La capucha de su sudadera y los lentes de sol lograban cubrir parte de su rostro, nadie podía saber quién era y porqué estaba aquí, debido a que, si se llegaban a enterar que la vida de una persona pendía de un hilo por su culpa, sería señalada con el dedo en cada rincón del universo, la noticia correría como una plaga por internet. Su cabeza daba vueltas y vueltas con la imagen de la muchacha acostada en el césped en posición fetal. ¡Pero qué triste había sido verla así! Tomó un taxi con la "psicópata" entre sus brazos y durante el viaje frotó su cuerpo para darle algo de calor, mas, todo intento era inútil si no le quitaba la ropa que traía puesta. "¿Serías capaz de lidiar con la muerte de una mujer?" le preguntó Liam antes de ir a la cafetería de la clínica por unos chocolates calientes. Liam Özkan no era sólo su mejor amigo, el muy "hijo de perra" era su colega en el modelaje y además un estudiante de medicina a punto de recibirse. Tuvo que recurrir a él para que le facilitara una entrada especial en la clínica y le dijera que hacer mientras se dirigía hacia ella.
La "psicópata" ingresó a urgencias donde un equipo médico ya la estaba esperando para iniciar un protocolo completo para tratar la hipotermia, pero sus síntomas, y el estado en la que la había encontrado era muy grave. No, contestando a la pregunta de su mejor amigo, no sería capaz de lidiar con la muerte de una persona aun cuando ésta entró en su propiedad privada. Mientras ella dormía caliente bajo las mantas, la mujer estaba empapada tiritando sin nada que la cubriera, descalza y hambrienta. Demonios. Había tenido que llenar su ingreso en urgencias junto a una enfermera, pero tuvo que inventar un nombre para ella, puesto que no sabía nada, sólo que se apellidaba Goodwin.
Liam: Tranquila campeona, está con los mejores médicos del país. Te lo puedo asegurar porque varios de ellos son mis profesores. –Le entregó el chocolate caliente- ¿Me explicarás ahora quién es esa mujer y por qué estaba vestida así?
Daniela: -le fue relatando cómo llego, cómo la encontró y lo que hizo después- No entiendo cómo los conserjes no la vieron entrar, tendría que revisar las cámaras de seguridad, pero eso no importa en este momento, ahora tengo que resolver esto, mientras tanto pediré a alguien que busque a una mujer de apellido Goodwin que se haya escapado de un sanatorio o algo así.
Liam: Quizás es una mujer que se perdió de una grabación, se golpeó la cabeza y estando aturdida llegó a tu departamento, o tuvo un accidente, podrían ser tantas cosas. -Se terminó el chocolate, luego tiró el vaso a un cesto de basura- Aunque debes admitir que fuiste un poco dura con ella, al menos te hubieras asegurado de que se fuera... digo, por tu propio bien.
Daniela: ¿Tú crees que podamos saber cómo está?
Liam: Sólo lleva 2 horas allá adentro, pero veré que puedo hacer. –Salió de ahí tranquilamente con la tarjeta de la universidad colgando en su cuello, ese día estaba en su descanso, pero como era tan buen alumno y casi profesional, le permitían entrar a las estancias del recinto de salud.
Daniela hundía la cabeza entre sus manos pensando en cómo iba a salir de este problema en el que se había metido.
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Jueves 24 de julio 2014, al otro día
La sonrisa que surcaba su rostro era pérfida al igual que sus intenciones. Por más que quería escapar, la fuerza que empleaba su padrastro era tal, que todo intento era en vano, tenía su cuerpo acorralado contra la cama de su habitación. Ya le había quitado el corsé y parte del vestido sólo para tener el suficiente espacio para sostener sus pechos y moldearlos a su antojo. María José lloraba en silencio mirando el techo y tratando de no emitir algún tipo de ruido para no enfadarlo, sabía que William no le robaría su virginidad tan preciada porque sería un caos en la sociedad inglesa si la hija adoptiva del duque de Devonshire se hubiera acostado con otro hombre antes de su futuro esposo Aaron Warwick, más aún cuando este último era como un hijo para la Reina Ana.