Idilien y Milos cumplieron su promesa de no delatarnos, permitiéndonos salirnos con la nuestra al regresar a la aldea. Obviamente nos desviamos para no ingresar por el camino donde estaban acampando los mercenarios, optando por escabullirnos entre los campos que rodeaban la aldea. Fingiendo sorpresa, nos acercamos al centro neurálgico de Leydenar, donde el sabio y sus hombres homenajeaban a los héroes que habían dado caza al maligno grifo que había amenazado durante tanto tiempo a los aldeanos. Los empleados del sabio comenzaron a pregonar el mensaje a lo largo y ancho de la aldea; al cabo de dos horas, casi todos los habitantes de Leydenar estaban allí presentes en la plaza, aplaudiendo y vitoreando a sus nuevos héroes. Lamentablemente para mí, perdí a Azul entre la gente, y como me topé con mis amigos mientras la buscaba, tuve que consolarme con recordar los lindos momentos que había pasado con ella aquel día. Déjenme ser honesto al decir que, siendo un adolescente, tenía mis métodos para consolarme con los recuerdos, así que aquella noche dormí en mi pequeña habitación junto al taller de mi abuelo en vez de hacerlo en la casa de Otto.
No vi a Azul al día siguiente, ya que su madre y sus dewrienn habían bajado hasta Alacadia para visitar los mercados de la capital para reabastecerse de provisiones para el invierno, además de llevar su espectáculo con ellas a un territorio nuevo. No imaginaba un recibimiento muy entusiasta por parte de los recelosos capitalinos, pero si había alguien capaz de hechizar a la multitud, sin dudas era Ailean. Intentando tragar mi desilusión, dediqué el día entero a hacer las puntas de flecha encargadas por los líderes mercenarios. La herrería seguía siendo una de mis grandes pasiones, y ni la lucha ni las niñas podían mantenerme alejado de ella durante demasiado tiempo.
Tampoco la vi al día siguiente, aunque en esa oportunidad fue mi culpa. En un momento de distracción, me golpeé el rostro con una herramienta, provocándome una gran hinchazón además de un leve corte. Estando como estaba, no me atrevía a ir a buscar a Azul. No me hacía ilusiones con respecto a mi encanto físico, ya que ella no había dado señales de sentirse atraída, pero tampoco me atrevía a ir a verla con la cara hecha un espanto. En cambio, quien vino a verme a la herrería fue Idilien, quien, según supe después, se quedó en silencio y observándome trabajar hasta que me percaté de su presencia. Casi le lanzo el martillo por la sorpresa, tranquilizándome a último momento para evitar una tragedia.
―¿Qué haces aquí?― pregunté de manera un poco brusca, todavía sorprendido de la presencia del mercenario.
―Mandados― contestó encogiéndose de hombros―. Bonita herrería tienen montada, más que nada teniendo en cuenta que no son una aldea militar. ¿Cómo vienen con la fabricación de puntas?
―Estarán listas mañana por la mañana, Otto está empaquetándolas para que puedan ser transportadas― contesté, recordando la conversación que había tenido con mi maestro horas atrás―. Puedes decirle al capitán Gaelan que venga a buscarlas al mediodía, puede tomar prestado un carromato de los caravaneros de la aldea.
―Puedes decírselo tú mismo, chico― contestó Idilien, cruzando una pierna por sobre la otra y mirándome a los ojos. Al ver que me quedaba callado, se rió por lo bajo y aclaró―. No me refiero a que vayas a decírselo a modo de mensajero, sino que vas a tener la oportunidad de hablar con él.
―¿A qué te refieres?― desconfié, dejando el martillo sobre la mesa y acercándome a él.
―Me mandaron a llamarte, Raeven― sonrió Idilien, poniéndose de pie y comenzando a salir del patio. Lo seguí, olvidándome por completo de mi trabajo, demasiado ansioso como para distraerme de la conversación que estábamos teniendo―. Al final de cada verano, cuando la actividad baja y los mercenarios vuelven a sus hogares, Gaelan y Nils organizan entrenamientos y pruebas para los jóvenes aspirantes a unirse a nuestras filas. Ha enviado misivas a todas las aldeas a dos días de marcha a la redonda, con la esperanza de conseguir nuevos guerreros para formar bajo su tutelaje.
![](https://img.wattpad.com/cover/309412742-288-k405928.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Stormbringers I: Los Colores de la Guerra
FantasyUn hombre atrapado entre el pasado y el presente, atrapado en un mundo que cambia y avanza mientras espera que llegue lo único que necesita. La aventura de un niño que soñó con ser guerrero, y que tuvo la desgracia de ver su sueño cumplido en el mo...