Sábado 5 de marzo 2016.
Cerró los ojos y sonrió enormemente cuando el aroma de aquel café llegó hasta lo más profundo de sus pulmones, la comodidad y la tranquilidad le permitían sentirse en paz con todo, incluso cuando hoy era un día importante. María José sonrió enormemente cuando María Fernanda Calle entró con una bandeja que contenía dos tazas de espumoso café con crema y además pasteles con chocolate, por supuesto la madre de su novia sabía cómo hacerla sentir en un paraíso.
María Fernanda: No, no te pares querida, esto puedo hacerlo por mí misma. –La morena volvió a sentarse y mirar cual niña pequeña las delicias que había traído- Creo que llevo el suficiente tiempo conociéndote como para saber lo que te vuelve loca.
María José: Y eso no tiene nada que ver con el hecho de que...
María Fernanda: Con el hecho de que tengo una hija que cada vez que habla de ti le brillan los ojos o que habla sin parar cuando se trata de sacarle información tuya. –Ambas rieron por lo bajo, Garzón se estiró con cuidado sobre el chaise longue para no mancharlo con comida, incluso la alfombra podía costar un dineral que no poseía y que por supuesto la familia Calle sí- Gracias por aceptar mi invitación, aunque espero el día de mañana salga de ti misma. Entiende que no molestas, al contrario, me fascina tenerte en mi casa y hacerte sentir bien.
María José: Con una agenda tan ajustada y una vida tan pública, es difícil poder tener un momento de intimidad con la gente que más quiero.
Sus palabras la hicieron sonreír con ternura, en el fondo el motivo por el que María José no fuera tan seguido por su propia cuenta era que pensaba que ellos no podían hacerse espacio en su diario vivir, además de que en el fondo aun guardaba timidez a dos figuras tan públicas como los padres de Daniela. Después de la muerte de Liam, con el tiempo se había acercado más a la familia Calle, retomando lo que alguna vez como inglesa dejó en este siglo.
María Fernanda: -dejó el café de lado después de darle un largo sorbo- Siempre le he preguntado a mi hija por ti, pero quiero que me respondas tu misma... ¿cómo te has sentido respecto a lo de tu vida pasada?
María José: Uhm. –Se había olvidado de que ella lo sabía- Definitivamente no me puedo sentir 100% Garzón cuando también recuerdo muy bien todo lo que me pasó siendo Goodwin, me siento tan una como la otra y eso a veces me juega en contra. –Murmuró tímida, algo de lo que María Fernanda se dio cuenta.
María Fernanda: Oh cariño, –sostuvo una mano suya- explícate.
María José: Me pasa sólo con... su hija. –Se sonrojó y miró el suelo, teniendo una vista de la alfombra quizás las ideas vendrían más claras- Sé que primero se enamoró de mí siendo inglesa cuando vine a visitarla hace casi dos años, que sin mi visita no se hubiera acercado a mí siendo americana, pero... -le tembló la voz- ¿qué pasa si yo nunca hubiese recordado que fui Goodwin? Hubiese pensado toda mi vida que Daniela estaba enamorada de mí porque era el amor de su vida y no porque pensaba eternamente en mi versión pasada.
María Fernanda: Oh no, cariño, no pienses eso. –Murmuró sonriendo con ternura a una María José confundida y angustiada. Podía expresarse con mayor libertad aquí, pues era un salón en la mansión que le pertenecía para su entretenimiento privado, nadie las interrumpiría- Eso no es así.
La mujer, sabia como ninguna, se paró y caminó por todo el salón para inspirarse, no iba a decorar sus palabras falsamente con tal de que ella le creyera, no, iba a decir la verdad de tal forma que ella lo pudiese entender definitivamente. Inseguridad, temor, eran sentimientos que no podían estar en una relación.
María Fernanda: María José, ¿te enamoraste de Daniela Cropper sólo porque era la vida pasada de mi hija?
María José: No. –Negó tajantemente, la seguridad en sus palabras no daba espacio a la veracidad de ellas- No puedo negar que el haberla conocido me ayudó a acercarme a Cropper, pero ella tenía sus propios encantos. ¿Después de todo no son la misma? Yo sabía que al nacer de nuevo me volvería a enamorar de forma inmediata de su hija porque estamos unidas de alguna manera... –pensó- pero yo la amo a ella por ser Daniela, sólo Daniela, pasado o presente, yo la amo por ser únicamente ella como un todo.