No podía estar equivocada, sí, era el mismo hombre que había visto saludar a Daniela Calle afuera del hogar donde realizaban las charlas, el hombre que le produjo la misma sensación de desagrado, casi como si corriera peligro. ¿Cómo sabía su nombre? ¿Se lo habría dicho Daniela? Tal vez, pero ¿por qué nombraba Inglaterra como su destino? Aterrador era sentir que no estaba equivocada después de todo.
Liam: María José, yo... -Alzó su mano para alcanzarla, pero el coreano se interpuso entre su amiga y él- Tú de nuevo. –Masculló.
Parker: "Cállate y sígueme la corriente." –Moduló hacia él, dejándolo estupefacto. ¿Por qué habría de hacerlo? ¿Qué estaba pasando? - Sí... así se llama ella ¿verdad? ¿Quién te ha dicho su nombre?
Liam: ¿Daniela Calle? –Tenía los puños apretados justo para darle un certero golpe en la cara. ¿Quién era él para darle órdenes de no hacer lo que se le diera la gana? No le gustaba hablar en códigos sin entender la situación.
Parker: ¿La famosa Daniela Calle? La modelo y actriz, ah es cierto, va con María José en el mismo hogar donde realizan charlas y en el hogar de ancianos para realizar labores comunitarias, te la debe haber mostrador por fotos.
Liam: ¿Perdón? Pero creo que...
Parker: Sería bueno que la llamaras y le dijeras que has visto a su nueva amiga, explícale la situación. –Sonreía de oreja a oreja, si pudiera hacer algo distinto de lo que estudiaba, sería un gran actor- Nos vemos.
La morena fue abrazada por el coreano antes de que le sostuviera la mano y caminara rápido hacia la salida del parque, no pudo evitar mirar hacia atrás al hombre de ojos claros, algo lo había descolocado. ¿Había sido grosera en no darle el saludo? ¡No era culpa suya que Daniela hablase de ella con otras personas! Quería retroceder y decirle adiós, pero ya era tarde, Parker había parado un taxi y con ella ingresaron sin esperar un segundo.
Por su parte el turco tenía las venas del brazo dilatadas con la sangre que corría por ellas, estaba profundamente molesto con el "chino" y consigo mismo. ¿Es que acaso no tenía valor suficiente para preguntarle de frente qué estaba pasando? Se sentía herido, ella no le había dicho un hola o un adiós, parecía incluso aterrada con su presencia, no lo había defendido, se había quedado callada de forma absoluta. Gimió mirando el cielo y con deseos de llorar. ¡María José estaba de vuelta! ¿Lo sabría Daniela? ¿Se lo habría ocultado?
Liam: -miró su teléfono móvil en busca del número de ella- Vamos a averiguarlo de inmediato. No puedes ser una infeliz Daniela, no tú, mi mejor amiga, no de nuevo. -Después de tres largos tonos se escuchó una voz ronca al otro lado- ¿Daniela? ¿Qué te pasó? Te escuchas bastante extraña.
Daniela: Estoy resfriada, apenas he comido y dormido estos días tratando de conseguir de nuevo trabajo. ¿Sucedió algo?
Liam: Espérame en tu departamento, tengo que conversar contigo de algo muy importante.
Antes de que pudiese contestar, él turco cortó la llamada, sólo viéndola de frente sabría si mentía o no respecto a lo que estaba pasando. Salió por el mismo camino donde vio desaparecer a María José y su amigo, un taxi lo haría llegar en menos de diez minutos al sector donde vivía su mejor amiga. ¿La seguiría llamando de esta forma después de charlar?
Daniela por su parte caminaba de un lado a otro dentro del departamento, no sabía que cosas quería hablar el turco, pero era evidente que no era en son de paz. Buscó algo para servirle cuando llegara, tenía whisky, variedades de alcohol infinitas que no había tenido deseos de probar siquiera una gota, no después del accidente donde estuvo embriagada. ¿Tal vez café? ¿Un té? Cuando apoyó el cuerpo sobre la superficie de mármol negra de la cocina, se le pasó por la cabeza que tal vez había recuperado la memoria de su vida pasada siendo Aaron. Pánico recorrió toda su columna hasta hacerla temblar, había prometido internamente no mezclar al infeliz de Aaron con Liam, pero ¿y sí él la veía como a una insignificante campesina, otra vez?