Capítulo 40

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Abrí la puerta del dormitorio lentamente y por el hueco que había entre el marco y la puerta vi que Hermione aún dormía, así que puse un pie dentro y luego otro y otro hasta que llegué a mi cama, la cual estaba perfectamente tendida desde el día anterior. Saqué de un cajón ropa limpia para ponerme y al cabo de unos minutos ya me había vestido y arreglado. Justo cuando estaba a punto de salir Hermione se sentó en la cama y me llamó.
-Olivia, ¿Por qué rayos no viniste a dormir hoy?- preguntó molesta
-Eh bueno es que yo...- comencé a decir
-¿No entiendes que los podrían descubrir en cualquier momento?- preguntó ella
-Si, si lo entiendo y no quiero que pase- murmuré -Es que ayer me he olvidado de la contraseña y no he podido entrar-
-¿Y dónde has dormido? ¿Con Draco?- preguntó arqueando una ceja
Yo me quedé callada
-¿¡Cómo se te ocurre dormir ahí Olivia!?- preguntó a gritos
-Yo... eh...- no supe que contestar  -S-solo no le digas a Harry, por favor-
-Está bien- suspiró dándose por vencida

Salimos juntas de la habitación y nos fuimos a sentar en unas butacas vacías, mientras que esperábamos a que bajaran Harry y Ron. No tuvimos que esperar mucho, puesto que cinco minutos después de tomar asiento aparecieron los chicos charlando animadamente.
-Hola chicas- dijo Neville
-Hola Neville- respondí sonriendo

Estuvimos un buen rato platicando, pero luego decidimos bajar a desayunar. Llegamos al Gran Comedor que se encontraba abarrotado de estudiantes de todas las edades, tamaños, razas y casas. Nos sentamos en la mesa de gryffindor junto con los demás y esperamos a que se sirviera el desayuno.
-Puff tengo un hambre de locos- dijo Ron
-Concuerdo contigo Ron- respondí echando un vistazo a la mesa de los Profesores esperando a que apareciera Dumbledore y la comida también.
-Que pesados que son- murmuró Hermione
-Concuerdo- contestó Harry suspirando

Después del desayuno bajamos para el inicio de clases, por lo que nos cargamos con los libros, tinteros, plumas y pergaminos y entramos al aula de Transformaciones. La clase en sí no estuvo aburrida, pero al no haber dormido lo suficiente, como dice Hermione, me costó algo de trabajo concentrarme del todo, pero al final si logré terminar los apuntes. Terminó la clase así que nos dirigimos a la siguiente que era Pociones. Llegamos al salón y el Profesor Slughorn comenzó la clase, en la cual tuvimos que preparar una serie de antídotos bastante sencillos, aunque la mayor parte del tiempo me la pasé platicando por lo bajo con Draco, ya que compartíamos aquella clase. Mientras tanto Slughorn se hacía de la vista gorda y no nos decía nada, algo que agradezco.

Siempre se me había facilitado Pociones, incluso cuando estaba con Snape sacaba sobresalientes la mayor parte del tiempo, por lo que no me molestaba en poner especial atención a las explicaciones de los temas, simplemente abría mi libro en la página indicada y seguía al pie de la letra las indicaciones, cambiando de vez en cuando las dosis de los ingredientes para que saliera mejor. En general pociones era una de mis asignaturas favoritas, seguida por Aritmancia y Defensa Contra las Artes Oscuras. 

La clase se pasó volando y al darme cuenta ya era hora de recoger todo, así que metí todo mal acomodado en mi mochila y salí corriendo para llegar a tiempo a mi siguiente clase, que a decir verdad no recuerdo ni cual era, de lo único que me acuerdo es que la compartíamos con los de Ravenclaw, algo muy poco común, ya que era la casa con la que menos clases en común teníamos.

Pasaron las horas y llegó la hora de la comida, por lo que todos nos reunimos en el Gran Comedor y disfrutamos de un delicioso manjar, con cualquier tipo de alimento deseable. Los almuerzos en Hogwarts siempre me habían gustado, ya que fuera lo que fuera siempre había por lo menos algo que me encantara. 

Al terminar de comer Hermione y yo nos dirigimos al aula de Aritmancia con la Profesora Vector, que se encontraba en el séptimo piso del castillo. Llegamos algo cansadas pero a tiempo, así que nos sentamos en unos de los pupitres del frente y dio comienzo a la clase. Fue bastante interesante y le entendí a todo, obteniendo treinta puntos como recompensa por mis maravillosas respuestas como de costumbre. Salí de clase satisfecha y aproveché un pequeño descanso que tenía para ir a la Sala Común para ir adelantando algo de tarea y así tener el resto de la tarde libre. En el camino me topé con varios de mis compañeros que se dirigían hacia los lavabos o a alguna clase, y después de muchas paradas para saludar y charlar con ellos logré llegar a mi destino, dije la contraseña y entré.

El lugar se encontraba casi vacío, ocupado solo por unos cuantos estudiantes que hacían la tarea, por lo que aproveché el silencio que había y me puse a terminar una redacción para Defensa Contra las Artes Oscuras. Veinte minutos después estaba guardando todo de nuevo y salía apresuradamente para llegar a Defensa Contra las Artes Oscuras, no lo podía creer, se me había ido volando el tiempo e iba a llegar tarde. No quería imaginar el castigo que me pondría Snape por no estar ahí a tiempo. Corrí como nunca lo había hecho en mi vida y al final llegué justo un minuto antes, entré y me senté junto a Hermione, que me miraba con cara de desaprobación negando con la cabeza, pero no pudo regañarme ya que justo en ese instante apareció Snape y la clase comenzó. 

Luego de un par de horas las clases finalmente terminaron y todos nos fuimos a la Sala Común para hacer la inmensa e inhumana cantidad de tareas que los Profesores nos habían dejado, aunque la mayor parte del tiempo nos la pasamos quejándonos de la tarea y la locura de los Profesores, era tanta la cantidad de tareas que hasta Hermione se quejaba y reprochaba. Al final bajamos a cenar muy hambrientos y cansados, y al terminar decidí ir a ver a Draco, prometiendo esta vez regresar a dormir y anotando la contraseña en un papel que guardaría en el bolsillo de mi túnica. Salí en su búsqueda y luego de caminar por unos minutos llegué al pasillo, y sorprendentemente Draco no estaba allí, pero pensé que aún estaría en el Comedor o en su Sala Común, sin embargo, por más que esperé y esperé él no apareció, así que algo herida y molesta me levanté de ahí y me fui directo a la Sala Común.

Cuando estaba por la mitad del camino me topé de frente con Draco, y después de mirarlo de una manera nada amistosa me aparté y seguí con mi camino.
-Ey Olivia- dijo Draco alcanzándome
-¿Qué quieres?- pregunté molesta
-¿Y ahora por qué estás enojada?- preguntó
-Ya no importa- respondí -¿Dónde estuviste?-
-¿Estás celosa?- preguntó
-No, simplemente quiero saber dónde estabas, se me hizo raro que no estuvieras acá como siempre, ¿Sabes?- dije 
-Te juro que estive en la Sala Común, si quieres ve y pregúntale a los demás chicos, te lo juro de verdad- contestó 
-Está bien, te creo- dije con una pequeña sonrisa -Y perdón por molestarme así-
-Mmm... no se si perdonarte, ¿Sabes?- preguntó con una gran sonrisa
-¡Ja! Pues te quedas sin novia- dije burlonamente
-¿Sabes qué? Creo que ya cambié de opinión- dijo rápidamente

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora