Capítulo 82

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Clac

Aparecimos en un abrir y cerrar de ojos a mitad de una playa. Estaba algo mareada pero como pude me levanté y vi al resto alrededor de Harry. Preocupada, me acerqué a ver que ocurría y al descubrirlo no daba crédito a lo que veían mis ojos.

Dobby reposaba en los brazos de mi hermano mientras que una gran mancha roja se extendía a lo largo de su pecho, debilitándolo más y más. Harry hablaba con el elfo doméstico en voz baja pero la preocupación que tenía era evidente al igual que la del resto.
-Harry Potter-

Estas fueron las últimas palabras de Dobby antes de irse para nunca regresar. Una lágrima resbaló por mí mejilla al ver la imagen del elfo, aquella sonrisa con la que tantas veces lo había visto, aquellos ojos verdes tan abiertos como el día en que lo había conocido. Tantos recuerdos junto a él que ahora venían a mi mente cargados de dolor y tristeza, tantas veces que nos salvó y pensar que su vida acabaría ese mismo día, a manos de Bellatrix Lestrange, aquel ser humano al que tanto odiaba.

Estaba furiosa, furiosa con Bellatrix, cuya sonrisa burlona aparecía en mi mente haciendo que se me calentara la sangre; estaba triste, muy muy triste por la pérdida de Dobby, el más nobles de todos los elfos domésticos que había llegado a conocer, el más amable y atento que conocería jamás y ahora todo se había terminado para él. Él, que finalmente había conseguido libertad, que por fin era escuchado ya no estaba ni estaría jamás, y pensar que lo vi por última vez, poco antes de morir sin siquiera saberlo.

No se cuanto tiempo estuve ahí fuera con Harry, Hermione y Ron, no se si fueron minutos o quizás horas pero después de estar un buen rato llorando en silencio consideramos apropiado enterrarlo y dejar la marca que el había dejado en nosotros.

Mientras que Ron y Hermione se habían ido a refugiar al interior de la casa en busca de algo de comer yo me había quedado fuera con Harry, ayudándolo a cavar un agujero lo suficientemente grande para depositarlo. Luego, con sumo cuidado entre los dos lo agarramos con cuidado y lo depositamos suavemente dentro del hueco que había en el suelo para luego cubrirlo de tierra nuevamente y antes de irnos y con ayuda de mi varita puse una inscripción en una piedra la cual coloqué por encima y decía así:

"Aquí yace Dobby, un elfo libre"

Terminé de colocar esto último y luego de derramar más lágrimas entré, seguida de Harry al calor de la casa. Al entrar todos nos miraron pero pasé de largo y me fui a meter a una de las habitaciones de la casa.

Me tumbé en la cama a llorar con la cabeza hundida en la cama y estuve ahí mucho rato. De no haber sido por los golpes de la puerta ni me habría movido.
-¿Quién es?- pregunté con voz temblorosa
-Soy yo- respondió Hermione del otro lado de la puerta
-Pasa- dije pasándome el antebrazo por la cara

Hermione abrió la puerta y algo de luz entró a la habitación. Ella volvió a cerrar la puerta una vez que estuvo dentro y se sentó a mi lado en la cama mientras me abrazaba cariñosamente.
-Tranquila Olivia- susurró ella
-Es que- comencé a decir entre lágrimas -¿Cuánto más vamos a perder, cuántas cosas más tendremos que dejar atrás? Todo es distinto ahora, ya nada es como antes y cada vez estoy más segura de ello. Mientras más pasa el tiempo peor está la situación y lo peor es que no podemos hacer nada Hermione, nada, ya estoy harta de esto, estoy harta de ver como el mundo se destruye a manos de tantas personas como tú y como yo que no les importa, que solo quieren ver el mundo arder en busca de poder. Es todo cuestión de tiempo para que finalmente acaben con nosotros. Es cuestión de tiempo para que el lado oscuro se lleve al resto con el-

Hermione me miró por un buen rato, supongo que estaba buscando las palabras adecuadas para responderme y al final si que las encontró.
-Escucha- dijo suavemente -Entiendo lo difícil que es esto, créeme que se de que hablas pero tienes que entender que no eres la única que lo está pasando mal, hay gente que ha perdido todo, gente que se ha quedado sin familia o incluso que ha muerto-
-¡Ya sé que hay gente que lo ha perdido todo!- exclamé alzando la voz -¡No me estoy comparando con ellos!-
-Relájate un poco, ¿Quieres?- preguntó ella
-¡Es que no puedo!- grité enfadada
-¡Pues no es mi problema Olivia!- gritó ella de vuelta

Mi respiración era entrecortada, supongo que por el esfuerzo y los gritos que acababa de pegar. Me quedé quita un momento y me di cuenta de que Hermione no tenía la culpa de nada y también de que no debería haberle gritado y de repente mi mente cambió a Draco. Dios lo extrañaba demasiado y verlo ahí en la mansión de sus padres tan mal me ponía mal a mi también. Tenía miedo de lo que pudiera llegar a pasar con el y con nosotros también, no quería que por culpa de la Guerra Mágica nuestra relación se rompiera, ¿Qué iba a ser entonces de nuestro bebé? Se suponía que no debía pensar en eso pero era inevitable y empecé a llorar desconsoladamente mientras Hermione me abrazaba confundida.
-Dios es que lo extraño tanto- sollocé sin control
-Tranquila Olivia, Draco está bien- dijo intentando calmarme
-¿Qué tal si de repente me deja?- pregunté entre lágrimas
-Eso no va a pasar- contestó ella muy segura
-¿Cómo sabes eso?- pregunté aún llorando
-Porque he visto como te mira y por lo que nos has dicho a nosotros él te quiere mucho y a menos que sea poseído no creo que cambie de opinión- añadió
-Tienes razón- murmuré sacándome las lágrimas -Lo siento por el drama-
-No te preocupes, no pasa nada- me aseguró -Por ahora creo que será mejor que te duermas-
-Vale- respondí acostándome en la cama

Me metí entre las sábanas mientras que Hermione cerraba la puerta por detrás de ella. Me quedé mirando al techo mientras escuchaba las voces de los demás que seguían despiertos, algunas de ellas más cercanas que otras.
-Está algo alterada- susurró Hermione
-Serán las hormonas supongo- respondió Harry
-No sé que pueda ser pero lleva unos días algo extraña- complementó Ron
-Por si no te acuerdas está embarazada imbécil- dijo ella en voz baja
-Me acuerdo perfectamente- masculló Harry no muy contento con eso

Me quedé quieta en la cama y obviamente me di cuenta de que hablaban sobre mi, era la única en esa casa que estaba embarazada, o bueno podría ser que Fleur lo estuviera también pero no lo sabía a ciencia cierta.

Respecto a lo que habían dicho los chicos tenían razón, últimamente había estado más sentimental que de costumbre y aparte había tenido episodios de ira y alegría y a pesar de saberlo realmente me habían herido sus comentarios por lo que antes de quedarme profundamente dormida lloré un par de horas más.

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora