Capítulo 50

13 4 3
                                    

A la mañana siguiente me levanté muy temprano, más o menos como a las seis. Salí rápidamente de mi cama y me metí al baño para poder arreglarme. Me tardé como una hora y media en vestirme, peinarme y maquillarme un poco para estar presentable al momento en que llegara el Señor Malfoy. Al salir medio acomodé mi lado de la habitación y salí apresuradamente y bajé a la Sala Común donde me senté en una de las butacas con un libro en la mano.

Estuve ahí por aproximadamente una hora y media hasta que Hermione bajó, ya vestida y arreglada a la Sala Común. Se acercó a mi y se sentó en la butaca más próxima de la mía. 
-¿Nerviosa?- preguntó esbozando una tímida sonrisa
-Algo- respondí con los nervios hasta el mil
-Lo sé Olivia- añadió -Te has levantado a las seis-
-Bueno... es que tenía que arreglarme- dije en mi defensa
-Es sólo tu suegro, no el ministro- dijo riendo 
-¡Preferiría que fuera el ministro!- grité aún más nerviosa
-Escúchame, tienes que calmarte- dijo ella seriamente -Todo va salir bien-
-Intentaré hacerlo- murmuré

Al dar las nueve y media aparecieron Harry y Ron y todos bajamos al Gran Comedor para ir a desayunar. Al llegar me senté rápidamente en uno de los bancos más próximo a mi y me serví lo primero que vi en las bandejas de oro. Comí en silencio total mientras mi estómago se revolvía cada vez más. Con el paso del tiempo me sentía más y más nerviosa, por lo que acabé por dejar mi desayuno a medias. 

Draco me había dicho el día anterior que su padre llegaría por ahí de las diez u once de la mañana, así que a las nueve y media salí del lugar apresuradamente para reunirme con Draco, el cual me estaba esperando en el pasillo de siempre. Llegué ahí y el estaba de espaldas, vestido con un traje negro de manga larga, el cual contrastaba con el color de su pelo y ojos. 
-H-hola- titubeé nerviosa
-Hola- respondió algo seco
-¿E-estás nervioso?- pregunté tímidamente
-No- dijo cortantemente 
-Tranquilo- murmuré 
-No puedo- suspiró -Me va a matar-
-Ey tranquilo Draco- le dije con dulzura
-Es que no puedo- repitió -Estoy muy nervioso-
-Escúchame, se que estás nervioso, pero cálmate por favor- dije algo molesta por los nervios que tenía

Estuvimos alrededor de una media hora ahí sentados contemplando la pared sin hacer ningún tipo de ruido hasta que el padre de Draco apareció. Ambos nos levantamos mientras yo temblaba sin cesar y seguimos al Señor Malfoy por uno de los pasillos mientras que él hablaba por lo bajo con Draco. Apenas me podía tener en pie por los nervios que sentía, por lo que hice un gran esfuerzo para seguir caminando detrás de ellos, intentando no hacer ningún tipo de ruido. 

Luego de un rato ambos se detuvieron, y como si no recordara que yo estaba ahí el padre de Draco se volteó y se me quedó viendo por unos segundos. Me congelé por completo. Nos metimos en una oficina que estaba completamente vacía, donde hizo aparecer un par de sillas y una mesa, cerró la puerta y se sentó. 
-Hola Olivia- dijo con su fría voz
-H-hola Señor- respondí tartamudeando
-Dime Lucius- solicitó con frialdad
-Vale- murmuré

Draco estaba sentado a un lado mío, con los ojos clavados en un punto fijo de la habitación, y aparentemente no prestaba mucha atención a su padre. Su padre se quedó en silencio unos minutos que fueron los peores, ya que no paraba de temblar y seguía sin saber porque había querido hablar conmigo.
-Draco- dijo con severidad -Sal-
-Eh si padre- dijo al mismo tiempo que se levantaba, esbozaba una pequeña sonrisa y salía de ahí
-Muy bien Olivia- dijo Lucius -Supongo que querrás saber porque quería hablar contigo-
-Eh bueno, si, me gustaría saberlo- respondí intentando evitar su mirada
-Ha habido rumores- inició 
-¿Rumores de qué?- pregunté sabiendo perfectamente a que se refería
-Tuyos y de Draco- respondió inexpresivamente
-Eh bueno... yo...- dije mientras pensaba en algo que decir
-No te molestes en buscar excusas- contestó -Sé perfectamente que salen juntos-

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora