Ensayos

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Teníamos que iniciar a bailar, Victor y yo no habíamos hablado mucho en la escuela, menos en la academia, estaba bastante tensa.

—¿Te has enamorado?—mis mejillas se pusieron rojas al escucharlo, ¿Qué clase de pregunta era esa?—En los últimos años, no me sirve menor de doce años.

—Nunca—Siempre he estado muy ocupada haciendo diferentes actividades, o encerrándome en mi propio mundo ideal, donde solo estoy en casa horneando, leyendo y escuchando música—Nunca me he enamorado, no puedo hacerlo—mi voz sonó seca y tosca. Porque aunque me guste alguien nunca podré tocarlo, acariciar lo mucho menos besarlo—¿Y tu?

—Si, pero no fue un buen final—Empecé a acomodar el pantalón deportivo de mi primo, me acomodaba mejor con el, la blusa de manga larga color crema y las zapatillas.

—¡Chicos! ¿Están listos?—hubo un momento de silencio mientras el ruso entraba al aula—la historia de hoy es simple ella está dolida, su último amor la ha traicionado, el se enamora perdidamente de ella así que la empieza a cortejar, ella al inicio no le interesa paro poco a poco se empieza a enamorar hasta que los dos están locamente enamorados, es un baile corto, en el concurso habrá muchos grandes talentos. Por lo que tienen que destacar, sobresalir.

—Nunca se ha enamorado.

—Pero puedo expresarlo en el baile, se los sentimientos que tengo que expresar y cómo hacerlo, me quedara mejor el inicio por lo de la tristeza pero se manejar esa situación.—Mis ojos iban dirigidos a los de Victor, era algo mas personal si él creía que no podía hacerlo.

—¡Bien hay que iniciar!—la música y la coreografía empezó a fluir—Estrella, aquí tienes que sentirlo, sentir el cariño, la tensión del momento, desear tenerlo... no,no,no... no queda bien, algo falta, ambos parece que se están analizando en vez de sentir que si algo le pasa a la otra persona ustedes también se romperían. Necesitan conocerse, se supone ya lo habían hecho.

—Necesito que use playera o algo, es mucha piel la que me puede tocar.

—No seas princesa ¿si?, un poco de piel no te matará...

El ruso se fue dejándonos solos, que bien así le podría gritar en paz y sin testigos.

—Tu no entiendes nada idiota, piensas que tu vida ha sido difícil, que soy una niña consentida, que mi madre me daba todo lo que yo quería, mi padre estaba conmigo todo el tiempo posible ¿no?, piensas que mi niñez fue todo un cuento de hadas, pues no, no es así. Pero tampoco te puedo decir bien como fue porque no me acuerdo de gran parte de esta, pero te diré algo, lo poco que me acuerdo es de mi buscando un poco de cariño... ¿ mi madre? Ella me odiaba, lo decía bastantes veces, y si le decía mamá me obligaba a estar en puntas bajo una ducha fría o me golpeaba. Suerte era saber que no podía si había otras personas, que se le podía olvidar y no lastimarme en varias formas. ¿Y te digo que? Yo todavía me sentía feliz por eso, porque al menos me prestaba un poco de atención. Y tu como muchos idiotas piensan que porque no lo digo, porque sonrío todo está bien. Y para mí la piel de los hombres me, me altera mucho—Al decirlo todo me sentí un poco mejor, no dije todo, pero al menos la maleta saco algunos trapos.—Me voy tengo que ir a casa.

—Te acompañó.

—No gracias, puedo ir sola.

—Te acompañó.

Seguí caminando para irme, seguí caminando a mi casa y sentí la presencia de Victor, al llegar estaba sola, una nota de mi tía en la puerta decía.

Estrella.
Tu primo y yo salimos, el con sus amigos y yo con unas amigas, ya sabes es miércoles, llegaremos algo tarde no nos esperes para comer, y duerme temprano, mañana tendrás un día agotador, tenemos que ir a una cena familiar.
En fin, no puedes comprar ninguna golosina todo el mundo lo sabe.

Tu tía.
Sin dulces...

—Oye mi tío me acaba de pedir una foto de tu habitación.

—Bueno pasa—subí las escaleras con el tras de mí—mi habitación no está como me agrada, mi tía la quería más femenina, pero mis libros...—sentí sus manos en mis mejillas, sentí como empecé a sudar frío—suel.. suel...suéltame...—mi vista se estaba nublando, mi corazón latía muy fuerte muy muy fuerte.

—Diablos, si le tienes mucho pánico, tu mirada..., te desmayaste.

Mi vida desastrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora