Capítulo 14

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Faltaban solo 3 semanas para regresar a Hogwarts y el Señor Weasley nos había invitado a Harry y a mi a ir a la Madriguera. 
-¿Hola?- se escuchó una voz en el salón -¿Hay alguien?-
Bajé para ver quien era y me encontré con el Señor Weasley, Ron, George y Fred, mirando alrededor sorprendidos. 
-¿Qué hacen aquí?- pregunté con un susurro
-Venimos a buscarlos- dijeron Fred y George al unísono
-¿Señor Weasley?¿Ron?¿Fred y George?- preguntó Harry entrando al salón
-Hola Harry- dijo Ron -Hemos venido a buscarlos-
-Impresionante- dijo el Señor Weasley analizando el teléfono
-Estem- dijo Harry -Iré a preparar mi baúl, bajo en...- la frase se perdió mientras subía escandalosamente las escaleras.
-Supongo que también iré a preparar mi baúl- dije

Subí las escaleras y empecé a meter mis cosas dentro del baúl; mi caldero, el telescopio, los rollos de pergamino, mi túnica, mi varita, en fin todo estaba dentro. Sólo faltaban los libros que iba a usar el nuevo curso. Harry metía todo de forma desordenada, así que tuvo que hacer y deshacer el equipaje muchas veces porque no conseguía meter todas las cosas dentro.

Finalmente estuvimos listos y bajamos con cierta dificultad los pesados baúles. Llegamos al salón y nos encontramos a tío Vernon y a tía Petunia hablando con el Señor Weasley. Parecían nerviosos, pero supuse que se debía a la presencia de tantos magos. Al final accedieron a dejarnos marchar , nos despedimos de él y uno a uno fuimos desapareciendo por la chimenea. Llegamos a la Madriguera en un abrir y cerrar de ojos, y Ginny y la Señora Weasley nos esperaban sentadas en un sillón. Tan pronto nos vieron aparecer se reunieron con nosotros y nos saludaron efusivamente. Hermione también estaba allí. Tan pronto la vi fui hacia ella y le di un fuerte abrazo. Nos sentamos y empezamos a platicar como si no nos hubiéramos visto en siglos.

Llegó la hora de la cena y la Señora Weasley nos mandó llamar a todos. Nos sentamos en la mesa y mientras comíamos el Señor Weasley nos preguntó la utilidad de muchos objetos muggles. Harry, Hermione y yo respondíamos alternadamente las preguntas que él nos hacía, y así pasamos toda la cena. A la hora de dormir Hermione y yo nos instalamos en el que había sido dormitorio de Percy, pero más que dormir nos pasamos casi toda la noche platicando y riendo. 

A la mañana siguiente la Señora Weasley nos anunció que íbamos a ir al Callejón diagon a comprar nuestros útiles escolares, así que nos preparamos rápidamente. Mientras esperábamos a que el Señor Weasley estuviera listo 4 búhos llegaron por la ventana. Se detuvieron frente a Ron, Hermione, Harry y yo y les desatamos las cartas. Abrí mi carta rápidamente, era la usual carta que Howgarts enviaba para hacernos saber los útiles que necesitaríamos para el curso. En mi carta también se encontraba un pequeño paquete, miré alrededor y vi que Hermione y Ron también lo tenían. Lentamente lo abrí y vi que tenía una nota, la aparté y vi una insignia que decía "Prefecto", estaba muy emocionada, ¡me habían nombrado Prefecta!. Harry parecía desilusionado, y le di un leve apretón en la mano. Cuando se lo contamos a la Señora Weasley esta parecía muy orgullosa, especialmente de Ron. El Señor Weasley anunció que estaba listo, nos despedimos de la Señora Weasley y partimos.

Llegamos y al primer lugar al que fuimos fue a Flourish and Blotts a comprar nuestros libros. Salimos cargados con libros nuevos y después nos metimos en otra tienda. Nos pasamos la mañana entrando y saliendo de tiendas y cuando terminamos decidimos tomar un helado antes de irnos. Ron estaba muy contento ya que, en compensación de que había sido nombrado prefecto le habían regalado una escoba nueva.

Pasamos lo que queda de verano preparándonos y jugando al Quidditch entre Harry, Ron, Ginny, George y Fred, mientras que Hermione que no le gustaba jugar nos miraba o leía a la sombra. Seguía manteniendo correspondencia con Draco, le había contado que estaba en la Madriguera y también que había sido nombrada Prefecta, y para mi sorpresa él también lo era. 

Llegó el día de irnos y el Señor y la Señora Weasley nos llevaron a la estación y se despidieron de nosotros. Subimos al tren y Hermione, Ron y yo fuimos al vagón de los prefectos, donde nos darían instrucciones. Ahí estaba Draco, Ernie McMillan, Pansy Parkinson y muchos estudiantes más. 

Luego de un largo rato regresamos con Harry, que estaba sentado con Ginny, Neville y Luna, una alumna de Ravenclaw. Se sentaron y yo me excusé diciendo que iba al baño. Draco y yo nos encontramos y nos abrazamos fuertemente y casi lloramos de alegría. Estuvimos ahí como por 20 minutos hasta que salimos y nos despedimos. Al poco tiempo llegamos al colegio, así que nos pusimos las túnicas rápidamente y bajamos del tren. 

En el Gran Comedor había un alboroto; los estudiantes reían y charlaban, otros gritaban y otros más susurraban. El barullo paró cuando entró la Profesora McGonnagall junto con los estudiantes de primero. Uno a uno fueron pasando al frente, sentándose y usando el sombrero para ser seleccionados hasta que no quedó ningún estudiante. En ese momento Dumbledore se levantó y comenzó a dar su discurso de principio de año, y antes de acabar presentó a la nueva Profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras: La Profesora Dolores Umbridge. Era una bruja de baja estatura, regordeta, con ojos pequeños e iba vestida con un traje rosado y con un sombrero de plumas en la cabeza.

Terminó el banquete y fuimos a la cama, no sin antes quedarnos platicando con el resto de estudiantes en la sala común. A las 11:30 me fui a la cama y tiempo después salí a hurtadillas del dormitorio y fui a ver a Draco. Fuimos a dar un paseo por los pasillos del castillo mientras nos poníamos al día. Estábamos platicando cuando escuchamos pasos cerca. Entré en pánico, menos mal que había agarrado la capa de invisibilidad, así que la eché por encima de ambos. Era Filch, el conserje, que pasaba atento a cualquier ruido. Intentaba aguantar la respiración, y cuando finalmente se fue me tranquilicé más. Revisamos bien y al comprobar que efectivamente no había nadie nos quitamos la capa y nos despedimos.

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora