58.- Tu soledad esta en tus mentiras

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Suran tenía un muerto viviente de copiloto, pensó que sería fácil la tarea de recoger a Jungkook del hospital y llevarlo al penhause, pero no tenía en cuenta lo escalofriante que sería tan solo verle la cara; lucia más delgado, sus manos estaban vendadas  y su brazo estaba apoyado en un cabestrillo.

—¿Cómo estuvo tu estadía en el hospital?

Al instante se arrepintió de su intento de romper el hielo topandose con los ojos oscuros del pelinegro mirándola fijamente. Sus mirada estaba más fría de lo usual a causa de sus ojeras, parecía que no había descansado en un buen tiempo.

—Bien...tuve mucho tiempo para pensar...-su voz era baja

—¿Pensar...?

—Si...pensé en algo...-en auto se detuvo en un semáforo—Perdóname.

—¿Eh?

—Quiero disculparme con todos por causar tantos problemas...te lastime ¿No es así? Lo siento...

Suran se quedó en silencio, Jeon no era en lo absoluto confiable, actuaba de manera irracional y incoherente, sanaba sincero, pero no podía aceptar la disculpa así como así.

—¿Por qué lo hiciste?Dime ¿por qué actuaste así?

—Yo...-se quedo en silecio por segundos-No lo recuerdo.

—¿No recuerdas porque casi matas a tus compañeros?-dijo en tono serio.

Jungkook bajo la cabeza y mordió sus labios, Un dolor punzante en su cabeza se apoderaba de el cada vez que intentaba recordar su propósito.

"Débil e idiota"

—Mira...Estoy preocupada; de ti, de mi de Flawer y todos. No sé que pase por tu mente...pero si necesitas ayuda, debes de pedirla antes que sea muy tarde.

—¿Pedir ayuda...?

—Si, no estás solo. Desde que llegaste, Flawer se volvio más cálido, hay gente que te quiere y cuida de tí, por eso no debes traicionarla.

Los ojos de Jungkook se cristalizaba al escuchar esas palabras, no sabía si era merecedor de ese calor.

—Perdón...-Dijo el menor.

Odiaba mucho sentir compasión por aquel niño, se había encariñado tanto con el que no le permitía usar completamente la razón. Rogaba que todos sus comportamientos fueran por algo justificado, que todo fueran malentendidos, y que ese niño con corazón herido, no fuera un enemigo.

Bastó algunos kilómetros para finalmente llegar al Penhause, Jungkook seguía con un rostro deprimido, pero no había nada que la castaña pudiera hacer por el.

El hotel donde se situaba la vivienda estaba impecable y como siempre casi vacío. Jungkook bajo del vehículo recogiendo su mochila del asiento trasero y sin quitarle los ojos de encima, Suran, llamo al teléfono.

—Vante, llegamos.

—Bien, dile a Jeon que suba...

su voz sonaba igual de lugubre que la de jungkook, se sentía como si estuviera en medio de una guerrera fría en la que definitivamente no quería participar.

Alejo el celular y tapo el micrófono.

—Pide que subas...¿Vas a estar bien?

—Si, No te preocupes ...- le sonrió antes de empezar a dirigirse al elevador

—No merezco tu preocupación...-susurro

Le dió la espalda a Suran que no se fue hasta que el menor desapareciera de su vista. Jeon ignoro al recepcionista como siempre lo hacía, y tomo el elevador para dirigirse al último piso de aquel hotel.

WHO IS THE EVIL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora