Señor

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Mi pequeña agarró fuertemente mi mano y fuimos caminando, quería agarrarla y cargarla pero quizá ese había sido un detonante, aunque ahorita se veía tan... vulnerable, me acordaba de cuando su mamá la regañaba... y me partía el corazón, caminaba con sus mejillas rojas al igual que su nariz y las lagrimas habían dejado un camino marcado.

—¿Que pasó pequeña? ¿Quieres hablar de eso?—movió su cabeza de un lado a otro, y se veía el pequeño hipo que tenía.

Me había espantado tanto... como de repente voltee y la encuentro llorando, sabía que si se hubiera caído en realidad no estaría llorando tiene mucha resistencia al dolor gracias a su madre... y Justo ahorita es como si retrocediéramos en el tiempo y se volviera a sentir culpable por existir y generar "molestias".

—¿Sabias que eres La Niña de mis ojos?¿la más hermosa de todas?

—Mentira—el susurro no lo hubiera escuchado de no ser porque estábamos muy cerca y nadie más estaba ahí.

—No miento, es completamente verdad—sus ojos se abrieron al darse cuenta que la había escuchado.—para mi eres la mejor en todo y eres la más hermosa de todas.

—Pero... nada yo lo siento no volveré a hacerte pasar vergüenza—ok... justo volvimos a las frases de cuado era una niña.

—Nunca serás una molestia para mi pequeña, y eres única y perfecta, no hay nadie como tu—Me miro con enojo reprimido, queriendo decir algo, y se empezó a morder el labio, estaba a punto de sacarse sangre...—eres mi pequeña, mi única pequeña, tan perfecta, tan hermosa, tan tu...

—¡mentiroso! Eso dices pero te pones a reír y bailar con una niña que no sabe bailar y si yo hiciera eso seguro que me castigarías y regalarías, y tu te la pasas tan divertido con ella pues vete, total no te quiero, no quiero estar aquí, ¡no quiero verte!—salió corriendo a un cuarto y lo cerró con seguro por dentro, la verdad no se que decir, digo ya entendí que nos vio a Pamela y a mi jugando y eso eran Celos, la lucha estaba en mi pecho, mi pequeña estaba celosa, y no solo eso, me quería porque uno no siente celos sin cariño, y ella puede que no entendiera pero se estaba mostrando un poco caprichosa y berrinchuda, algo que nunca había hecho, jamás se lo habían permitido, seguro que muchos en mi situación me dejarían que hicieran una escena así pero en ella era algo bueno, jamás había tenido la oportunidad de hacer uno, ni la libertad de sentirse así.

—No te castigaría porque se que si bailas mal es a propósito, a menos de que sea algo importante y lo hagas mal adrede para hacerme enojar pequeña, pero si estamos los dos jugando lo entendería, además no he reído porque me pones nervioso, no sabes cuento me pones nervioso, digo, eres tan perfecta... eres un sueño—Lo dije lentamente, escuché como se fue acercando a la puerta—además te amo tanto que mi corazón explotaría por ti.

—¿Me-me prometes?... que no mientes—sus ojitos estaban acuosos y ella solo sacó la mitad de su cabeza y su brazo por una orilla de la puerta.

—Lo prometo... ve a dormir que has de estar cansada—asintío lentamente— bien nena, lamento haber estado con Pamela, no quería hacer sentirte menos, te daría más besos y abrazos pero estás castigada pequeña, así que... a lo que se tenga y pueda.

—Señor... lo siento no quería ser una molestia...— solo exactamente como cuando era pequeña... y ¿si yo no era mejor que su madre?

—Nunca serás una molestia cariño—bostezo y se empezó a quedar dormida

—¿Disculpe pero podría dormir conmigo después?

—Si mi pequeña, en un momento llego.

Esto había sido una buena idea, en lo personal no soy mucho del gusto de la vida de mi amigo el ABDL no va conmigo pero quizá en esta medida, tratándola como una niña que nunca fue sea necesario, al final tanto su madre como yo en cierta medida tenemos la culpa, y con su tía jamás fue una niña siempre fue un mini adulto andando sola por la vida, tendría que ver cómo mover las jugadas por el bien de mi pequeña.
Fui a abajo y le expliqué por encima que le da miedo el contacto de piel con piel con los hombres y la falta de control en ciertas cosas, pero que estábamos manejando esas fobias  para que pudiera tener una mejor vida, en realidad a mi no me importa que le tenga pánico al contacto de piel con hombres, por mi encantado, pero si necesita ceder a otras cosas como al ruido que no puede controlar, a otras personas a su alrededor, porque siempre fue solitaria, siempre fue ella y el mundo pero ahora somos una pequeña familia y todos giramos en torno a ella.

Mi vida desastrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora