Capítulo 33

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A la mañana siguiente tan pronto abrí los ojos salí de la cama y bajé apresuradamente hacia la Sala Común. Revisé que siguieran las orejas extensibles escondidas en una de las butacas, tomé uno de los extremos y subí al dormitorio a esperar a que los chicos bajaran. En efecto no tardaron mucho, y cuando escuché sus voces acercarse me aferré con más fuerza al objeto. 
-¿Ya descubriste algo Harry?- preguntó Hermione susurrando
-Si- respondió con un suspiro
-¿Y?- preguntó Ron 
-Que no le va a gustar nada a Olivia- respondió
-Bueno pues dinos que es- inquirió Hermione 
Harry suspiró y estuvo callado unos cuantos segundos.
-Draco es un mortífago- dijo bajando la voz
-¿Un qué?- preguntó Ron sorprendido

A partir de ese momento dejé de escuchar lo que decían. No podía ser, era imposible, Draco no podía ser un mortífago. Empecé a entrar en pánico y mi presión empezó a bajar, obligándome a sentarme en la cama de nuevo. Estaba en shock, no lo podía creer, seguro que se equivocaban, no podía ser, si fuera verdad Draco me lo habría dicho hacía tiempo. 
-Es imposible no puede ser- dije entre sollozos

Me metí en la cama dispuesta a no salir en todo el día, pero unos minutos más tarde apareció por la puerta la persona a la que menos ganas tenía de ver: Draco. Intenté poner la mejor cara posible secándome las lágrimas con las mangas del pijama. 
-Buenos días princesa- dijo alegremente
-Buenos días- dije entre dientes
-¿Qué pasa?- preguntó sentándose a mi lado
-Nada- dije
-¿Segura? No tienes buen aspecto- añadió mirándome 
-Te dije que estoy bien- espeté
-Si tu lo dices- murmuró

Hubo unos minutos de silencio y mientras intentaba calmarme podía sentir los pasos de Draco alrededor de la habitación. Tenía ganas de estar sola pero no me atrevía a echarlo de ahí, así que aguanté su presencia lo mejor que pude.
-¿Bajamos a desayunar?- preguntó repiqueteando los dedos en la mesita de noche
-No tengo hambre- contesté
-Bueno ahora regreso, voy a traerte algo- dijo mientras se iba al Gran Comedor

Me quedé yo sola en la habitación otra vez, mientras pensaba que haría después. Estaba enojada con Draco por no decirme nada, también con los chicos por ocultarme la verdad, pero al mismo tiempo sentía que no era culpa suya. Tenía una mezcla de sentimientos que ni yo misma podía entender. Todo había sucedido tan rápido que no había tenido tiempo de procesarlo, y justo cuando estaba intentando entender que era lo que me pasaba cuando volvió a aparecer Draco con una pequeña bandeja.
-Listo- dijo radiante -Aquí está tu desayuno-
-Gracias- respondí sin emoción alguna
-¿Quieres decirme que pasa?- preguntó algo molesto
-¡¿Qué que me pasa?!- pregunté furiosa -¡¿Qué te pasa a ti?!-
-¿Qué hice?- preguntó algo más molesto 
-Nada, olvídalo- contesté
-No, quiero que me digas que te está pasando- espetó
Yo me quedé en silencio sin saber que responder. Una parte de mi quería abofetearlo por no decirme que era un mortífago y la otra parte quería echarse a llorar mientras lo abrazaba.
-Adelante, te escucho- añadió seriamente
-¿P-por qué n-no me dijiste q-que...?- comencé a decir sollozando
-¿Si?- preguntó algo confundido
-¿P-por que no me dijiste q-que eras un m-mortífago?- pregunté sollozando
Su rostro palideció rápidamente y vi como empezaba a sudar.
-¿Q-quién te dijo eso?- preguntó nervioso
-¡Responde a mi pregunta!- dije llorando
-Eh yo...- comenzó a decir 
Yo lloraba sin control mientras el titubeaba y miraba a todos lados.
-Yo no le podía decir a nadie- murmuró
-¿Ni siquiera a mi?- pregunté 
-Olivia, Quien-tu-sabes me mataría si se enterara de que te había dicho- añadió 
-No tenía porque enterarse- murmuré
-Lo siento- dijo bajando la mirada
-¿Puedo verla?- pregunté 
-¿Ver qué?- preguntó
-La marca- respondí.

El se descubrió el brazo y pude ver el tatuaje de la serpiente y el cráneo; un escalofrío recorrió mi cuerpo. Me quedé observándola unos segundos más antes de apartar la mirada para volver a centrarme en la cara de Draco, la cual estaba más pálida que de costumbre, tan pálida que parecía que se iba a desmayar.
-Draco... te ves mal... acuéstate- dije suavemente mientras lo ayudaba a recostarse en mi cama
-Gracias- murmuró

Pasé la tarde cuidando de el, y como era Sábado no tuve que ir a clases. Al cabo de unas horas Draco parecía sentirse mejor, así que lo dejé levantarse un rato en lo que yo recogía el cuarto, el cual estaba como un cochinero. Como vi que estaba bien me metí a bañar pensando en todo lo que había pasado. 

Cuando salí del baño ya vestida y arreglada lo primero que vi fue a Draco tumbado bocabajo en mi cama. Me espanté pensando que algo le podría haber pasado así que me acerqué a la cama y empecé a sacudirlo.
-¡Draco! ¿Estás bien?- pregunté asustada
-Olivia estaba durmiendo- gruñó
-Ay perdón- me disculpé riendo

El resto de la tarde se pasó rapidísimo y al ver la hora me di cuenta de que era ya hora de la cena, así que bajé al Gran Comedor y me apresuré a cenar. Cuando terminé me llevé algo de comida y se la di a Draco que seguía en mi dormitorio.
-Gracias- dijo dándole un bocado al pan que le había llevado 
-De nada, ¿Cómo te encuentras?- pregunté
-Mejor- respondió con la boca llena

Cuando terminó de cenar me tumbé a su lado apoyando la cabeza en su pecho.
-¿Quieres que te acompañe a tu cuarto?- pregunté 
-¿Tan pronto?- preguntó con cara de perrito
-¿Qué esperabas, quedarte a dormir?- pregunté sarcásticamente
-Si- dijo inocentemente 
-Bueno, está bien, puedes quedarte- dije mientras el sonreía ampliamente -Sólo no dejes que te vean, sino me matan, ¿De acuerdo?-
-De acuerdo- respondió
-Shhh viene alguien, escóndete- dije mientras se metía bajo la cama
-Hola Olivia- dijo Parvati entrando al dormitorio acompañada de Lavender
-Hola chicas- respondí 

Al cabo de otro rato llegó Hermione la cual parecía exhausta. Se acostó en su cama sin siquiera ponerse el pijama y apagó las luces, dejando el dormitorio completamente a oscuras. Aún se oían los murmullos entre Parvati y Lavender, así que esperamos a que estos cesaran.
-Creo que ya se durmieron- susurré
-Bueno voy a salir- respondió Draco 

Salió de debajo de la cama torpemente y se subió en la cama al lado mío. Estuvimos en silencio unos minutos mientras podía escuchar las respiraciones acompasadas de mis compañeras. 
-Te amo- dije de repente
-Yo a ti también- respondió 
-Yo más- dije 
-No yo más- contestó
-No yo- 
-No yo-
-No yo-
-No yo-
-Pues yo te amo al infinito- dije
-Pues yo igual- respondió dándome un beso

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora