Capítulo 76

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-¿Segugos que van a estag bien?- preguntó Fleur
-Si, estaremos bien- respondí como por octava vez
-Váyanse con cuidado- pidió Bill con cara de preocupación
-Que si- resopló Ron
-Dale saludos a tu madre de mi parte- le dije a Bill mientras le daban dos besos en las mejillas como despedida
-Vale vale- respondió mientras se despedía de Ron
-Cuídense mucho- dijo Fleur
-Adiós-

Salimos del refugio hasta la arena blanca de la playa y tomé el brazo de Ron mirando hacia atrás para ver a Bill y Fleur sacudiendo sus manos mientras todo daba vueltas y vueltas. Aterrizamos de nuevo en un bosque y nos apresuramos a armar la tienda de campaña y a desempacar ya que a pesar de no ser un viaje largo llevaba bastantes días dándole vueltas y vueltas al asunto de marcharnos del Refugio. A decir verdad no era algo de lo que estuviera feliz ya que se vivía muy bien allí y comíamos a base de bien sin embargo ya era hora de salir a buscar a mi hermano y a mi mejor amiga, que dicho de esa forma sonaba medio extraño.

En la cabeza me daba vueltas la pregunta de si estarían bien, aunque después de mucho pensarlo me daba cuenta de que si algo les hubiera pasado o si hubieran sido atrapados la noticia habría salido en todos los sitios posibles por lo que por el momento tenia la seguridad de que seguían bien, aunque también podrían haber muerto escondidos o a manos de los mortífagos. De cualquier manera siempre intentaba pensar en el lado positivo de las cosas a pesar de que la mayoría no lo tenía, simplemente quería olvidar por un momento el hecho de que estábamos en una situación precaria.

Por otra parte estaba el hecho de que estaba embarazada y por más que le dijera a Ron que me encontraba perfectamente bien y condicionada para seguir haciendo lo mismo de antes el insistía en que descansara. Era muy atento conmigo y se la pasaba cuidándome, cosa que me enternecía.
-Ni que fueras su padre- bromeé mientras estaba acostada en las piernas de mi amigo
-Pues ya podrá Draco agradecerme por cuidar tan bien de ti- respondió siguiéndome el juego
-Es que sin ti estaría muerta seguramente- añadí sarcásticamente
-Deberías apreciar más mi apoyo- contestó haciéndose el dolido
-No lo voy a negar- dije captando su atención -Me has ayudado bastante y te lo agradezco-
-Ya sabes que no es nada- respondió sonriente
-Ya sabes que hacer cuando tengas hijos- dije
-¿Hijos?- preguntó sorprendido
-¿Acaso no quieres tener hijos?- pregunté
-Osea si pero, ¿Ahora?- replicó incómodo -No te ofendas pero tener hijos a esta edad es... ¿Cómo explicarlo?-
-¿Complicado quizás?- pregunté completando su frase -Y hombre, que no te estoy diciendo que este año vayas con Hermione y se lo propongas-
Se quedó boquiabierto
-Venga que ya se lo que quieres Ron- dije sonriendo con picardía
-Me conoces demasiado bien- refunfuñó
-Si no quieres que diga eso deberías aprender a esconderlo mejor- repliqué

Al cabo de un rato empezamos la guardia y como no había hecho nada en todo el día me ofrecí a quedarme fuera y a pesar de los reproches de Ron al final logré convencerlo.

Dios que frío hace. Esto no lo había ni en Diciembre.

Me enrollé con todo lo que encontré mi mochila, que prácticamente eran como dos sudaderas, dos cobijas y aparte la chamarra que le había robado a Ron y a pesar de eso seguía teniendo el mismo frío que antes, lo único era que el cuerpo me pesaba alrededor de uno o dos kilos más de lo que debería y me movía igual o peor que un pingüino minusválido.

En fin, aparté el pensamiento de que hacía frío y me concentré en mi entorno. No se veía absolutamente nada y cada vez que alguna rama crujía o que algún animal se movía saltaba y empezaba a mirar hacia todos lados como la gran miedosa que era porque claro, a cada sitio al que iba tenía que hacer el ridículo como siempre. Después de un rato que no sentía el corazón me puse las orejeras y presioné sobre ellas con fuerza haciendo que escuchara fatal.

Después de un buen rato decidí mirar el reloj y vi que eran las dos de la mañana. Dios que rápido se pasa el tiempo cuando no haces nada, si así fuera todo el tiempo tendría la vida resuelta. Como ya era tarde regresé a la tienda y al momento de pisar el interior el calor del lugar hizo que me sintiera viva otra vez.
-¿Ya acabaste?- preguntó Ron desde su cama
-Sí- dije tiritando de frío
-Duerme algo- dijo poniéndose ropa de abrigo para salir

En otras circunstancias lo habría acompañado a la guardia y seguramente lo habría pasado mejor pero aparte de que hacía un frío que no era de Dios, tenía tanto sueño que sentía que caería al suelo dormida en cualquier momento. Me desvestí y me puse el pijama y sin pensarlo dos veces me metí en la cálida cama. Extrañaba dormir bien pero esa era una de las consecuencias de tanto tiempo sin dormir, tener insomnio la mayor parte del tiempo y tardar horas en poder conciliar el sueño.

Cerré los ojos abrazándome con fuerza para guarda más el calor mientras los ruidos del exterior me hacían estar alerta. Sabía que no podría dormir bien esa noche a causa del ruido que había afuera, porque como ya dije antes soy una miedosa perdida.

No tengo idea de cuanto tiempo pasó desde que intenté dormir hasta que apareció Ron por la entrada. Una ráfaga de aire frío golpeó mi cuerpo que si ya de por sí moría de frío en ese momento estaba aún peor. Me sacudí pro debajo de las mantas y subí la cobija para que solo saliera la puntita d mi nariz.
-¿Sigues despierta?- preguntó Ron en voz cas inaudible
-Hmjm- dije volteándome hacia el
-Tienes que dormir ya- me regañó
-Lo sé pero hace frío- murmuré inocentemente
-Creo que no tenemos más cobijas- masculló mirando alrededor
-No importa- añadí fingiendo una sonrisa -Tu también necesitas dormir, Ron-
-¿Segura que estás bien así?- preguntó otra vez
-Sí- aseguré aún sonriendo -Duérmete ya-
-Buenas noches Olivia- dijo
-Buenas noches Ron- murmuré

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora