En la mañana

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Desperté a un lado del señor, no entendía que diablos pasaba conmigo, yo estaba confundida digo... ¿quien diablos besa a su secuestrador y posible asesino de su familia?
Su rostro se veía muy tranquilo, su respiración acompasada... se veía vulnerable.

Me acosté nuevamente e intente volver a dormirme, me me quede mirando un rato, era atractivo, tenía largas pestañas y una nariz recta, sus labios eran carnosos y suaves, también tenía unas cuantas pecas, muy pequeñas para que se vieran fácilmente me volví a acomodar para dormir cuando sus brazos me rodearon— eres una pequeña floja...

—¡Señor! Oh yo este... lo siento, solo quería estar así un poco mas...- y ¿cómo no? si también me dolía el trasero como nunca, las piernas e inclusive la espalda, sin contar que también había llorado a mares, no entendía absolutamente nada, me había maltratado, pero no me sentía enojada por ello, por el secuestro si, por la amenaza a mi tía y primo si, pero no por lo de anoche.

-Te comprendo pequeña, pero ya tenemos que levantarnos, te traeré el desayuno y podrás tomar alguna medicina contra el dolor, pero para cuando regrese con la comida te quiero, bañada y arreglada para mi, ¿entendido?

-Si señor, lo haré- prepare la tina para mi baño, y me acomode para empezar a hacer todo el ritual que tenia que hacer, limpie mi cabello, aplique el acondicionador mientras me enjabonaba y tallaba el cuerpo, luego me enjuague completa, limpie mi rostro, salí de la ducha con una gran bata sobre mi, puse una crema para peinar y empece a desenredar mi cabello, ya se veía el color castaño en mi raíz. prepare mi piel con todos sus pasos y puse un poco de mascara de pestañas, bálsamo  tinta para labios, un rubor discreto y delineador en la linea del agua color crema, un maquillaje muy natural y sencillo, al señor le gustaba verme un poco mas tierna que sensual, y yo prefería eso, el día que fui sexy, sentí que me veía de otra forma, que realmente no me agradaba o al menos me incomodaba mas de lo normal. Fui al ropero y encontré un suéter café, algo grande unas medias café traslucidas y una falda de cuadros que iban a ir bien con los botines marrones que tenia ahí, me quede parada frente a la puerta para ver si llegaba el señor después de unos minutos entro con una charola con fresas con crema y lechera y hotcakes y mantequilla, tenia una taza de café, dos vasos con jugo y una jarra y otra taza sola.

-No sabia si prefieres té o café en el desayuno

-Té, por favor, el café lo prefiero por la tarde, en la comida o cena, señor.

-Muy bien pequeña, pero primero ven que te pondré una pomada en ese hermoso trasero- mis mejillas se calentaron rápidamente, no sabia que hacer, fui con el lentamente, me volteo y bajo las medias y la ropa interior, me puso sobre sus rodillas y empezó a poner esa crema que me refrescaba y aliviaba un poco el dolor-Muy bien pequeña.

-Gracias señor, me siento mejor- me senté lentamente en la silla para desayunar y espere a que le hiciera el primer movimiento, pero no se movía ni un centímetro, mi estomago sonó un poco y el seguía sin moverse-Disculpe... señor ¿Puedo iniciar a desayunar?

-Claro que si pequeña, prepárate los hotcakes a tu gusto.

-Gracias señor-tome los mas dorados, les puse un poco de mantequilla y algo de mermelada, agarre las fresas y las puse a un costado con crema y lechera y me serví un vaso de jugo de naranja- el empezó a prepararse los suyos a su gusto y comenzamos a desayunar en silencio, todo parecía tan raro y cotidiano al mismo tiempo, sentía como su mirada me examinaba cada milímetro de mi ser, era algo incomodo, pero el hecho de comer algo que me gustaba era raro.

-Pequeña hoy te voy a presentar a alguien, esa persona es muy importante para los dos porque es quien nos presento en primer lugar. Así que te quiero especialmente guapa el día de hoy, al rato ensayaremos un poco el violín y ballet para que le muestres que tanto progreso has tenido en estos años, aunque por lo que se te has mantenido algo lejana a todas las artes.

-Esta bien señor, ¿como que quiere que me ponga?



Mi vida desastrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora