Jungkook es un universitario con una vida aparentemente normal, hasta que una noche conoce a un hombre misterioso que hace cambiar todo. los secretos y pasados junto con el amor se mezclaran de forma caótica abriendo heridas, mientras afuera hay una...
Los pensamientos eran diversos en la mente de Taehyung mientras veía a Jungkook besar a alguien más. Se sentía increíblemente estúpido, y humillado, El no podía ver que jungkook sabia de su presencia debido a que su rostro era tapado por su flequillo, aunque el saberlo no habría sido mejor para su enojo.
El mayor se dio la vuelta cuando en beso pareció finalizar, observando el ramo de flores en sus manos, recién salido de la floreria que estaba enfrente de aquel local de helados, camino hacia su auto, aventandolas hacia otro montón de flores rojas, que estaban en la entrada del establecimiento.
La intensidad de sus sentimientos se sentian en la forma en que abrio y cerro la puerta del vehículo, presionaba con fuerza el acelerador mientras su rostro se mantenía serio, su molestia se sentía en el aire, si antes había una forma de arreglarlo ahora no.
Ordenó a su auto con el comando de voz, llamar a Namjoon
—¿HAY RATAS EN EL LABORATORIO?- su voz era fuerte y clara.
—¡¿Qué?!-el hombre de cabello blanco se sobresalto al escuchar lo que preguntaba
—Hmm si.... tengo que decirte algo que acaba de pasar con jungkook... es urgente-vacilo en hablar.
—¡JUNGKOOK SE PUEDE IR AL DEMONIO EN ESTOS MOENTOS!- dijo taehyung con una voz más grave, namjoon sabía que taehyung no estaba de humor desde el principio, definitivamente no era momento para molestarlo.
—Esta bien... hablamos luego.- colgó al instante.
Cuando Taehyung hablaba de esa manera y preguntaba por las famosas "Ratas de laboratorio" todo estaba perdido.
Las ratas de laboratorio no eran realmente ratas, eran personas. Taehyung tenía un extraño por no decir sádico hobby cuando su humor o estrés superaba sus límites, y vaya que ese beso lo había pasado.
El tenía la mejor intención y lo que recibió fue una humillación, de alguna forma tenía que descargarse. Las personas llamadas ratas de laboratorio eran personas endeudadas con ellos, traidores o enemigos, que servían para probar químicos, drogas y demás. Taemin lo fue, con el probó un tipo de veneno encapsulado, el había sido la última rata que asesino en meses.
Taehyung entro en un tipo de almacén sofisticado. Teniendo la hermosa vista de personas atadas de todos lados. Rogaban por su vida con sus expresiones y lágrimas. El pelinegro fue visto desde el punto de vista enamorado de Jungkook, olvidando que el era un mounstro, un mounstro insensible, que disfrutaba el dolor ajeno.
El talento que Taehyung había recibido fue el don de su puntería y el placer de la sangre. Las personas en ese lugar pagarían la falta de respeto de Jungkook. Una pared enorme, estampada con todo tipo de armamento se presentaba a lo que el mayor veía admirado, pasando enfrente de ellos.
Tomo un cuchillo de ataque curviado
—¿Quién quiere ser el primero?-dijo con tranquilidad mientras miraba por la esquina del ojo a las personas que se les acababa el tiempo de vida.
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