Especial de Navidad

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-¡Mamáaaa!- gritó Isabelle mientras corría hacia mí -¡Parker se ha comido una esfera!-
-¿Qué se ha comido que?- preguntó Draco mientras era guiado por la niña hacia el salón

Draco y yo teníamos muchas ganas de ver una película a solas, por lo que decidimos entretener a los niños y no se nos ocurrió mejor cosa que ponerlos a decorar el árbol de Navidad, pero no habíamos tomado en cuenta que el perro se podía comer los adornos, cosa que acababa de pasar.

Estaba en la cocina terminando de preparar la cena mientras oía como Draco regañaba a Parker por lo que había hecho a la vez que me reía en silencio ya que de seguro no pasarían ni cinco minutos y ya se habría comido otra esfera más. De todos modos no dije nada, me parecía divertido que se alterara por esas pequeñeces mientras yo me moría de risa lejos de él.

Al cabo de unos minutos regresó Draco, con expresión molesta y los brazos cruzados. Pasó frente a mi y se recargó en el mesado de la cocina. 
-No sé como me dejé convencer para que adoptáramos al perro- masculló 
-Porque me amas y porque prácticamente te obligué- respondí sonriente
-Eso eso- contestó molesto -Pues no vuelvo a hacerte caso, te amo, pero ya no más cosas así-
-No entiendo cual es tu problema con Parker- añadí frunciendo el ceño -Es un amor y nunca te ha hecho nada malo-
-¡Se come todo lo que encuentra, Olivia!- exclamó -¿Sabes lo qué es que durante un día ya se haya comido tres esferas?-
No pude evitar reírme a carcajadas ante la mirada de odio del chico
-¡No te rías, esto es serio!- exclamó
-¿Dónde ves tu la seriedad del asunto, amor?- pregunté riendo -Te estás quejando porque el perro se come esferas, parece un chiste-
-Bueno ya- dijo frunciendo el ceño -¿Ya está la cena?-
-Que maduro- dije sarcásticamente -Ya casi salen las galletas del horno, ve a poner la película a la sala-

Me quedé sola otra vez mientras volvía a abrir el horno para revisar las galletas por octava vez.

Me causaba gracia la forma en la que Draco se quejaba de Parker y como juraba que jamás volvería a complacerme con algo así aunque ambos sabíamos perfectamente que en la primera oportunidad que tuviera lo volvería a hacer.  

Una vez las galletas estuvieron listas y fuera del horno las repartí en dos platos, los cuales con mucho cuidado llevé hasta la sala de estar, donde Draco y los niños discutían sobre que película poner. Solté una pequeña risita y puse los platos sobre la mesa y me acurruqué a un lado de Draco, el cual me agarró de la cintura y me dio un beso en la coronilla antes de seguir viendo el catálogo de películas navideñas. Mi novio seguía pasando películas y películas, haciendo muecas ante cada una de ellas sin decidirse.
-¡Esa papá!- exclamó Scorpius al ver la del Grinch
-Esa ya la vi- replicó mientras seguía mirando
-Pero yo no- el niño hizo un mohín
-Te jodes- dijo Draco encogiéndose de hombros
-¡Draco!- le regañé 
-Pero es verdad, ya la vi, quiero ver otra diferente- contestó encogiéndose de hombros
-Dame el mando que la peli la escojo yo- le pedí extendiendo la mano
-No hace falta princesa- dijo él sonriente
-Dámelo- repetí
-Está bien, toma- masculló

Con el mando en la mano empecé a mirar las opciones que teníamos y con la ayuda de los niños me decidí por la del Grinch, haciendo que Draco hiciera una mueca de enfado. Se cruzó de brazos mientras la película empezaba. Me levanté y apagué todas las luces de la planta baja y regresé corriendo al sofá, ya que aunque la película la había visto alrededor de cinco veces ya no me la quería perder. 

A pesar de haberse mostrado tan disgustado acerca de mi elección de película conforme fue avanzando él cada vez se mostraba más alegre y entusiasta, haciéndome dudar si en verdad se había enfadado o si solamente lo había hecho para jodernos a los demás. Las galletas se habían acabado al poco tiempo de que iniciara la película, por lo que rápidamente había regresado a la cocina a por más galletas para poder continuar con nuestra tradición de comer galletas mientras veíamos películas de Navidad, la cual habíamos creado el año en que Scorpius nació, después el siguiente año también lo habíamos hecho y poco a poco se fue convirtiendo en algo que hacíamos cada año. Siempre  veíamos cintas diferentes, a excepción de este año, de ahí el descontento de Draco, sin embargo eso no quitaba que no fuera especial. 

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora