Capítulo 32

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¿Cómo debes actuar cuando la persona que amas está desapareciendo frente a sus ojos? ¿Tiene eso incluso lógica? María José la miraba llorado en silencio, las bolsas del supermercado estaban en el suelo del elevador, porque sus dedos habían sido incapaces de sostenerlas. Restos de huevo habían ensuciado el suelo, todo podía ser un desastre, pero Daniela terminó por quedarse mirando con los ojos muy abiertos las manos de la morena, que iban y venían lentamente a este mundo.

Sintió cosquillas en sus mejillas y mucha humedad, no era capaz de secarse sus propias lágrimas porque la sorpresa era más grande. Iba a enfrentarla, iba a pedir explicaciones cuando llegara, pero todo se esfumó cuando la vio desaparecer como vapor. No creía en las cosas que no pudiera ver o tocar, no estaba interesada en extraterrestres o comunicación con gente del más allá, pero esto sobrepasaba la lógica de la imaginación, eso creía sin saber que lo peor aún no llegaba. Tuvo el bendito instinto de acercarse un poco más, hasta rozar un dedo de su mano derecha, el tacto suficiente para no permitir que se fuera de este siglo, por ahora.

María José: Daniela... –tragó saliva- Daniela tenemos que hablar.

Daniela: Ha... ¿Hablar? –Su propia voz salió como un gemido de su boca, estaba confundida- pero... -retrocedió.

María José: Tengo que... tengo que hacerlo antes de irme. –Si es que se iba, aún no sabía si la vida le daba una pequeña oportunidad de arreglar las cosas- Debo contarte algo.

Daniela: -recordó las palabras que Liam le dijo que había escuchado en el supermercado, fueron suficientes para que la ira reemplazara el miedo- ¿Explicaciones? Pues claro que quiero oírlas. –Se dio vuelta para abrir la puerta del departamento, sólo la miró de costado- Y recoge esa mierda del suelo

La boca de María José se apretó para reprimir el llanto, hace tanto tiempo que ella no le hablaba de esa manera tan fría e hiriente. ¿Por qué se le había ocurrido salir al supermercado? ¿Algo más aparte de verla al borde de desaparecer por completo, la había inquietado? Sollozando recogía las cosas que podía, algunas simplemente eran imposibles porque estaban esparcidas sobre el suelo, como aquel preciado vino tinto que había comprado para cenar.

Dando pasos lentos entró en aquel departamento, tenía un maldito presentimiento y no sabía siquiera si era sólo una "sensación" porque cuando estuvo con Parker pensó lo mismo, mas, ahora podía darse cuenta por qué había pasado aquello. Apenas estuvo dentro, la puerta tras ella se cerró de golpe, no miró hacia atrás, sólo siguió erguida hasta la cocina para dejar las bolsas con las cosas que pudieron rescatarse. ¿Qué le iba a decir? La verdad obviamente, pero era probable que no le creyera

De regreso a la amplia sala de estar, la vio caminando de un lado a otro, sus manos estaban apretadas de tal forma que las venas se marcaban en su brazo, las lágrimas en su rostro habían dejado de caer, pero sus ojos seguían colorados. ¿Cómo empezar? ¿Por dónde partir? No podía partir por decirle todo de una sola vez, aunque no pudo pensar por mucho tiempo.

Daniela: No voy a andar con rodeos porque la rabia es tanta que... que explotaría. –Se giró tan rápido que la asustó, sus ojos estaban inyectados con la ira y la pena por sentirse engañada- ¿Hay algo que debas decirme? ¿Algo de lo que te sientas con culpa? No espera, para mentir no debe sentirse culpa, que coincidencia que cayeras en la casa de la famosa Daniela Calle. ¡¿Querías obtener beneficios de alguna maldita manera?!

María José: Si hay algo, pero –tragó su miedo como pudo- pero es tan difícil de explicar que yo...

Daniela: "Sé que debo llegar hasta el final, pero no soporto fingir más que tengo amnesia cuando en realidad es otra cosa." –Recitó las palabras tal cual el turco se las había dicho- Liam te escuchó hablando en el supermercado, basta de mentiras, basta de mierdas. ¡Habla de una jodida vez, María José! –Pateó un mueble que contenía un valioso jarrón chino, aquello terminó cayendo al suelo, rompiéndose en varios pedazos, provocando que la morena pegara un salto hacia atrás- Te di hogar, te di comida, techo, me compadecí de ti cuando no tenías dónde quedarte. ¡Me viste la cara de idiota todo este tiempo!

enamorar(te) | caché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora