondió Hermione
-Vamos- dijo Ron poniéndose en pie
-Vamos- repetí

Paseamos alrededor del colegio por casi toda la tarde hasta que el sol empezó a ocultarse. Recorrimos gran parte de los terrenos y para cuando regresamos adentro ya la luna se asomaba por entre las nubes. Llegamos al Gran Comedor, nos sentamos todos juntos y esperamos un poco a que Dumbledore apareciera.
-¿Dónde está?- preguntó Ron -Tengo hambre-
-Ron, tu siempre tienes hambre- respondí
-Si lo se- murmuró

Finalmente Dumbledore apareció al igual que la comida sobre las bandejas y platos de oro. El silencio había cesado y solo se escuchaba el sonido de los cubiertos golpeteando sobre los platos. Durante todo ese tiempo nadie abrió la boca más que para comer, pero no hubo plática alguna. Cuando terminamos de cenar fuimos arriba rápidamente y nos volvimos a sentar en las mismas butacas en las que habíamos estado en la tarde. 

Los chicos estuvieron platicando sobre no sé que cosa, porque a decir verdad no estaba poniendo ni la más mínima atención porque solo podía pensar en Draco. Lo sé, todo esto es una gran obsesión, y sí, soy totalmente consciente de ello, pero no hay nada que pueda hacer para evitarlo, si tan solo el no fuera tan perfecto.... Quizás sería más fácil dejar de pensar en el. 
-¡OLIVIA!- gritó Hermione
-¿Eh? ¿Qué qué?- pregunté regresando a la realidad
-¡Llevamos como 10 minutos hablándote!- gritó Ron
-Ay perdón perdón- me disculpé
-Siempre estás distraída- murmuró Harry
-Sí, ¿Y qué?- pregunté
-Pues que nunca prestas atención-
-¿Saben qué? Ya me voy a dormir, adiós- dije alejándome a toda velocidad
-Pero...- escuché decir a Hermione antes de que su frase se cortara

Subí corriendo a mi habitación y la cerré con un portazo. Tiré las mantas de mi cama y me tumbé bocarriba. Me quedé pensando en todo, hasta que decidí olvidarlo. No tenía caso seguir pensando en eso, no es como que me importara, si estaba distraída, ¿Y qué? También tenía falta de atención, ¿Y qué? A ellos eso no les tenía que importar, era algo que solo a mi me afectaba, y mientras yo quisiera seguir así ellos tenían que respetarlo. Estaba enojada con ellos por siempre ser tan entrometidos, por siempre tratar de meterse en mi vida, ¿¡Es que siempre tenían que ser tan entrometidos!? Empecé a llorar; usualmente lloraba por rabia o por tristeza, pero esta vez era por enfado, me chocaba lo molestos que podían ser al tratar de controlar todo lo que yo hacía, era algo que no soportaba.

No se cuanto tiempo estuve allí pensando pero fue bastante. Escuché ruidos provenientes de la escalera así que con un movimiento de varita volví a colocar las mantas encima de la cama, me tapé y fingí estar dormida. 
-¿Olivia?- preguntó Hermione dulcemente
La ignoré. No tenía ganas de hablar con ella así que seguí volteada.
-Bueno, pues buenas noches- murmuró

No sé en que momento me quedé dormida pero me desperté y aún era de noche. Miré la hora y eran las 2:30 am. Ay Dios, ¿Cuánto había dormido? Muy poco. Me levanté y me vestí y luego salí de ahí apresuradamente para ver si todavía encontraba a Draco. Corrí por los pasillos aguzando el oído ante cualquier ruido, solo esperaba no encontrar a Draco al doblar la esquina.
-¿Draco?- susurré
-Hasta que al fin apareces Olivia- dijo el
-Ay perdón perdón- respondí -Es que me quedé dormida y...- no pude terminar la frase porque me había dado un beso. Me sonrojé
-Está bien- dijo divertido
-¿Qué es lo que tanto te divierte?- pregunté confundida
-Nada nada- contestó divertido
-Dimeeee- insistí
-Todavía te sonrojas- dijo pícaramente
-¿Qué? Ay dios, estem...- dije poniéndome aún más roja -Eyy no te rías-
-Está bien está bien- dijo riendo -Pero solo con una condición-
-¿Si?- pregunté
-Dame un beso- dijo
-Está bien- dije mientras le daba un tierno beso en los labios
-¿Olivia?- preguntó una voz. Draco y yo nos separamos rápidamente.
Ay no, ay no, ay no. No podía ser, ¿Cómo podía ser? Ay por dios, iba a morirme.
-¿Olivia?- preguntó Harry nuevamente
-Ah hola- dije nerviosa -¿Qué los trae por aquí?- pregunté mirando a Harry, luego a Ron y finalmente a Hermione.
-¿Qué nos trae por aquí? ¡Tú nos traes por aquí!- gritó Harry molesto
-Ah yo... yo- intenté decir 
-¿En serio?- preguntó Harry -¿Tenía que ser Malfoy, no podía ser Seamus, o Neville o cualquier otro?-
-Yo...- dije al borde de las lágrimas. Draco estaba ahí, quieto al lado mío, sin siquiera respirar.
-No lo puedo creer Olivia, no lo puedo creer- murmuró
Hubo una pausa
-Y tú- dijo señalando a Draco -¿Cómo pudiste estar con mi hermana? Esto es solo para fastidiarme, ¿No? Pues lo has logrado-
-No sabes nada Potter- dijo Draco en tono desafiante -Nada-
-¿A no?- preguntó -Bueno, lo único que se es que son ambos unos estúpidos-
-No más que tu- murmuré
-¿Qué dijiste?- preguntó irritado
-¡Que no más que tu!- grité
-¿Cómo te atreves?- preguntó él aún más enfadado
-¡Pues porque siempre te crees mejor que los demás!- espeté
-¿Qué?- dijo
-¡Si, tu eres Harry Potter, el elegido, el mejor del mundo, el único que podrá acabar con Voldemort! ¡No te importan tus amigos, solo te importa salvar el mundo!- grité
-No voy a seguir discutiendo- dijo -Solo que no esperaba esto de ti, no te creía tan estúpida como para creer que el realmente te ama- 

Me quedé allí, petrificada mientras observaba como se marchaban. En ese momento empecé a llorar mientras Draco me abrazaba fuertemente.
-Tranquila princesa- dijo pero yo sabía que también estaba alterado

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora