Nunca me dijeron de los disfraces, lo que me enojo bastante y por eso no le hablo a mi primo ni amigo aunque nunca hablamos mucho.
Mi tía estaba viendo una película romántica, y las chicas son unas tontas, nunca llegara esa persona ideal, yo lo sabia mejor que muchas y tenía 16 años, bien también creo que la mayoría de eso es un desperdicio de tiempo y esfuerzo, no se que piensen pero esa es la verdad absoluta para mi.
Y no es que no ame, amo a mi familia a cada integrante, incluso a mi tía y ella me pone la vida en un lío, mi vida era simple y fácil y ahora era un revoltijo, en fin, podía abrazar a mis familiares pero...¿Para que me desgasto con otros?
No lo se, dudo hacerlo.
En fin, mi tía me esta haciendo tomar medidas, ni idea de para que, también estaban preparando mi nueva ropa, que no es ropa tan ajustada ni tan grande, de hacho no estaba tan mal, el estilo era mío pero aun me sentía rara, como si todos te vieran desnuda frente al salón. Lo que no era muy agradable según muchos expertos en el sueño, al parecer era una pesadilla frecuente en muchos adolescentes aunque claro ellos suelen ser mas normales y menos dominantes en casi todas las áreas de sus vidas, lo que me parece realmente patético, una persona tiene que tomar sus decisiones, ya sean buenas o malas, si te gusta algo acéptate y no importa lo que digan los demás porque si te ofenden es el mejor alabo ya que siente envidia de tus peculiaridades y desearían tenerlas.
Tocaron la puerta y mi tía se levanto apresurada para llegar rápido, escuche su voz escandalosamente alto, que bueno no me sorprende.
Entro en la habitación.
-Perdona el desorden, pero no he podido alzar adecuadamente-el gran desorden del que hablaba no era mas que una caja y algunas bolsas con ropa ya que la costurera me tenía parada con los brazos estirados a los costados mientras media mi cuerpo, suspire, realmente ya estaba harta de todo esto. Cuando abrí mis ojos me encontré a Sergio con una expresión divertida, parecía hacerme burla con solo mirarme un poco. El chico era fastidioso solo y con armas... Bueno no quería saber.
-Estrella recuerda que hoy tienes que ir a ver las clases del fin de semana para tu primo, busca algo que le guste y si quieres puedes hacer algo de ejercicio-dijo apagando la tele-además hace bastante que no sales de casa.
-Tía... Salí el lunes después de clases y he ido a practicar todos los días excepto hoy que es jueves y eso porque la academia no abre.
-Pero no te has relajado- replicó mi tía.
-Disculpe señora donde esta...
-¿Mi hijo?-interrumpió, tiene esa mala costumbre-salió a comprar algunas cosas y después iba a solucionar algunos problemas, no se cuando regrese.
-¿Bueno entonces me permitiría acompañar a su sobrina?-mi tía dudo un momento aunque yo sabia que eso es lo que pretendía-así cuando regrese podré esperar a Daniel.
-Bueno esta bien-se quedo callada un momento-cuídala y pórtense bien, llévate un traje deportivo Estrella-asentí con la cabeza y la costurera se apartó de mi, agarre mi sudadera que estaba a lado e hice un gesto "¡ta-da!"-¡oh no! Te vestirás bien jovencita, yo pondré la ropa y te cambiaras aquí, espérame un momento Sergio.
El no dejaba de intentar contener la risa y yo fui a la cocina por un bocadillo, últimamente había comido todo lo que quería y eso había provocado una gran felicidad en mi era tan hermoso... Bueno hermoso pastel de tres pisos de chocolate ¿Dónde estas? Cuando lo encontré comencé a comerlo rápidamente y mi tía llego cuando logre acabarlo y había acabado con la ultima cucharada.
-Solo por eso jovencita vas a tener dos partidos de tenis ¿entendiste?- estuve a punto de rodar los ojos pero me contuve al ver la sonrisa de Sergio.
Trague y asentí, en las manos de mi tía había un ropa decentemente suelta para mi y cuando la hija a agarrar la retiro bruscamente.
-Perdiste el derecho a usarla, ahora cambiare la ropa-cuando regreso tenía en sus manos un traje de tenis blanco, odiaba las faldas cortas pero eso solo seria por un momento-¿algún problema?-preguntó mi tía alzando una ceja.
-No importa si me siento incomoda ¿o si?
-No en realidad no, pero quería ver si me retabas-Subí a cambiarme con la ropa que me dio y tome una maleta que tenía ropa escondida y además tenía mis cosas del tenía. Baje y salí por la puerta intentando que nadie me viera con esas ridículas prendas-¡Estrella!-Grito mi tía y al voltear me encontré cegada por un flash, Sergio,corrió a mi y me metió en un coche que era conducido por un señor.
-Que lindas piernas tienes-mis mejillas se pusieron rojas y abrí mi mochila hasta que vi a mi tía dentro de casa, saque la chamarra y el pantalón deportivo para ponérmelos encima-¿Que haces? ¡No! Eso no es justo, tu tía me dijo que vestirás de manera que se pudiera ver tu cuerpo.
-Y estoy vestida como ella me dijo, solo que encima tengo otra ropa.
-Eso es trampa-dijo frunciendo el ceño y pasando una mano por la chamarra, me tense pero logre no moverme-aunque no has contestado mi pregunta.
-No me has preguntado nada.
-Claro que si, ¿por qué usas ropa grande?
-Me gusta esta clase de ropa-dije evitando su mirada, en realidad no es que me gustase es que si no la tenía era mas posible que una chico se me acercase y tocara por lo que yo corría riesgo-es cómoda y con eso me basta.
-Mientes-dijo muy seguro-no se sobre que, pero mientes-me miro intensamente-aunque lo mas probable es que intentes mentirte a ti misma para decir la verdad que quieres dar.
-En realidad no miento, me agrada esta ropa, siempre la he usado, bueno casi siempre, pero me agrada.
-Pero a mi no, tu piel es hermosa, tu cuerpo es delgado y atractivo y así solo eres un guepardo ocultando su belleza y realmente me gusta-Su mano paso cerca de mi cuello expuesto, me quede quieta y sentí como mis manos empezaban a sudar, estaban temblando descontrolada mente-¿Que pasa?-su mano rozo mi mejilla y me paralice-¿Que te pasa?-sus manos me sacudían el rostro y mientras mas tocaba mi piel la suya mas mas pánico sentía, no me podía mover.
-----------
Me desperté con una manta sobre mi
ESTÁS LEYENDO
Mi vida desastrosa
RandomEstrella es una chica con pensamientos únicos, un tanto grosera por si sinceridad, y no hay nadie que tenga un rencor tan grande como ella si es que lastimas a alguien de los suyos, pero por desgracia su fachada de muñeca de acero se vendrá abajo c...