Capítulo 74

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-Venga Ron cálmate ya- le exigí al verlo saltar de alegría por toda la habitación
-¿Hablas de verdad?- preguntó
-Yo te digo lo que pienso y lo que he visto- respondí tranquilamente
-Cuando la vea pienso decirle todo lo que siento- dijo Ron con seguridad
-¿Lo harás?- pregunté arqueando una ceja
-No lo creo pero vale la pena soñar, ¿no?- contestó esbozando una sonrisa tímida
-Yo te ayudaré- le dije
-¿En serio harías eso?- preguntó ilusionado
Asentí
-Eres la mejor Olivia, hablo en serio- exclamó alegremente

Ron podía ser un chico muy tierno con quien el lo consideraba y yo era una de esas pocas personas que gozaban de aquél privilegio, aparte de Hermione, claro, ella era el principal motivo de su cursliería. Me gustaba ver a mi mejor amigo así, feliz y con una motivación ya que en los últimos días había estado algo apachurrado.
-¿Y tu sigues con los dolores de siempre?- preguntó preocupado
-Lamentablemente sí...- suspiré con frustración

Lo había intentado de todo; remedios caseros, hechizos, pociones, medicamentos muggles y nada, eso seguía igual que antes o incluso peor, no había forma de hacerlo desaparecer, como si estuviera adherido a mi.
-¿Tienes idea de lo que podría ser?- preguntó de nuevo
-Tengo mis sospechas pero aún no lo tengo muy en claro- respondí pensando

De verdad esperaba que mis sospechas estuvieran equivocadas, no me gustaban nada pero todo apuntaba a que si y eso me preocupaba aún más de lo que ya estaba.

Bajé a ayudar a Fleur a preparar el desayuno ya que a pesar de ser solo cuatro personas dos aspuraban más que una sola y así de paso aprendía a hacer las cosas para cuando me casara.
-¡A desayunar!- grité con fuerza

Bill y Ron aparecieron por la escalera el primero ya vestido con un elegante traje, preparado para marcharse a trabajar y el segundo con la pijama. Nos sentamos a la mesa y empezamos a comer silenciosamente, solo se escuchaban los ruidos de los cubiertos sobre el plato.
-Te traje unas cosas Olivia- dijo Bill tendiéndome una bolsa -Las conseguí en el calleón Diagon, espero que con esto ya se te quiten los dolores-
-Muchas gracias- dije agradecida

Después de desayunar y de ayudar a Fleur nuevamente subí a la habitación para ver de que se trataba el contenido de la bolsa y empezar a tomarlo de inmediato. Había un frasquito con un líquido transparente, parecía agua, habría apostado por qué era agua su no hubiera sido por el olor el cual no era como el del agua y me di cuenta de que era una poción.

Antes de darle un trago bajé a la cocina en busca de un vaso o una cuchara cuando las voces del matrimonio me llamaron la atención.
-Lo sé lo sé Fleur- Bill sonaba preocupado
-¿Gealmente cgees que sea eso?- preguntó Fleur casi en un susurro
-Estoy muy seguro- respondió con seriedad
-Es solo una pequeña niña- añadió ella con voz frágil
-Tiene diecisiete- replicó ayudándome a darme cuenta de que hablában de mi
-Esto no puede seg- suspiró la joven en desesperación -Tu madge nos va a matag a todos-
-Nosotros no hemos hecho nada- contestó con elocuencia -Pero no le va a gustar ni tantito-
-¿Qué debeguíamos haceg entonces?- preguntó
-Por el momento descubrir si tenemos razón- contestó Bill dando fin a la conversación

Corrí escaleras arriba sin detenerme hasta llegar a mi habitación, la cual se encontraba vacía por lo que me tumbé en la cama. Ellos realmente pensaban eso, no cabía duda y lo peor de todo era que no lo podía negar, tenía muchas pruebas que indicaban lo contrario... Estaba pensando en todo eso y como sería su reacción al saber realmente lo que aquí pasaba. En realidad estaba pensando en mi reacción, ¿Me desmayaría? Supongo que tendría que esperar un poco a saberlo, por lo menos un día mientras me metía esa idea en la cabeza.

No salí en toda la tarde por miedo a encontrarme a alguno de ellos y que me empezaran a hacer preguntas, aunque por como eran lo veía muy difícil. Por su parte Ron tampoco apareció en la habitación en toda la tarde hasta que dieron las ocho. Había estado fuera haciendo quien sabe que, y a decir verdad eso no era lo que más me preocupaba y sin embargo pregunté.
-Salí a tomar algo de aire- respondió
-Has tomado aire todo el día, a poco más te lo llevas todo- bromeé haciéndolo reír
-¿Y tú qué has hecho?- preguntó él
-Absolutamente nada- contesté con sinceridad
-¿Y tú poción?- quiso saber

La había olvidado, todo el día haciendo nada y aún así había olvidado tomarla, eso no era normal, ya parecía una viejita, ni a ellas se les olvidaban las cosas tanto como a mí.

Me acurruqué en la cama cerrado los ojos sintiendo la mirada de Ron sobre mi.
-¿No vas a bajar a cenar?- preguntó con curiosidad
-Diles que estaba muy cansada por favor- pedí
- Vale, descansa- dicho esto se acercó a mi y me besó la frente

La gente tendía a criticar nuestra relación ya que en ocasiones nos acercábamos de más pero no nos importaba, éramos mejores amigos, no estaba en nuestros planes ser algo más NUNCA, JAMÁS. No era por nada en específico, simplemente habíamos crecido juntos como hermanos y cada quien sentía algo por otra persona, por lo que era completamente imposible. Y aparte no sería capaz de hacerle eso ni a Hermione ni a Draco, ambos eran demasiado buenos conmigo como para tratarlos de esa forma.

Cerré los ojos con fuerza, intentando quedarme dormida lo antes posible, no quería pensar en nada ya que seguramente iba a llorar por cualquiera de mis preocupaciones y no quería eso, prefería guardar todo muy dentro de mi y no dejarlo salir para así cuando llegara el momento dejarlo salir todo de golpe. Eso me ayudaba bastante cuando me sentía triste.

Me moví de un lado, luego me pasé para el otro, me tumbé bocarriba, bocabajo, de lado del otro lado; con los brazos tapados, destapados, con una pierna dentro de las mantas, con la otra fuera y después de armar tremendo baile entre las sábanas finalmente me quedé dormida, me hacía mucha falta dormir, más de la que pensaba.

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora