Capítulo 4

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Se acercaba el invierno, y por tanto los exámenes también. Todos los alumnos de Hogwarts estábamos muy nerviosos.

La mayor parte del tiempo la pasaba en la biblioteca con Hermione estudiando. De vez en cuando aparecía Malfoy y se quedaba espiándonos por la rendija de la puerta. Después de un tiempo, Hermione se acostumbró a ver el pálido rostro de Draco por la puerta.  Y claro, no podrían faltar nuestras escapadas nocturnas; todas las noches él y yo nos encontrábamos en el pasillo frente a la biblioteca.

Esperábamos a que todos estuvieran dormidos, nos vestíamos y nos encontrábamos, a veces paseábamos por los desiertos corredores del castillo, otras veces nos sentábamos a contemplar el cielo y las estrellas y otras más nos quedábamos mirándonos. Malfoy era el chico perfecto, mi chico perfecto; era guapo, alto, delgado, rubio, rico, inteligente, perspicaz, discreto, romántico... ah! ¡¡¡Cuánto me gusta!!! Por supuesto que nadie sabía de nuestras escapadas nocturnas, y menos de nuestro noviazgo clandestino, los 2 sabíamos que si alguien le hacía llegar a Harry la noticia éste nos aniquilaría a ambos, así que decidimos mantenerlo en secreto, por lo menos por el momento.

La semana de exámenes había terminado y todos estábamos felices, ya sólo faltaba una semana para ser libres al fin, si soy sincera, no sabía a donde íbamos a ir, si nos íbamos a quedar en Hogwarts, si íbamos a pasar las vacaciones con los Weasley, así que le dejé ese trabajo a Harry, que el se encargara mientras que yo aprovechaba mi última semana con Draco.
-Te voy a extrañar demasiado, ¿sabes?- dije yo, acurrucándome en su regazo
-¿Crees que yo no mini-Potter?¿Con quién me voy a escapar en las noches?- Sonrió y yo lo imité
-¿No podrías pedirles a tus padres reconsiderar lo de ir a pasar las vacaciones con ellos y quedarte aquí en su lugar?- pregunté 
-Quisiera que fuera así de fácil- suspiró -No me dejarán quedarme ni aunque me ponga de rodilas- 
-Intentaría pedirle a mi hermano pasar las vacaciones por mi cuenta, inventaría algo, pero no creo ni que a tus padres ni a Harry les gustara la idea- suspiré.

Tenía tantas ganas de pasar las vacaciones con Draco, pero ambos sabíamos que, por lo menos este año era algo imposible, lo habíamos discutido en repetidas ocasiones.

Sentimos ruidos de pasos fuera de la habitación de Draco, si, estaba en la torre de Slytherin, no creo que eso estuviera permitido, aunque no estábamos haciendo nada malo, por si las dudas brinqué de la cama y me fui a esconder al armario. Se abrió la puerta y, a juzgar por los pasos entraron Crabbe y Goyle, los mejores amigos de Malfoy. 
-Hola Draco- oí decir a Crabbe
-¿Qué quieren idiotas?- preguntó él, se notaba que estaba bastante irritado
-Vamos a molestar a Potter, ¿vienes?- preguntó Goyle
-Estoy ocupado- dijo cortante -Ya dejen a Potter, no vale la pena, no merece nuestro tiempo, ¿no tienen mejores cosas que hacer?-

Por un hueco que había entre las puertas alcancé a ver a ambos muchachos negar con la cabeza.
-Bueno, pues entonces váyanse, que yo si tengo que hacer- diciendo esto ambos muchachos salieron de la habitación y cerraron la puerta.

Esperamos unos segundos a ver si no regresaban, y cuando estuvimos seguros abrí la puerta y salí. Me volví a acurrucar junto a el, y estuvimos toda la tarde. 

