Capítulo 60

20 5 0
                                    

Pasé por medio del hueco libre y vi la Sala Común la cual se veía algo más apagada que usualmente y por todos los rincones había pequeños tumultos de estudiantes que cuchicheaban sin descanso. Entorné los ojos y miré alrededor en busca de mis amigos, los cuales no veía por ningún lado así que fui escaleras arriba y abrí la puerta de mi dormitorio donde se encontraba Hermione leyendo un libro como de costumbre. Al parecer no se había percatado de mi presencia puesto a que no desvió la mirada de su lectura así que me propuse ir a asustarla y ver lo que pasaba. Caminé de puntitas hacia la cama de mi amiga y como ella estaba de espaldas no me vio venir, así que en el momento menos esperado le di una fuerte palmada en la espalda que hizo que diera un brinco. Se volteó enfurecida y al verme su expresión se suavizó un poco pero no del todo. Cerró el libro de golpe y se levantó de la cama.
-¿Te asusté?- pregunté para molestarla
-¿Tu qué crees imbécil?- preguntó ella con una ceja levantada
-Yo creo que no- respondí sarcásticamente
-Pues cuando menos te lo esperes te voy a asustar igual que tu a mi y verás como no te quedas tan tranquila- respondió con una sonrisa maliciosa

Me le quedé viendo extrañada por su amenaza y decidí que estaría siempre alerta, fuera de día o de noche ya que estaba casi cien porciento segura de que no rompería aquella peculiar promesa bajo ningún concepto. Bajamos a la Sala Común y encontramos a Harry y a Ron rodeados por los demás chicos de nuestro grado por lo que nos fuimos sentar con ellos.

Hacía un muy buen clima pero el ambiente después del asesinato del director lo hacía parecer bochornoso y no daban ganas de hacer nada y con las noticias que me había dado Harry se hacía aún peor. Horas antes me había prometido que intentaría alejar aquél montón de pensamientos que tanto me pesaban y me hacían sobre pensar las cosas. En esos momentos regresó a mi memoria el recuerdo de Draco, que a pesar de no estar muerto no volvería a ver hasta de mucho tiempo, quizás meses, años o... nunca. Sacudí mi cabeza al darme cuenta de que empezaría a llorar, por lo que decidí centrarme mejor en la conversación que mantenían los chicos y que tanta risa les causaba. 

Al parecer nadie se había dado cuenta de aquél bajón que había tenido ya que siguieron riendo y parloteando como antes. Bueno, a excepción de Ron el cual me miraba disimuladamente con una nota de preocupación en su rostro el cual cambió de repente al escuchar un chiste que había dicho Neville y del que todos reían a carcajadas.

Estuve el resto del tiempo callada y sumida en mis pensamientos, los cuales me consumían lentamente. Al cabo de un rato me levanté sin dar explicaciones y subí directo a mi cuarto, el cual se encontraba completamente vacío, a excepción claro de los baúles y cosas que cada una guardaba. Me tumbé en mi cama bocarriba y al no poder contenerme más comencé a llorar a lágrima viva sin preocuparme de nada de lo que estaba ocurriendo en el castillo. Temía por lo que podría pasarle a Draco, de si estaba bien o no, de si volvería a verlo algún día y lo peor... de si estaría vivo por mucho más tiempo. Ya era más que sabido que Voldemort no se compadecía de absolutamente nadie, por lo que era una difícil situación. No sabía lo que pasaría después pero quería que todo estuviera bien, como antes aunque sabía perfectamente que eso era algo completamente imposible. 

No se exactamente cuanto tiempo me la pasé tumbada en la cama, calculo alrededor de dos horas o tres ya que cuando decidí salir ya estaba empezando a anochecer y tomando en cuenta que me había encerrado por ahí de las cinco supuse que había pasado bastante más tiempo del que yo había pensado. Al asomarme al espejo sentí desagrado por mi misma ya que estaba hinchada, tenía bolsas y ojeras por debajo de los ojos y por encima los tenía rojos por tanto llorar, así que me lavé la cara un par de veces y abrí la puerta al exterior. Bajé las escaleras como un zombi y al llegar junto a mis amigos me senté en una butaca próxima a ellos dispuesta a escuchar por si algo de lo que decían me animaba por lo menos un poco. Sin embargo solo hablaban de Voldemort, de los mortífagos y de cosas relacionadas que desde luego me hacían de todo menos feliz. Me quedé ahí sentada con la vista perdida, recordando los buenos tiempos en los que me escapaba cada noche con Draco, en las que la alegría reinaban por doquier, donde nuestras únicas preocupaciones eran los exámenes y las tareas nada más, donde no se escuchaba el nombre de Voldemort por todos los rincones del castillo. 

No estaba poniendo ni pizca de atención a lo que decían los chicos y estaba segura que en más de una ocasión se habían dirigido a mi en busca de mi opinión sin obtener respuesta alguna. No me sentía con ánimos de discutir o simplemente de hablar con ellos ni con nadie y tampoco es como que lo considerara necesario, total, no era algo que me interesara al cien porciento.

Seguía pensando en Draco y supuse que no podría dejar de pensar en el ni aunque me obligaran ya que estaba muy preocupada por lo que podría pasarle a el. Al final mis amigos se dieron por vencidos de hablar conmigo y simplemente me observaban con preocupación mientras seguían con el mismo horrible y aburrido tema.

Hermione al parecer no se había rendido ya que en muchas ocasiones intentó sacarme tema de conversación pese a que yo simplemente respondía con un movimiento de cabeza o algún sonido a manera de respuesta aunque al final comprendió que no tenía ganas de platicar. 

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora