Jueves 18 de diciembre 2014, 5 días después.
Tras sus palabras, María Fernanda Calle tuvo la necesidad de meditar lo que acababa de escuchar, había confiado en ella, la había considerado para la producción de la película, pero ¿no podría participar ahora? La angustia era el sentimiento que predominaba en sus bellas facciones, sabía que le era difícil y por supuesto, no la presionaría para que por voluntad propia le contase parte de la verdad. ¿Cuál era el motivo exacto para que la muchacha tuviera que abandonar el proyecto? Era evidente que amaba la cultura inglesa a la cual pertenecía, iba a recibir una buena paga, así que dinero no podía ser. ¿Mala relación con su hija? Imposible, se llevaban de maravilla
María José recogió su cabello tras su oreja, no por necesidad, sino porque al menos en este siglo había adquirido aquel acto reflejo cuando estaba nerviosa. "Bien María José, piensa una buena excusa para no herir sus sentimientos y no decepcionarla de paso". Algo que tenía a favor, era que María Fernanda Calle no sabía su verdadero origen y creyó desde un principio que Daniela y ella eran más que compañeras de trabajo, al menos podía cubrir la verdad o parte de ella. Tras apretar unos segundos más los nudillos contra la caliente taza con café, suspiró.
María José: La razón... la razón por la que no puedo seguir adelante en el proyecto es porque tengo que viajar de vuelta a Inglaterra por asuntos familiares muy graves que me impiden estar trabajando. –Se mordió la lengua después, era la verdad claro, pero dicha de una manera que no la creyesen loca- Estaba demasiado entusiasmada en ser una fuente de conocimientos para ustedes, pero tengo que volver, aunque –vio los ojos de María Fernanda suspirando- aunque probablemente regrese en unos meses, cuando me ocupe de esos asuntos familiares.
María Fernanda: Igual has colaborado en la producción con ciertos detalles, no te he pagado aún y tengo que hacerlo. –Sostuvo las manos frías de la muchacha, por sobre la mesita de caoba en aquella cafetería- ¿Tienes donde pueda depositarte?
María José: -Como una chispa que enciende una ampolleta, las ideas llegaron a la cabeza de la inglesa. ¡Tenía que pagarle de esa forma! - Más que depositarme en efectivo, quiero que me haga un obsequio, sé que puede soñar extraño, y espero que no lo cuestione, pero lo deseo con todo mi ser. –"¡Dilo ahora!" Pensó, era la ayuda más eficiente que podría tener en este momento- Necesito un vestido inglés del siglo 18, algo muy parecido a los que diseñaron para la película, de esos que ocupan las mujeres de la aristocracia. Sé que suena extraño y raro, pero yo...
María Fernanda: No me lo cuestionaré, no suena tonto. –Apretó su mano para que confiara en que cumpliría- Lo haré, hay varios que están ya hechos, puedo mandar a...
María José: ¿Puede darme uno de esos que ya tiene? Por la contextura de las actrices seguro uno me queda, es que tengo el presentimiento de que me iré muy pronto.
María Fernanda vio tanto miedo e insistencia en sus ojos que guardó silencio y asintió, algo estaba pasando, algo más allá de lo que no se podía decir existía. Si los millonarios se daban sus excentricidades, ¿por qué no una mujer inglesa amante de su cultura? Asintió dándole un respiro a ella, después de charlar en la cafetería, pasarían juntas al estudio, donde tenían la mayoría de los trajes terminados. A María Fernanda no le gustaba hacer uso de su apellido ni la relevancia mundial que tenía como actriz, sin embargo, no era falso decir que ella había costeado algunas cosas de la producción, podía usar sus influencias para que hicieran otro vestido en poco tiempo para reponerlo.
La conversación se había vuelto realmente interesante durante poco tiempo, la actriz le enseñó a María José una forma eficaz para no perder la concentración cuando sabes que todo el mundo tiene los ojos puestos en ti, simplemente mirar directamente a la otra persona que tienes al frente.