Tiempo antes de que comenzara el banquete salimos de la torre con mucho cuidado para que ni los Profesores ni los demás estudiantes nos vieran. Llegamos a mi torre, miré a ambos lados del pasillo para ver si no había nadie, me acerqué a Malfoy y lo bese suavemente en la mejilla, que en ese mismo instante se había puesto colorada. Nos abrazamos rápidamente y cuando ya se iba le dije.
-Adiós Malfoy, te quiero- y esbocé una gran sonrisa
El volteó y me dedicó una sonrisa
-Yo también te quiero mini-Potter-
-¿Por qué no me llamas por mi nombre?- pregunté
-Porque así no es divertido, Olivia- respondió sonriente

Esperó a que entrara a la torre y se fue. Subí las escaleras hacia el dormitorio de las chicas, esperaba encontrarlo vacío, pero para mi mala suerte allí se encontraba Hermione. 
-Hola- dije intentando pasar desapercibida
-¿Dónde estabas?- dijo sin apartar la mirada del baúl. Hermione iba a pasar vacaciones con sus padres muggles así que estaba preparando su equipaje.
-Fui a dar un paseo- mentí, esperaba que si creyera la mentira, no tenía ganas de desvelarle mi secreto
-A ok- dijo indiferente
-¿Estás bien?- pregunté, no era normal que Hermione estuviera tan callada
-Si, todo bien- dijo ella, y por primera vez desde que entré levantó la cabeza y esbozó una débil sonrisa.

Decidí dejar a Hermione para que empacara tranquila, así que bajé a la sala común, llevaba un libro de la biblioteca acerca de criaturas mágicas, ese es un tema que llama mucho mi atención. Estaba tan sumisa en mi lectura que no me di cuenta cuando Harry y Ron aparecieron detrás mío.
-¿Qué lees?- preguntó Harry detrás mío
Sentí que se me salía el alma del cuerpo, menudo susto me había dado
-Eh.. ¿Yo? Ah... criaturas mágicas- dije todavía sin recuperarme del susto aún
-Interesante- dijo Ron -¿Quién te lo recomendó, Hagrid?-
-No, lo encontré yo sola- dije cortante
-¿Dónde has estado todo el día?- preguntó Harry, la verdad, estaba esperando a que me preguntara eso
-Fui a dar un paseo por el castillo, y después pasé por la biblioteca para recoger el libro- dije mientras señalaba el libro
-Okey- dijo Harry -Oye, ya sé donde vamos a pasar las vacaciones- 
-¿Dónde?- estaba emocionada, aunque recordé que fuese donde fuese Draco no iba a estar conmigo
-Estuve investigando y contactando gente- dijo Harry a modo de suspenso -Y...-
-Aquí viene la mejor parte- dijo Ron con una sonrisa
-La madre de Ron nos ha invitado a pasar navidades con ellos- dijo Harry, entusiasmado
-¡Impresionante!- dije alegremente -Entonces será mejor que vaya empacando- y antes de que ellos pudieran darme una respuesta salí corriendo escaleras arriba

Hermione seguía allí, estaba sentada de espaldas a mi, y claramente no se había percatado de mi presencia. La escuché atentamente y me di cuenta de que estaba llorando, Hermione nunca lloraba, me preocupé, lentamente me acerqué a ella para que pudiera verme. Después de lo que me pareció una eternidad, ella me vio, rápidamente se secó las lágrimas, me senté a su lado y le pase un brazo por los hombros, e inesperadamente ella me abrazó.
-Her, que pasa, ¿está todo bien?- pregunté con delicadeza
-¡Nada está bien!- sollozó 
-Her, sabes que puedes contarme lo que sea- dije con dulzura
Respiró hondo y comenzó a hablar -Esta tarde, pasando por el baño de Myrtle la Llorona, aquél al que nadie va- respiró hondo de nuevo y prosiguió -He escuchado a una chica, no me acuerdo bien de su nombre- hizo una pausa -ella hablaba con otra chica, Pansy de Slytherin, estaba diciéndole las novedades- seguido a esto entornó los ojos hacia arriba -Y-y e-ella dijo- noté como se le cortaba la voz -Ella dijo que finalmente Ron se había acercado a ella, le había pedido ser novios y se habían besa...- no pudo terminar la palabra y se echó a llorar.
La abracé, no sabía que hacer.

Lo que nadie nos contóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora