Sueños

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"Mis brazos estaban atados al poste de una cama al igual que mis pies, las cadenas estaban flojas pero pesaban mucho, me dolía, me sentía mareada, me levante torpemente de la cama.

—Que bien que despertaste amor—una voz gruesa sono detrás de mí, me di la vuelta y me encontré con la silueta de un hombre alto, o tal vez no era tan alto, solo que yo soy muy pequeña—Sabes que no me gusta que intentes escapar, ni que le hables a tu madre.

—Lo lamento—mi voz a penas era un susurro, esta era la tercera vez que lo intentaba, me había ganado ver a mi papá ser golpeado y quedarme sin comida—Me hubiera pegado a mi, mi papá no tubo la culpa, fue mía.

—Si, lo sé pequeña pero también sé que te duele más así, te lo dije desde el inicio, tú eres mi pequeña perfecta y quiero que seas por completo mía, solo pensaras en mí, en nadie más, me obedecerás a mí y si no, tus seres más queridos sufrirán—El se fue acercando poco a poco mientras yo me alejaba lo más que podía. Quede arrinconada.—Antes me querías, ¿ya no lo haces?

—No, te odio, has hecho sufrir a mi familia, ellos no te hicieron nada, y tú los lastimas, yo te odio mucho, confiaba en ti y me lastimaste, ¡te odio!—Le di una cachetada y mi pequeña mano quedó grabada en un rostro que no tiene facciones, solo sabía que ahí estaba marcada mi pequeña Palma en un tono rosado, me agarró del cabello y tiro de el, mientras me quitaba las cadenas, empecé a patalear y patalear, me levanto de l cabello, me dolía mucho y me dio una cachetada, me tomo del cuello y sentí como sus manos empezaban a evitar que yo pudiera respirar, mi mirada se nubló y cuando se estaba tornando oscura me soltó, me ardía respirar, buscaba desesperada el aire, que este llenara mis pulmones.

—Bien, hasta que pidas perdón vas a tener que ser castigada, no me gusta pero así va a ser...—Me llevo a otra habitación donde estaba cubierta de espejos ahí me hacía bailar y tocar el violín—Vas a cambiarte, aquí está—dijo mostrándome uña medias y un leotardo rosa junto a mis zapatillas, lo tome, iba a ir al biombo cuando me tomo del brazo—oh no pequeña, vas a cambiarte aquí y ahora.

—Pero podrías verme así...

—Lo sé, pero has estado muy grosera conmigo, tanto que he hecho por ti y así me tratas, ahora cámbiate—Me empecé a cambiar y cuándo estuve en ropa interior el me abrazo—Pídeme perdón y prométeme que no lo volverás a hacer, sabes que no me gusta cuando te comportas como tu hermana.

—¡Mi hermana es perfecta!—¡Zas! La cachetada retumbó en toda la habitación.

—Tu eres la única perfecta, nadie más, te amo y me amarás, vístete—Terminando de vestir me sentía desnuda—Has tu rutina y después iremos a darle una visita a tu familia.

—Si...—le dije muy bajito.

—Tus hermanos y padres sufrirán las consecuencias de tus actos, además cada vez que no me dices señor se suma a tu castigo personal.

—Si señor—Comencé a realizar el calentamiento para después empezar la coreografía y él me corregía.

—Vamos—me tomo de las muñecas y las ato en mi espalda con una brida. Fuimos a donde estaba mi familia, la habitación era oscura y parecía un taller—Señor tiene que estar enojado ya que gracias a que su hija ha intentado escaparse otra vez, le toca a usted, mi pequeña lo va a ver todo...—me ato en una silla frente a mi papá.

—¿Qué le has hecho maldito enfermo? ¡Tiene 8 años! Si la has tocado te juro que...

—Todo llegara a su tiempo, por el momento mi pequeña te verá sufrir....

Vagas imágenes de mi padre herido y golpeado aparecieron en cabeza, no sabia si era cámara rápida o lenta.

—Hora del baño mi preciosa... No, no, no... Yo te voy a desvestir y te voy a bañar—Mis mejillas se pusieron por completo rojas y empecé a temblar—Perdiste derechos cuando intentaste escapar otra vez así que tendrás que ganarte mi confianza.

—Yo te amo mi pequeña... Eres mía, no me recordaras hasta el momento apropiado... Solo mía, recuérdalo..."

Me desperté llorando, las lágrimas abundaban, no sabía qué hacer me envolví en mis sábanas, nada de mi sueño tenía sentido, nada, mis padres habían muerto en un accidente automovilístico con mis hermanos cuando iban a verme en un recital, murieron así... ¿O no? No se, la verdad desde mi cumpleaños 7 hasta los 10 todo estaba confuso, no me acordaba de mucho, mis padres murieron cuando tenía 8 y llegué con mi tía a los 9 porque mi familia se peleaba por tener a la heredera de la fortuna ya que yo obtendría los negocios al cumplir 18, me faltaban 2 años para eso, por lo que me estaban invitando a toda clase de reuniones de gente con dinero. Seguía llorando a pesar de intentar pensar en otra cosa , abrieron mi puerta y Sergio entró en mi habitación, corrió a abrazar me, llore más, no supe cuando deje de llorar o cuando me quede dormida pero le agradecía a Sergio por no hablar ni preguntar, nos despertamos juntos y no me podía mover, estaba envuelta en las sabanas y parecía un taco gigante, a penas si mi rostros se veía, me moví de un lado a otro hasta que el muchacho decidió despertar y comenzó a reírse.

—Deja de reír, y ayúdame.

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Después de ese incidente hicimos lo que nos correspondía y desayunamos juntos.

—¿Sabes cuando llegan?

—No, tú tía no me ha dicho nada creo que regresaran el Lunes, tu primo tiene asuntos con su futura universidad.

Mi vida desastrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora