Capítulo 38

15 4 0
                                    

Los días que siguieron no mejoraron; por una parte los Profesores nos dejaban más y más tarea hasta el punto de reventar y por la otra Draco seguía portándose igual de extraño que hacía unos meses, pero ahora dejaba de insistir en que me contara la verdad, sabiendo únicamente que aquél asunto estaba relacionado con Lord Voldemort. Mi relación con el estaba deteriorándose un poco debido al secreto que el guardaba, por lo que estaba preocupada de que rompiera conmigo por aquél misterio, el cual seguía sin descubrir. No estaba totalmente segura de si quería saber lo que escondía o si prefería quedarme con la duda. 

Estaba empezando a acostumbrarme a sus malos modos y hostilidad, pero a pesar de ello seguía algo triste por el hecho de que cada vez nos veíamos menos. Aún así fingí que no me afectaba realmente, así que para los demás me encontraba más que bien, aunque realmente era lo contrario. Evitaba decirle nada a él porque yo sabía que no era su culpa y que de alguna forma u otra aquél secreto lo estaba consumiendo lentamente. 

Una noche que había conseguido encontrar a Draco en nuestro lugar de siempre y mientras me recostaba sobre sus piernas no pude evitar pensar en lo que escondería, por mucho que yo tratara de evitarlo la curiosidad me mataba.
-¿Draco?- pregunté
El hizo un ruido que tomé como un adelante.
-¿Tan grave es lo que escondes?- pregunté inocentemente. Esperaba que no se molestara y huyera, así que me quedé mirándolo mientras esperaba alguna señal de molestia, enfado o exasperación.
-Si- suspiró -No sabes cuanto desearía poder contártelo, ¿Sabes? La culpa de guardar todo esto para mi me está consumiendo-
Hubo unos segundos de silencio en el que solo se escuchaban las hojas crujir por el viento que había fuera.
-Estoy harto- susurró -De esconder cosas, y todo por su culpa-
Mientras lo miraba vi como unas lágrimas bajaban por sus mejillas hasta llegar a la barbilla, donde caían y no se les volvía a ver.
-Ay Draco- dije abrazándolo -No te preocupes, yo estaré aquí para apoyarte-
-Es que no sabes lo que es- sollozó mientras le acariciaba el pelo tiernamente
-Tranquilo- susurré
-Es que...- comenzó a decir
-Shh- dije 

Después de estar tumbados en el suelo del pasillo decidí acompañar a Draco hasta su Sala Común, donde ya había estado una vez hacía mucho tiempo, así que nos pusimos en marcha hacia esa dirección. En el camino apenas hablamos, pero no fue un silencio incómodo, así que seguí sin hablar por largo rato hasta que nos topamos con la entrada de la Sala Común.
-Adiós Draco- dije 
-Adiós princesa- respondió a la vez que se acercaba a mis labios para besarlos
-Te amo- susurré
-Yo más- respondió de vuelta

Esperé a que entrara por la puerta y luego me di media vuelta para regresar a mi Sala Común, donde seguramente todos ya estaban más que dormidos. Mientras caminaba de regreso empecé a escuchar ruidos muy cerca de mi, así que corrí rápidamente a esconderme detrás de una armadura, intentando hacer el menor ruido posible. Por un hueco que había entre mi escondite y yo pude ver una oscura figura que caminaba por el pasillo, mientras que su capa flotaba tras de él. Intentaba descubrir quien se encontraba allí, pero a pesar de mis esfuerzos no lograba descifrarlo. También intentaba no hacer ruido para que no supiera que estaba allí escondida, ya que muy probablemente era Snape, y a decir verdad no necesitaba nuevos problemas con el. Al cabo de un rato parecía que ya no había nadie por ahí, pero de todas formas asomé la cabeza por un espacio para comprobar que estuviera sola. 

Salí de ahí y después de un rato llegué a la entrada de la Sala Común, donde le di la contraseña a la Señora Gorda para entrar. El lugar estaba vacío y sólo estaba iluminado por la poca luz de luna que se filtraba por las ventanas. Estaba ya muy cansada así que subí rápidamente por las escaleras que iban hacia mi dormitorio, abrí la puerta y me tumbé en mi cama sin siquiera ponerme el pijama o quitarme los zapatos.

Al día siguiente me desperté por el ruido exterior, así que al darme cuenta de que no iba a poder dormir más me levanté de la cama de muy malagana y empecé a arreglarme para salir; en menos de diez minutos ya estaba lista para irme, así que salí de la habitación y con mucho cuidado cerré la puerta.

Aún no era la hora de bajar a desayunar, así que me fui a sentar en una de las butacas de la Sala Común y saqué uno de mis pergaminos para hacer la tarea durante un rato antes de que en las clases nos dejaran aún más. 
-Eh hola- dijo Seamus mientras se acercaba a mi butaca 
-Hola- dije apartando los libros y pergaminos de ahí
-¿Me puedo sentar?- preguntó
-Eh si si, siéntate- dije haciéndole un lugar junto a mi
-Gracias- dijo sentándose -¿Qué haces?-
-Tarea- suspiré -A decir verdad no sé de donde voy a sacar tiempo para terminar todo-
-Y eso que yo no la he hecho aún- murmuró algo avergonzado
-Tráela y te ayudo, ¿Vale?- pregunté a Seamus, el cual asintió y se levantó rápidamente a buscar su tarea

Al cabo de una hora más o menos ya habíamos terminado casi toda la tarea así que me despedí de él y me fui a guardar todo a mi habitación. La Sala Común estaba empezando a llenarse de otros estudiantes que se levantaban a hacer la tarea, y otros como Harry, Ron, George y Fred que simplemente salían a platicar o a jugar ajedrez mágico, naipes explosivos o gobstones. Subí al dormitorio y vi a Hermione que recogía algunas de sus cosas y a Lavender y Parvati durmiendo en sus camas plácidamente. 
-Buenos días- susurré a Hermione
-Buenos días- susurró de vuelta -¿A qué hora te has levantado?-
-Mmm- exclamé pensativa -Creo que a las siete y media más o menos-
-¿¡Siete y media!?- exclamó Hermione -Por Dios Olivia, ¿Acaso tu no duermes?-
-Duermo sólo lo suficiente- respondí
-¿Crees que no se de tus "escapadas nocturnas"?- preguntó levantando una ceja -Sé a que hora te vas y a que hora regresas Olivia, apenas y tienes tiempo para dormir-
-Pero si no tengo sueño- contesté -No necesito dormir tanto como el resto de personas aquí, con el tiempo que duermo me es más que suficiente-
-Si tu lo dices- suspiró -¿Bajamos a desayunar?- 
-Vale, vamos- dije abriendo la puerta para bajar al Gran Comedor

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora