Mi vida desastrosa

Tobillo

Hola chicos y chicas que lean esto, la habitación seria algo así, la otra opción es otra habitación que estará en el siguiente cap., no se que hacer, últimamente he tenido muchas cosillas pero quiero saber si la continuo y si quieren que suba un capítulo por semana :3 nota: el primo es Rafael Alejandro, por si hubo confusiones
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-¿Estas bien?- dijo muy cerca de mi.

-Si, lo estoy es que perdí el equilibrio, nada mas- realmente me dolió el tobillo, pero de seguro no era nada grave, como supuse mi ta había estado espiando por las cortinas porque estaba corriendo en este momento hacia mi.

-¿Qué te pasa chiquita?- su voz sonaba preocupada.

-Ella...

-No preste atención, por estar prensando en otras cosas y pise como si hubiera un escalón.

El me miro con sospecha pero luego le sonrió a mi tía.

-Si, tiene razón, pero para que no se repita tendré que cargarla a su habitación- mi tía se sonrojo un poco y el comenzó a levantarme en forma de princesa.

-¡Suéltame! Mal...-la mirada de mi tía me calmo-magnifico amigo, no es necesario que te tomes esta molestia-dije forzadamente bajo la mirada intensa de ella.

-Te llevara en brazos, acepta la caballerosidad de el- dedique mi mas forzada sonrisa posible y asentí lentamente.
Empezó a caminar y entramos en la casa, mi primo no había llegado, o al menos eso parecía subió las escaleras con cuidado, dedicándome una estupida sonrisa de lado que a muchas les encantaría. Cuando abrió mi cuarto se quedo callado y cuando lo vi casi me desmayo.

-¡¿QUÉ DIABLOS?! ¡¿Qué le hicieron a mi habitación?!-grite, mi cuarto seguía siendo blanco pero ahora había un montón de cosas rosas y decoraciones infantiles.

-Sobrina aguántate, esto no cambiara-Y como odiaba siempre cumplir mis promesas-me marcho, hay un problema en el trabajo de tu tío. No armes escándalo con esto.

Salió de que ahora sería mi habitación, el me dejo en la cama y me miro alzando una ceja.

-Ya te puedes ir- le dije esperando que Sergio se fuera, pero en vez de eso cruzo sus brazos y e miro reprobatoria mente.

-¿Por qué mentiste?

-Primero te mentí porque no quiero decir la verdad pero cambie la mentira porque se que mi tía nunca me creería eso de  perder el equilibrio.

-¿Por qué no lo haría?

-Porque mi equilibrio es perfecto, nunca he perdido el equilibrio a excepción de cuando me enfermo.

-¿Estas enferma?

-No exactamente...- otra vez su ceja se alzó-ya te puedes ir...

-¡Pequeña!-Grito mi primo, diablos, si alguien se enteraba no iba a bailar y si no bailaba no cuidaría a la niña...

-No le digas nada, haré lo que sea pero no le digas nada a nadie.

-¿Qué no le digo?¿Qué fuimos a jugar o qué? Además no se que te pasa, creo que le diré que necesitas ir al doctor...

-Te diré lo que pasa e iré al doctor, pero no le digas, solo espera tantito ¿si?

-¿Por qué no me contestas pequeña?- dijo entrando en mi habitación-hola Sergio.

-Hola Daniel, no te contesta porque esta enojada por lo de la habitación.

-Lo siento, no sabía nada de esto, la habría detenido... Vamos a comer- asentí lentamente y comencé a levantarme, sentí como mis músculos se estiraban dolorosamente en mi tobillo, le di una sonrisa y comencé a caminar detrás de el-Sergio ¿a que viniste?

-Quería saber si me prestas tu libro, el que llevaste el año pasado a final de ciclo.

-Lo siento pero es de mi querida prima.

-¿Te molestaría prestarme un libro Estrella?

-No lo se, depende de que libro, unos están guardados... Pero podríamos buscar uno que sea de tu agrado. Pase la mano por mi cuello, sentí como una fina capa de sudor empezaba a salir por mi cuello- vamos a comer...¿a quién le toca calentar la comida?- mi primo me señalo con un dedo, en cierta parte me agradaba ya que no tendría que estar caminando mucho.
Empece a encender la estufa y a sacar el postre, lo prepare todo en los platos y me lamente de tener que cargar con ellos para ponerlos en el cuarto, si empezaba a cantar en mi mente no era tan malo.

-Estas sudando- dijo Sergio, cuando iba a iniciar a hablar cuando me interrumpió- no mentiras.

- Me duele, me duele mi tobillo