Capítulo 55

1.3K 139 12
                                    

Miércoles 1 de abril 2015, unos días después, Los Ángeles, Estados Unidos.

Las lágrimas caían de sus ojos lentamente, corrían por sus pómulos bordeando después la comisura labial hasta sumergirse en la almohada de su cama. Afuera el día parecía haber fraternizado con su estado de ánimo, las nubes estaban grisáceas, gotas de lluvia caían sobre la ciudad de manera lenta, pero igualmente emitían un característico ruido que le daba a los perezosos una excusa perfecta para quedarse en cama.

Por primera vez después de que su amada se había ido al pasado, se atrevió a encender el teléfono celular que le compró para que utilizara, se mordió la lengua cuando vio en el fondo de pantalla, una imagen de ambas en una de esas noches que preparaban bocadillos para ver películas frente al LED de la sala de estar. Nunca creyó que llegaría un día en el que creería en la existencia del verdadero amor, nunca pensó que un día terminaría convenciéndose de que existen personas que se complementan la una con la otra. Pues la suya había venido del pasado. ¿Qué clase de broma era esa?

Daniela: Mira tu rostro, Goodwin, tan lleno de vida. –Apretó los dientes cuando las líneas del libro y las páginas de historia en internet que relataban la causa de su muerte pasaban por su cabeza- Es que estoy segura de que ni siquiera fui tan buena persona en el pasado para merecerte. ¿Por qué María José? –Una tras otra, pasaba las imágenes en la galería del teléfono, imágenes que ella había tomado con su cámara. No pudo evitar reír cuando en una foto salía en todo su esplendor, en primer plano estaba su cara frente a la cámara frontal cuando apenas empezaba a conocer el artefacto- Que linda Dios, que linda. –Pero su risa terminó en lágrimas que cayeron lentamente, de nuevo. Para ser del siglo 18 había tomado fotos increíbles, capturó detalles preciosos de los árboles, las flores, los animales e incluso edificios o puestas de sol, del paseo que tuvieron cuando fueron a acampar, del último día que estuvieron juntas, cuando tuvieron el paseo con su familia- Te extraño y cuando te veo siendo Garzón, me cuesta tanto frenar mis deseos y pedirte que me recuerdes.

Con una sonrisa final besó el teléfono y lo guardó dentro de una cajita de madera bajo su cama. Fue hacia el baño y quitándose toda la ropa en el camino, llegó a la ducha para dejar que la reconfortante agua caliente mojara su cuerpo, uso el shampo, el jabón y todas las cosas que se ponía cuando quería relajarse.

El 9 de abril cumpliría el mes recién de estar asistiendo a las charlas y casi un mes de haber asistido al asilo de ancianos, todo parecía avanzar tan lento, pero como decían sus abuelos, era mejor que las cosas avanzaran lentas pero seguras, tiempo al tiempo, de seguro del accidente había aprendido muy bien.

Daniela: Sí, detesto estar sin licencia. –Restregaba con rabia la espuma contra su cabeza- Al menos los tres meses con los ancianos valdrán la pena, pero ¿qué me suspendiera mi licencia? ¿El juez me detestaba? ¿No le di alguna vez un autógrafo a su hija? –Muchas veces como el día de hoy, pasaba de estar angustiada a después reírse de sí misma, un estado de bipolaridad pasajera matutina o algo por el estilo. Al salir de la ducha se miró en el espejo con la toalla alrededor de su cuerpo, sus ojos parecían azules bajo la tenue luz cerca del lavamanos- Tienes que salir adelante. Tienes que ir a hablar con tu mánager.

Como era de esperarse de una figura pública y famosa que comete errores, una figura pública que depende de su imagen por sobre todas las cosas, Daniela perdió contrato con todas las marcas apenas se supo lo del accidente y el estado de ebriedad. ¿Eso que decía? Que su credibilidad era inestable y que las casas comerciales o marcas no querrían perder algo por usarla como modelo. En simples palabras su trabajo como modelo había quedado en el suelo. ¿Cómo recuperarse de aquello? Aunque tuvo una conversación con la gente más sabia de su familia, en ninguna circunstancia iba a aceptar usar el rostro de sus padres como moneda de cambio, no quería favores de Germán o María Fernanda, no quería tener un papel por ser "La hija de...", quería arreglar sus errores por sí misma.

enamorar(te) | caché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora