Evaluacion

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Me acababa de despertar, y vi otra vez esa maldita puerta, había puesto un timbre para que pudiera informarle cuando me despertaba, mi cuerpo se sentía súper cansado, había practicado un montón, suponía que llevaba 5-7 días aquí la verdad era muy difícil decir que hora era, que día o si era de día o noche, me levante y fui a ese botón cerca de la salida. Lo toque y espere, tenía que hacer otras cosas mientras el llegaba, tendí la cama. Me había dado una tablet, donde podía ver videos y buscar información... mientras no me comunicara con nadie. Estaba viendo un video cuando el aroma a galletas o pan llego a mi, cuando llegó yo estaba sentada en la cama viendo a la puerta.

—Buenos días señor, muchas gracias por dejarme estar otro día aquí... yo estaba a punto de ir a lavarme el rostro... señor yo.. ¿puedo comer una galleta antes?—me dio una sonrisa y la pena hizo que bajara el rostro.

—Iré al baño—salí corriendo importándome poco el pequeño short y la playera estampados con osos blancos, lave, tonifique e hidrate y puse un serum en mi rostro para poner una mascarilla al final, me tarde en salir con toda la intención del mundo, abrí ligeramente la puerta, no lo veía así que salí de ahí lentamente justo estaba por empezar a maquillarme cuando lo vi salir del vestidor con un cambio de ropa.

—¿Señor... hay problema si yo solo me pongo labial o no me maquillo hoy?
Mi mirada se fijó en sus ojos, estaba algo nerviosa y mis manos se movían bastante.

—Bueno, solo está vez—mi sonrisa se amplió—ve a cambiarte al vestidor.

—Muchas gracias señor...

Tome lo que tenía en las manos y fui a cambiarme

Tome lo que tenía en las manos y fui a cambiarme

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Por primera vez la ropa interior era normal... y el vestir también.

 Me vi en un espejo de ahí estaba feliz

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Me vi en un espejo de ahí estaba feliz... pero no debería estarlo...

—¿Lista?

—Si, ¿te gusta?—dije dándome una vuelta—está ropa me gusta más que la otra...—¿era bueno dar mi opinión? Como no me frunció el ceño tal vez no era tan malo-— no quiero ser malagradecida solo que bueno yo me gusta más este tipo de ropa aunque si hubiera más pantalones, sería fabuloso.

—Ven pequeña cuéntame cómo has estado aquí.

—Bien yo...—no sabia si ser sincera o no así que diría la verdad él es extremadamente bueno al saber si miento, las primeras veces no había hecho las cosas como él quería, para limpiarme el rostro tenía que hacer muchos pasos y para el maquillaje Uff... lo peor era desmaquillarme para entrenar o en general ya que estaba cansada y no quería hacerlo eran muchos pasos, eso sí se me habían quitado algunas espinillas y puntos negros que tenía en la nariz y se veía rara, más luminosa mi piel—la verdad me aburro mucho, incluso cansada me aburro mucho, he aprendido, mucho también mejore en el baile y es entretenido cuando usted está pero no me gusta mucho maquillarme, aunque es divertido, bueno lo que no me gusta es de-maquillarme pero qué pasará ahora no sé cuánto tiempo llevo aquí... extraño la escuela si le soy sincera.

—Pero...—no sabia que quería escuchar, supongo que el me quería tener aquí como su muñequita o tenía algún tipo de fantasía sexual conmigo, si algo había aprendido de Mentes Criminales había sido seguir con lo que el secuestrador quería.

—Pero cuando usted está aquí...—dios mío me daba rabia lo que iba a decir pero baje la mirada sintiendo como me ruborizaba esperando que el pensara, que era vergüenza y no rabia lo que sentía—yo-yo me-me siento distinta... además he aprendido mucho de usted. Yo nunca creí mejorar como lo he hecho— Su mirada era penetrante, muy intensa no sabía cómo sentirme, me intimidaba y sentía como su mirada me recorría, un hormigueo me empezó a recorrer, su mano me tomo la mano y con la otra me tomo la cintura.

—Distinta ¿como?

—So-solo distinto, distinta, yo, como así—cerré fuertemente mis ojos, ¿qué diablos me pasaba?—así... yo digo yo... olvídalo, olvídelo por favor...—Me tomo de la cintura para cargarme, mis mejillas se pusieron mas rojas.—¡Se-se-Señor! ¿Qué hace?—me dejo lentamente en la cama y se puso frente a mi.

—Me gusta que te sientas así distinta...nerviosa y sonrojada.

—Yo-o no-no estoy nerviosa y tampoco sonrojada...—mentí descaradamente—solo las chicas lindas y tiernas se ponen así.

—Tu eres hermosa—bien parecía un tomate en este momento nunca me habían dicho eso—y la más tierna chica que conozco, así que creo yo que eso es muestra de que estas preciosas mejillas están rojas y que este maravilloso corazón late de manera desfrenada...—me acarició el rostro y puso su  al hablar, seguía sobre mí solo presionando lo suficiente. Diablos mis dudas sobre lo que el quería de mi se aclaró, le gustaba más que como una hija o amiga.

Mi vida desastrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora